La repentina aparición de Juan Guaidó en la escena política venezolana ha generado múltiples reacciones de los principales líderes políticos en nuestra región y en el ámbito internacional.
Desde que se autoproclamara presidente de Venezuela el pasado 23 de enero, en su condición de jefe de la Asamblea Nacional, 41 países que incluyen a importantes miembros de la UE (Alemania, Francia, España, entre otros), EEUU, Canadá, y la gran mayoría de los países latinoamericanos, incluido el Perú, han reconocido su legitimidad como auténtico líder de su país.
Fuente: Elaboración de 20minutos.es más Lampadia
A esto se ha sumado un reciente aval y llamado del Parlamento Europeo el pasado 31 de enero, que insta a los demás países de la UE a que se sumen al reconocimiento de Guaidó, por lo que se espera que su apoyo crezca aún más en los próximos días.
Este apoyo es relevante ya que Guaidó ha despertado las esperanzas de millones de venezolanos que han vivido y siguen sufriendo en carne propia la miseria generada por la perversa dictadura del chavismo liderado por Nicolás Maduro, el cual pretende enquistarse en el poder por 6 años más tras obtener la victoria en unas elecciones presidenciales fraudulentas y altamente cuestionables de mayo pasado. (ver Lampadia: Dándole la estocada final a la crisis venezolana)
Un desplome del PBI per cápita y del poder adquisitivo del bolívar, un aumento desenfrenado de la mortalidad infantil, una explosión de las solicitudes de asilo y de la inmigración hacia varios países de la región, son algunos de los indicadores que reflejan la gravedad de la crisis económica, política y social que enfrenta nuestro país vecino, Venezuela. Ver algunos indicadores:
En este contexto, Guaidó se presenta como una alternativa de cambio, que, de presentarse la renuncia de Maduro, asumiría plenamente la presidencia interina y se convocarían a nuevas elecciones, facilitando un proceso democrático y libre de violencia. Este es el camino que la comunidad internacional que avala a Guaidó espera y consideramos que es el adecuado, de cara una vez más a la larga crisis que ha enfrentado nuestro país vecino.
Sin embargo, como indicó recientemente un artículo de The Economist, aún cuando Guaidó pueda aglutinar mayor apoyo diplomático de más países a nivel internacional, su principal reto seguirá siendo el de calar en las fuerzas del ejército venezolano, ya que este apoyo presionará aún más a Maduro a renunciar al poder tiránico que detenta.
Consideramos que el internalizar este problema y abordarlo con una debida persuasión por parte de Guidó hacia las fuerzas militares, será clave para el éxito de una eventual salida de la crisis humanitaria de Venezuela.
No podemos dejar de poner el acento en la dificultad de la situación política, con unas Fuerzas Armadas corrompidas en gran medida, la presencia del narcotráfico internacional y la presencia y el soporte de todos los recursos de inteligencia del régimen cubano.
Líneas abajo reproducimos parte del pronunciamiento del Grupo de Lima en Canadá:
DECLARACIÓN DEL GRUPO de LIMA 4 de FEBRERO 2019
Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, miembros del Grupo de Lima, expresan lo siguiente:
1. Reconocer y respaldar a Juan Guaidó
2. Acoger a Venezuela en el Grupo de Lima.
3. Reconocer a los representantes designados por Guaidó.
4. Observar que las iniciativas de diálogo propiciadas por diversos actores internacionales fueron manipuladas por el régimen de Maduro.
