Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
En un Estado democrático, por supuesto que, todos tenemos derecho a la protesta. Es pues un derecho universalmente reconocido: La exposición de las ideas discrepantes y el rechazo a disposiciones o acciones, abusivas o no, de una autoridad o de un vecino que no se somete a las reglas asumidas por una comunidad de conciudadanos.
Tal como hemos podido observar, durante varios meses, diversos grupos de ciudadanos hemos reclamado pública y abiertamente, sin escondernos y de manera pacífica, que Castillo renuncie o que el Congreso lo vaque por incapacidad moral. Todas y cada una de esas protestas ciudadanas, fueron ordenadas, pacíficas. En muchos casos, conformando grupos familiares, con participación de adultos mayores, incluyendo a muchos en sillas de ruedas y acompañados de jóvenes y niños. En esos momentos, los terroristas que llegaron a capturar el gobierno, tuvieron el atrevimiento de lanzarles gases lacrimógenos y de ordenar a la policía al uso de la fuerza, hasta el extremo de meterles caballos y arrollarlos con ellos.
Hoy que Sendero Luminoso (SL) y el MRTA, quienes han perdido temporalmente el control del gobierno y tienen al cabecilla de sus organizaciones criminales con prisión preventiva, han lanzado a nivel nacional unas acciones de vandalismo, que cumplen con las siguientes características:
- Son ejecutadas simultáneamente en varios departamentos del país.
- Conducidas por grupos debidamente dosificados, acorde al tamaño de la tarea, habiendo acciones de grupos de 50 o 100 personas, mientras otros contaron con grupos de hasta 400 personas.
- Se concentraron en acciones que impactan como noticia, tales como: (i) Bloqueo de carreteras para desabastecer ciudades o impedir tránsito de turistas (con repercusión internacional) o (ii) Ataque y destrucción de aeropuertos, como los de Arequipa, Cusco, entre otros.
- Identificación y ataque a activos críticos que pueden comprometer el normal funcionamiento del país, tales como: (i) Central de bombeo de gas de Camisea. (ii) Amenaza a centrales hidroeléctricas, que pueden impactar económicamente al Perú.
- Dependencias de la fiscalía y del poder judicial, donde se encuentran los expedientes de los procesados por: narcotráfico, minería ilegal, tala ilegal, contrabando y otros que, en su conjunto, han sido la principal fuente de financiamiento de todo este movimiento.
- Finalmente, pero no menos importante, estos son grupos que están armados, ciertamente no solo con armas convencionales, sino de fabricación artesanal, tales como: huaracas usadas con piedras o canicas, arcos y flechas, bazucas hechas con tubos que lanzan petardos, pistolas de fabricación artesanal, pero con balas convencionales.
Ciertamente, ni las “fuerzas de tarea” subversivas, ni el armamento “hechizo” aparecieron de la noche a la mañana. Esto ha sido preparado con tiempo, desde la fabricación de ese armamento, hasta el entrenamiento de este personal, para su uso. La gente ha tenido planes de operación asignados por grupos, tareas y objetivos debidamente preestablecidos, dinero, vehículos nuevos (muchos entregados recientemente a ronderos y con combustible), dando capacidad de movilización, así como, toda una logística debidamente preparada y dispuesta para el ataque, para actuar en el momento de la orden correspondiente. De ahí la convocatoria de Castillo en su mensaje a las organizaciones de base, para que se movilicen, obviamente, tal como lo habían planeado.
Como vemos, esto no es un tema de derecho a la protesta, que ciertamente se respeta, sino un movimiento violento, vandálico y subversivo, que no solo se puede apreciar desde el ángulo “militar”, sino desde el lado financiero, político y legal.
Una organización criminal en el ejecutivo, para saquear las arcas del Estado, infiltrándolo de delincuentes dentro de toda su estructura, enquistando como autoridades -prefectos, subprefectos y gobernadores- a miembros de SL en todo el territorio nacional, con mayores presupuestos y apoyados por una importante campaña de propaganda radial en provincias, pagada por el fisco. Todo esto, ha sido cultivado durante 16 meses a punta de “Consejos de ministros descentralizados”, que no han sido otra cosa que actividades de acercamiento y reforzamiento de los nexos con todos los organismos de fachada de SL y el MRTA.
En el Congreso, hemos contado con un amplio ramillete de congresistas, divididos en varias bancadas, que se crearan gradualmente como nuevos organismos de fachada. Estos jugaban perfectamente coordinados y “disparando” en distintas direcciones, dependiendo el tema que se tratara. Todos muy dignos y “encorbataditos” o de taquitos para la foto, pero, eso sí, violentos, cobardes y reaccionando al unísono, cuando se trata de insistir en una Asamblea Constituyente y una nueva constitución que les elimine (aunque jamás se aplique), la pena de muerte para los terroristas. Estos individuos, lo hemos visto, han sido capaces de sabotear sesiones del Pleno del Congreso, para evitar que sus delincuentes: Castillo, Torres y Chávez, puedan ser desaforados. No podemos dejar de mencionar la incontable cantidad de Congresistas que vendieron su voluntad por algunas prebendas, pero que, en menos de 30 minutos, saltaron como resortes y vacaron a Castillo (102 votos), tan pronto éste “disolvió” el Congreso y los dejaba sin paga.
Otro de los estamentos preocupantes, es el poder judicial, jueces que, ante acusaciones debidamente documentadas de la fiscalía, aceptan dejar en libertad a delincuentes como Bermejo, Cerrón y muchos más. De igual manera, un expresidente de la Corte Suprema, hoy abogado de Torres, apelando a su ancianidad y senilidad, para que Aníbal Torres no enfrente la prisión que le corresponde por sus actos delictivos. Éste es tan cobarde como los que han estado en las acciones delictivas de campo, poniendo niños por delante, como carne de cañón.
Finalmente, poniendo la nota de humor, Castillo me recuerda al monito del chiste que, mientras daba vueltas y volantines, respondía a la pregunta de los habitantes de la selva: ¿Monito qué haces? Y siempre contestaba, “entrenándome para matar al León con mis propias manos”, hasta el día que se le acercó el León y le preguntó: ¿Monito qué haces? Y él, muy rápido contestó: “Aquí, hablando cojudeces”.
Igual, Castillo, después de leer el discurso que le preparara el anciano venenoso, responde que no recuerda haber leído nada, ni lo que dijo y, además, tiene gente que respondió: “Eso fue sólo un decir”. O sea, igual que el monito del chiste.
Este relato, sólo confirma lo que bien decía Margaret Thatcher:
“Un comunista cuando habla, miente, cuando calla,
encubre, cuando tiene poder, roba y persigue a los
que no piensan como ellos, cuando no tiene poder,
destruye. Así han construido su historia”.
Lampadia