Jaime Spak
Para Lampadia
En uno de los maravillosos discos de Joan Manuel Serrat hay una canción que se titula Bienaventurados.
En una de las tantas estrofas dice: Bienaventurados los pobres pues nadie los querrá por su riqueza.
Nuestros hermanos venezolanos están en esa condición, salvo la cúpula corrupta que está usurpando el poder.
La semana pasada se consumó el más grande latrocinio democrático en Venezuela.
A partir del 10 de este mes, el espurio mandato de Maduro no es sino una vil dictadura, que de todas maneras perjudica a toda la comunidad suramericana con más de ocho millones de venezolanos que se han visto obligado a abandonar el país.
Para colmo, han creado una comisión para volver a cambiar la constitución y hacerse del poder a perpetuidad.
Y la comisión la conforman el fiscal general, Tarek William Saab, que participó en la redacción de la Constitución de 1999. La vicepresidenta Delcy Rodríguez y su esposa, Cilia Flores.
Algo similar como la dictadura conyugal de Nicaragua, con Ortega y su esposa.
Sin embargo, la esperanza de los que no tienen nada en Venezuela, es infinita.
La represión es tal, que si alguien osa escribir en las redes algo en contra de la dictadura, será reprimido.
Cero libertad de expresión.
Las calles de Venezuela están tan vacías, que según ellos hasta los delincuentes se han ido. Y es cierto ahora están en Perú.
Hombres armados en cada esquina, generando el terror.
Han pasado más de 25 años de la experiencia chavista y el mundo ve impávido lo que sucede.
El nuevo secretario de estado de Trump acaba de declarar ante el senado, que Venezuela es un narco-estado.
Hago toda esta introducción, pues debemos de ser muy cuidadosos el próximo año, eligiendo a quien reemplace a este funesto gobierno de Castillo y Boluarte.
Cada cinco años pasamos por la angustia de quien nos va a gobernar. Esto debe terminar.
¿Tendrán nuestros políticos la lucidez de dejarse de caudillismo barato y unirse de una vez por todas para retomar el camino del crecimiento?
Exigimos que el tiempo que le queda a este funesto gobierno, se preocupe muy seriamente por la seguridad del país.
Boluarte debe de cambiar inmediatamente al inútil de Santivañez, que además es una persona sin catadura moral.
La fiscalía le solicita la entrega de su celular para corroborar las declaraciones que le dio al capitán Junior Izquierdo, en donde se pinta de cuerpo entero como un arribista que lo único que deseaba es ser ministerio del interior.
El ministro del interior con todo el desparpajo del mundo envía un celular nuevo, que no contiene ninguna de las comunicaciones del año pasado.
Solo por este detalle ya deberían de despedirlo del puesto.
La criminalidad peruana ha entrado en una espiral de violencia, solo comparable con la barbarie que se vivió en los años 80 con los grupos terroristas.
A raíz de la gran migración de venezolanos y dentro de los más de un millón que radican en nuestro país han ingresado algunos pocos miles de malandros que son excesivamente violentos y sanguinarios.
La delincuencia peruana, para no quedarse atrás y perder territorio ha entrado en una atroz competencia con estos grupos y no hay día que no nos enteremos de algún ajuste de cuentas, de sicariato, de extorsiones, de territorios liberados por las bandas.
Las bandas que proliferan en el país nos han desbordado.
En La Libertad, donde el gobernador regional dueño de universidades, destaca por su incultura, no puede hacer nada por detener la violencia en la zona de Pataz.
Se imaginan si este señor que no tiene capacidad de controlar esta lacra en su región tenga la osadía de volver a postular a la presidencia.
Y cuando se refiere a los delincuentes dice “dime con quién eres y te diré quién eres “, Plop como diría Condorito.
Los venezolanos viven de la esperanza que para ello es infinita, los peruanos debemos de vivir con la esperanza que en un año gente de mejor nivel se presente para salvar al país.
Basta de Acuñas, de los Luna Gálvez, de Antauros, etc. etc. etc.
Hay tanta gente valiosa que puede y debe de ingresar a la política para cumplir con su deber cívico y dar su granito de arena en vía de la gobernabilidad.
Necesitamos que partidos serios se unan.
El Apra ya se reinscribió, al igual que el PPC, pero hay más de otros 30 partidos inscritos que espero no se conviertan en vientre de alquiler.
Olvídense de los Morados, de Podemos, de APP, Perú-Libre, que han hecho que la desgracia se hospede por cinco años en las más altas esferas gubernamentales.
Señores la esperanza es lo último que se pierde y es infinita, pero de eso no se vive.
Se vive de crecimiento económico, progreso y eliminación de la pobreza. Lampadia