Jaime Spak
Para Lampadia
“Si la justicia existe, tiene que ser para todos,
nadie puede quedar excluido,
de lo contrario ya no sería justicia”
Paul Aster
“Leyes hay, lo que falta es justicia”
Ernesto Mallo
Si unimos las dos frases precedentes, podemos colegir que en el Perú la justicia tiene dos serios problemas:
- Existen muchas leyes, pero no se aplican adecuadamente.
- No todos son medidos con la misma vara.
Sin embargo, es irónico, porque un país en donde la justicia es muy cuestionada tiene a tres presidentes en la cárcel.
Un cuarto presidente y su esposa están en pleno juicio y en breves meses se dictará sentencia.
Es muy probable que corran el mismo destino.
Pero por otro, lado casos más sencillos, como dos sicarios que fueron aprehendidos junto con uno de los delincuentes más buscados, “Maldito Cris “, fueron liberados por una fiscal pusilánime y probablemente deshonesta.
Un abogado de un estudio muy importante maneja sin licencia de conducir, choca a una movilidad escolar y deja a una niña de nueve años gravemente herida, que se debate entre la vida y la muerte en la UCI de una clínica local y este sujeto es liberado.
Parecería una paradoja, personajes del más alto nivel están en la cárcel y delincuentes comunes y flagrantes están en libertad.
Para que un país pueda progresar debe de existir una justicia igualitaria.
En diferentes artículos anteriores, indique, que uno de los problemas más graves que padece el Perú es la corrupción.
A mayor corrupción, menor justicia.
Luego de estos años de incertidumbre que venimos padeciendo, ha llegado la hora de encarar de frente y sin tapujos el tema de la justicia en el país.
Estamos hartos de tantos escándalos a todo nivel.
El ciudadano de a pie, siente que la justicia en el Perú nunca será igual para todos.
Entonces tenemos que tomar el toro por las astas y de una vez por todas adecentar la justicia.
Hay tantos ejemplos en el pasado, de casos emblemáticos que faltarían hojas para enumerar todos.
Sin embargo, es una realidad que un país tan rico como el Perú la corrupción, unida a la injusticia, nos han robado el futuro.
Miles de millones de soles que han ido a parar a bolsillos de gente inescrupulosa, ha impedido el crecimiento de nuestra patria.
Recordemos el caso de los inservibles barcos Pachitea y Mantaro que costaron 64 millones de dólares, los caso Guvarte, Volmer, Villa Coca, en el segundo gobierno de Belaunde.
En todos ellos estuvieron involucrados, ministros, militares y líderes del partido.
¿Qué les paso?
Nada
Sin embargo, luego de la renuncia por fax de Fujimori y en medio del gobierno de Paniagua, se apreso a la mayor cantidad de altos mandos militares involucrados en millonarios robos.
Cuando el poder judicial desea actuar de manera certera, lo hace, no importando quien este sentado en el banquillo de los acusados.
Tenemos los más recientes casos, Lava Jato, el Club de la Construcción, los Cuellos Blancos del Puerto, el reciente caso de Marka Group, los amigos y familiares de Castillo.
Es decir, la gran mayoría de involucrados son gente que ostenta poder político o económico.
Una de las maneras más certeras de empezar a combatir la corrupción es que personajes intocables, sean juzgados con todas las garantías y si son sentenciados, pues que la cárcel sea su destino.
Es urgente que se empiece a incomodar a los que ostentan poder.
Tenemos que hacer una profunda reingeniería de nuestro aparato judicial.
No podemos seguir esperando años de años, para que un juez decida un caso sencillo.
Muchos de los que delinquen por primera vez, no aprecian la delgada línea que separa el bien del mal.
Ahora viene la pregunta del millón, ¿quién fiscaliza a los fiscalizadores?
Como podemos hacer para adecentar el poder judicial.
Como podemos hacer para que el ministerio público, tenga gente capaz e incorruptible.
Como lograr que los congresistas no ingresen por sus intereses particulares.
¿Como hacer que la justicia funcione?
Hay jueces probos, y ellos son los que deben de ser los que adecenten el poder judicial.
No es posible que la junta de fiscales solo la conformen cinco magistrados y entre ellos se eligen.
La corrupción es el arma que más se usa para enriquecerse.
Dentro de tres años, si no sucede nada extraordinario, habrá nuevas elecciones en el Perú.
Tenemos tres años para hacer reformas.
Lamentablemente estas reformas pasan por el congreso.
Con este congreso es imposible que se logre nada.
Hay demasiada gente incompetente y deshonesta en estos momentos.
Por eso insisto que la presidenta Boluarte tiene la gran oportunidad de cambiar las cosas.
¿Será capaz de hacerlo?
Nombre un consejo de jueces que ya no ejercen, pero que han destacado por su honestidad para que sean lo que inicien este cambio.
Debe de convertirse en una dama de hierro y hacer reformas profundas.
Será el inicio para que la justicia sea igual para todos. Lampadia