Por: J. Eduardo Ponce Vivanco
Embajador ®, ex Vice Canciller de la República
Para Lampadia
Desde la caricatura que lo precede, el artículo que The Economist dedica al Perú (Ver en Lampadia: “El Perú tiene un presidente incompetente y un congreso desacreditado; su inestabilidad es sorprendentemente estable”) hace un diagnóstico crudo y acertado sobre el drama que vivimos con el gobierno que Pedro Castillo inició hace apenas catorce meses y que tendremos que soportar 46 meses más, a menos que el parlamento decida vacarlo.
La prestigiosa revista internacional se asombra de que Castillo haya tenido 72 ministros en tan breve período, especialmente en carteras cruciales como la de Defensa; que cinco hayan sido censurados; que varios hayan salido por conductas delictivas o ineptitud; y que se llegara al extremo de licenciar a un buen Ministro del Interior (con dos semanas en el cargo), “castigándolo” por intentar hacer bien su trabajo nombrando un equipo policial eficiente.
Incide en las limitaciones propias del origen rural de Castillo, su inexperiencia y su activismo sindical contra la educación. Destaca que su círculo de gobierno sea su propia familia y sus allegados de Chota, que tenga numerosas investigaciones fiscales abiertas, y que hasta ahora no exhiba logro alguno.
Asume que en los comicios de 2021, el electorado votó por él para evitar hacerlo por Keiko Fujimori, y dice que el Congreso es corresponsable por la profunda crisis política nacional. Se sorprende de los 16 grupos o partidos en que se fraccionan nuestros 130 parlamentarios y de que parte de ellos protejan el interés económico de dueños de universidades o de partícipes en el transporte informal. Descuenta la posibilidad de lograr una vacancia o un adelanto de elecciones porque los congresistas no quieren acortar sus mandatos ni perder sus sueldos y privilegios.
Niega que las elecciones regionales y municipales puedan hacer alguna diferencia en vista de los negativos o corruptos antecedentes de la gran mayoría de candidatos – lo que será fatal porque les corresponderá manejar dos tercios de la inversión pública del país -.
Termina lamentando la debilidad de los partidos políticos y la desorganización social que se expresa en el 70% de la informalidad y en una famélica sindicalización de la fuerza laboral: el 5%.
Culpa a Fujimori por la precarización de los partidos políticos (recordemos cómo condenaba “la partidocracia” antes de disolver el Congreso el 5 de abril 1992). Pero olvida que las nefastas reformas normativas de Martín Vizcarra superaron las arbitrariedades del “Chino” al prohibir la reelección de políticos, privándolos de un importante mecanismo de formación que también fortalece a los partidos.
Se alarma de que el entrampamiento y la crisis política que agobian al Perú se traduzcan en el decrecimiento de la economía y las inversiones.
Dado el prestigio y la credibilidad internacional de The Economist, su terrible diagnóstico es un estigma que agravará la paupérrima imagen del Perú.
Sin embargo, me parece de rigor señalar otros factores agravantes de la crisis nacional:
El concepto de “gestión”, esencial para cualquier gobierno u organización, está totalmente ausente en el gobierno Castillo.
La entraña del presidente es el sindicalismo magisterial asociado al senderismo del MOVADEF. Ocurre igual con el marxismo que profesan Perú Libre y varios de sus congresistas (Bermejo, Bellido) asociados al castro-chavismo y al Socialismo del Siglo XXI.
La cobardía del régimen para defender la minería y reprimir los ataques vandálicos que afectan la principal fuente de ingresos económicos del país.
La agudización del drama político nacional por la descarada y sediciosa campaña de Antauro Humala, firmemente decidido a competir como candidato en las próximas elecciones, a pesar de la expresa prohibición constitucional que impide postular a quienes hayan sido condenados a más de cuatro años de prisión por delitos dolosos (Artículo 107).
Los sindicatos magisteriales en el Perú – desde el SUTEP hasta el CONARE o el FENATEP – se inspiran en la ideología marxista y en las aspiraciones gremiales de los maestros, que no dan importancia alguna a los alumnos, que además de ser víctimas son objeto de un adoctrinamiento que pretende acercarlos a la ideología comunista.
La neutralización del control político del Congreso por el lamentable comercio de votos de apoyo al Ejecutivo a cambio de obras o nombramientos en favor de allegados o familiares de los parlamentarios.
Es en este vituperable marco que la próxima Asamblea General de la OEA se celebrará en Lima. En ella estará su Secretario General Luis Almagro, quien certificó públicamente la idoneidad y honradez de Castillo, como se puede apreciar en la escena registrada en Palacio de Gobierno, cuando el presidente todavía lucía su enorme sombrero chotano. Lampadia