5. Llamado al restablecimiento inmediato de la democracia.
6. Condenar las serias violaciones a los derechos humanos.
7. Urgir el restablecimiento de la plena libertad de prensa.
9. Preocupación por la situación de los presos políticos.
10. Profunda preocupación por la grave situación humanitaria.
11. Llamado a la Fuerza Armada de Venezuela para que manifieste su lealtad al Presidente Encargado.
12. Reiteran su preocupación por el éxodo provocado por la crisis política, económica y social en Venezuela.
(…) Siguen otros puntos (Ver en CNN)
DECLARACIÓN de OTTAWA POR VENEZUELA
OTTAWA, 4 de FEBRERO 2019
A continuación, compartimos el mencionado artículo de The Economist que brinda mayores detalles acerca de la figura política de Juan Guaidó y el principal reto que enfrentará en los próximos días, para darle punto final a la dictadura de Nicolás Maduro. Lampadia
Una república, dos presidentes
Juan Guaidó gana reconocimiento diplomático como presidente de Venezuela
Pero Nicolás Maduro todavía controla el ejército
The Economist
26 de Enero, 2019
Caracas
Traducido y glosado por Lampadia
La multitud lo instó a seguir. «¡Juramente! ¡Juramente!”, Gritaban. Y luego lo hizo. Juan Guaidó, el político larguirucho de 35 años, desconocido para la mayoría de los venezolanos hace un mes, levantó su mano derecha y se declaró a sí mismo como presidente en funciones de la República. Decenas de miles de personas, reunidas en Caracas el 23 de enero como parte de una manifestación nacional contra el desastroso régimen de Nicolás Maduro, ahora considerado un usurpador, lanzaron un grito de alegría.
Al final de la tarde, el hombre que Maduro y sus amigos intentaron despedir como un «niño pequeño» había sido reconocido internacionalmente como el líder legítimo de un país con algunas de las reservas de petróleo más grandes del mundo. El presidente Donald Trump fue el primero en respaldarlo; Canadá y todas las principales economías de América del Sur siguieron.
El ascenso de Guaidó a la prominencia ha sido espectacular. El 5 de enero fue elegido como jefe de la Asamblea Nacional de Venezuela como parte de un acuerdo para compartir el poder entre los principales partidos de oposición. Parecía casi el presidente accidental, seleccionado en gran parte debido a la falta de otras opciones. De los dos candidatos más obvios en su partido, Voluntad Popular, uno está bajo arresto domiciliario y el otro se refugió en la embajada chilena. La asamblea ha estado inactiva desde 2016. Después de que la oposición ganó la mayoría en la cámara el año anterior, Maduro la neutralizó, reemplazándola por un seudo parlamento que obedece sus órdenes.
Pero Guaidó ha usado hábilmente su posición como un recién llegado con aparentemente pocos enemigos para suspender las disputas internas dentro de la oposición y revitalizar las esperanzas de todos aquellos que quieren ver el fin del gobierno de Maduro. Su aparición se produce en un momento en que los vecinos de Venezuela, incluido Estados Unidos, buscan urgentemente una solución a la crisis del país. La incompetencia de Maduro ha empobrecido a los venezolanos, obligando a alrededor de una décima parte de la población a emigrar. El año pasado, celebró elecciones fraudulentas y se otorgó un período adicional de seis años, que comenzó el 10 de enero. La constitución venezolana dice que, si el puesto del presidente está vacante, como afirma la oposición, el jefe de la Asamblea Nacional debería asumir el cargo.
De una familia de clase media en el estado costero de Vargas, Guaidó, un ex estudiante de ingeniería, no tiene ninguno de los aires elitistas de la generación mayor de líderes de la oposición. Él y su familia perdieron su hogar en un desastre catastrófico en 1999, que mató a decenas de miles de personas. Esa experiencia, y el mal manejo de las consecuencias por parte del gobierno de Hugo Chávez, el mentor de Maduro, lo llevaron a la política. Se unió a Voluntad Popular cuando fue fundado en 2009 por Leopoldo López (quien sigue siendo el líder del partido, pero está bajo arresto domiciliario). Se ha centrado en rastrear los miles de millones de bolívares robados bajo las administraciones de Maduro y Chávez.
Guaidó se negó repetidamente a declararse presidente, diciendo que necesitaba el apoyo tanto de la gente como de las fuerzas armadas. Las crecientes protestas son evidencia de que cuenta con el respaldo de la gran mayoría de los venezolanos, incluso de los barrios pobres de Caracas, donde el hambre y la ira han vencido el temor del régimen. Pero Guaidó todavía no puede afirmar que cuenta con el apoyo del ejército. Hubo pequeñas revueltas militares, recientemente el 21 de enero, cuando 27 guardias nacionales robaron armas y se declararon en rebelión antes de ser arrestados. Los líderes militares, que controlan áreas clave de la economía, desde el petróleo hasta la minería y la distribución de alimentos, permanecen leales a Maduro.
Guaidó está ofreciendo amnistías a quienes desertan. Sin embargo, hasta que eso suceda, Venezuela tendrá dos presidentes: uno con la legitimidad y el otro con las armas. Lampadia