Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
El Perú enfrenta problemas muy graves y destructivos:
- Una crisis institucional con los poderes públicos en guerra
- Invasión de la criminalidad en todos nuestros espacios de vida
- Una descentralización fallida
- Pauperización de la educación
- Ausencia de servicios de salud
- Fuga de jóvenes y capitales
- Estrangulamiento burocrático de las actividades productivas
- Pérdida generalizada de confianza en las instituciones y el futuro
- Caída del crecimiento de la economía y los ingresos
Dentro de un año estaremos en las urnas electorales.
En cualquier lugar del mundo, los líderes de la sociedad estarían muy activos analizando, comunicando y organizando movilizaciones académicas, cívicas y políticas, para plantear un gran cambio de miras, para proponer a los ciudadanos las ideas matrices que nos permitan abrazar la prosperidad sostenidamente.
Pero nada de esto sucede. ¿Dónde están los líderes?
¿En sus ghettos?
¿Temerosos? ¿Refugiados? ¿Avergonzados de su éxito?
¿En su zona de confort?
¿Gozando en silencio de sus pequeñas realizaciones?
¿Perdiendo un país maravilloso con resignación?
Un país pleno de oportunidades
Pudiendo dar un gran salto adelante, pudiendo crecer y generar riqueza, ¿no dar la batalla?
Abandonando a nuestros pobres a su suerte
Regalando a nuestros hijos a los países que los acojan
Traicionando el mandato de la historia:
“Nuestros padres nos hicieron libres, nos toca hacernos grandes”
Estos líderes frustrados, no solo no nos proponen acciones pro-desarrollo, tampoco reaccionan a las propuestas de la plaza.
¿Qué podemos hacer para sacudirlos sin matarlos?
La necesidad es la madre de la invención, se dice desde Platón.
Así fue con el gobierno de Fujimori.
Cuando vio que no había salida con el gradualismo, con valentía adoptó el shock.
La sociedad también lo aceptó. Cambiamos la historia.
Tuvimos nuestra pequeña revolución francesa.
Dejamos atrás 30 años de los despropósitos del socialismo, el populismo y las tibiezas.
Hoy estamos nuevamente en el suplicio. Quince años subyugados por los enemigos de la patria, acobardados, desenfocados y confundidos.
¿Necesitamos un buen grito? Pues acá está:
¡ACCIÓN!!!
Lampadia