Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Durante los últimos dos meses se ha hecho evidente que el Perú estaba dirigido a ser parte de la estructura política del chavismo-cubano.
Esto se interrumpió por el escandaloso nivel de corrupción y la torpeza en la ejecución política del gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre y sus furgones de cola, que nos llevaron apuradamente a un fracasado golpe de estado que devino en la ruptura del régimen de la izquierda radical.
Hoy está muy claro que ese gobierno de año y medio, nunca pretendió gobernar ni cuidar el bienestar de los peruanos. Desde el primer día infiltraron el Estado con agentes políticos que formaban parte de un proceso de ocupación de las estructuras de gobierno, nombrando ministros, directores, gerentes y prefectos que en buena medida respondían, por un lado, al senderismo y a actividades ilegales, y por otro al chavismo dirigido desde Cuba.
El fracaso del proyecto político de la captura del Perú, los agarró por sorpresa, sin haber terminado de armar las estructuras de poder que les permitirían asegurar el control de los acontecimientos.
Ante el golpe de estado que pretendía cerrar el Congreso, el Ministerio Público, el Poder Judicial, el Tribunal de Garantías Constitucionales, y la Junta Nacional de Justicia, el Perú puso encima de la mesa sus reservas institucionales civiles y militares, haciendo abortar el propio golpe de estado y la captura permanente del poder.
Por eso es que los socios de Castillo-Cerrón-Perú-Libre, desataron una ofensiva amplia y desesperada para retomar el rumbo.
Esta ofensiva se desarrolla en tres planos, con el ataque simultáneo de tres fuerzas, el Tridente Rojo Latinoamericano, compuesto por:
- Los radicales políticos locales vinculados al senderismo y a las actividades económicas ilegales, como la minería ilegal, el narcotráfico y el contrabando.
- Los congresistas de izquierda radical que desatan en el Congreso una ola populista que pretende debilitar aún más nuestra dolida economía.
- Los presidentes de los países vecinos, disque socios del Perú, que, con sus desatinos y mentiras, han transparentado un plan político continental que responde a la inspiración del chavismo-cubano, que, como el gobierno de Castillo, se nutre del narcotráfico y otras actividades ilegales.
Pero los peruanos en Cusco, Puno, Arequipa, Junín, Apurímac, Piura y Lima, le estamos diciendo ¡NO! a la violencia, al senderismo, al crimen organizado, a la injerencia extranjera; y estamos apostando por la Libertad, por el derecho al trabajo y por la Paz.
Hoy tenemos que enfrentarnos a tres enemigos. Pero el alma del peruano de bien no puede flaquear. Si hay que luchar, pondremos el pecho, inspirados por el espíritu de Grau y Bolognesi. Lampadia