Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
La gira por México y USA ha engañado a muchos.
A unos los ha engañado la vestimenta y el sombrero. Han creído estar frente a un hombre de pueblo y no frente a un político astuto. Estos no se han dado cuenta que estaban frente a un disfraz. El hombre que usa sombrero sea de paño inglés, de jerga o de paja, o que usa un chullo, sabe quitárselo por respeto cuando llega, no lo exhibe como blasón.
A otros los han engañado los dislates, los errores y las limitaciones conceptuales. Han caído de inmediato en la descalificación, la burla y el meme, que no hace otra cosa que convertirlo en víctima y afirmar su afinidad con el peruano que no lee, no comprende lo que lee y por supuesto, no puede pensar lo que dice.
A otros, en el mundo de la política internacional y la diplomacia, también los ha engañado. Sus discursos vacuos y lleno de lugares comunes, como le gusta escuchar a los diplomáticos para responder elegantemente sin decir nada, han sido bien recibidos por diplomáticos y el secretario general de la OEA. La única digna excepción es la del Vice Canciller Luis Enrique Chávez, que nos ha recordado que el Perú no reconoce la dictadura venezolana.
A los banqueros internacionales también. Ya han tocado las puertas del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo para pedir dinero, dinero para el clientelismo político que se viene. Dinero que ellos no pagarán, que pagaremos los contribuyentes y nuestros hijos. A los banqueros no les importa ser engañados mientras haya un pagaré firmado, total, los estados no caducan y el Perú sigue pagando la deuda contraída por Velasco.
A los empresarios, siempre tan cándidos en política, ha sido más fácil engañarlos. La sede de AmCham ha sido el teatro. Sin mover una línea de su ideario político donde habla de economía popular con mercados y propiedad social, en lugar de economía de mercado y propiedad privada, les ha dicho que respetará sus inversiones y su propiedad. Han aplaudido. Y los áulicos, que tiraban piedras en la campaña a las inversiones privadas y los mineros, han salido a hacernos un recuento de los empresarios que no se irán y los que vendrán al país.
Hay otros que viven del engaño. Para ellos todo esto no es nuevo. Saben que todo es un embauque, pero buscan hacernos creer que no. Viven de eso. Con pauta publicitaria, consultorías, cargos en la OEA, fajines ministeriales, nombramientos o contratos.
Felizmente, hay millones de peruanos que no caemos en el engaño. Que sabemos ver los hechos y no nos encandilan las palabras. Sabemos que lo dicho en la gira es sólo eso, un engaño.
Si no fuera así y no se trata de un embuste más, habría que dejarse de palabras y pasar a los hechos que den coherencia a lo dicho. Aquí sugiero tres, para comenzar:
- Renunciar a Perú Libre, con lo cual desaparecerá la sujeción conceptual a un ideario que contradice totalmente lo dicho en México, Washington o Nueva York.
- Designar un Directorio independiente en el BCR, con Julio Velarde a la cabeza.
- Despedir a Bellido y la mayor parte de su gabinete.
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