Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Muchas veces hemos explicado como nuestras izquierdas proponen ‘ideas muertas’ que hacen más pobres a los pobres. Pero siempre hay algunos que no llegan a compartir esta crítica y que terminan facilitando los designios de las políticas empobrecedoras.
En esta ocasión, en que tenemos a todas las izquierdas unidas detrás de las peores ideas que jamás se han propuesto en un proceso electoral, tenemos un ejemplo increíble sobre la lejanía de nuestras izquierdas de las necesidades más apremiantes de los peruanos, como es el caso de la superación de la pandemia.
Resulta que el partido de Castillo-Cerrón ha anunciado que de llegar al gobierno renegociarían los contratos de las vacunas.
El Perú tiene hoy en camino más de 60 millones de vacunas de muy buena calidad. Lo mejor que ha hecho el gobierno de Sagasti, con el apoyo de su Canciller Alan Wagner, ha sido reaccionar después del desastre dejado por el criminal gobierno de Vizcarra y conseguir suficientes vacunas para cubrir a toda la población.
Sin vacunas no podremos reactivar la economía y recuperarnos del bache de mayor pobreza. Pues las izquierdas anti pobres, no tienen mejor idea que plantear interrupciones en el proceso de vacunación, tratando de hacer nuevos convenios con Rusia, Cuba y Argentina, para sustituir las mejores vacunas del mundo, que son las que tenemos disponibles.
La vacuna rusa todavía no tiene los sellos de calidad indispensables para ser considerada en serio, de la cubana no se sabe nada, y Argentina está tratando de ensamblar las chinas, que tampoco son de buena calidad.
¿Por qué lo hacen?
Por ideología.
Para ellos la ideología está antes del bienestar de la población. No pueden usar las vacunas de los capitalistas, prefieren sacrificar a la población, que reconocer la superioridad del capitalismo, que ha producido un avance tecnológico extraordinario para la salud del planeta.
Esta gente no puede gobernar. Deben ser reeducados o reemplazados por nuevos izquierdistas, más jóvenes y modernos, que puedan ayudar al país a entender nuestras prioridades y a sembrar las ideas de la prosperidad, que no tiene ideología.
Queremos otros izquierdistas. Mientras tanto, evitemos que los que tenemos lleguen al poder a jugar con la salud de los peruanos. Lampadia