Alejandra Benavides
Para Lampadia
Recientemente se publicó el costo de las propuestas de los candidatos, que pondrían presión sobre las arcas de la nación, y por ende sobre los ciudadanos y empresas. Según el análisis del ex ministro de economía, Luis Miguel Castilla, el costo fiscal adicional en millones de soles y como % del PBI de los planes de los candidatos mejor rankeados son (en orden de más a menos irresponsable):
- Mendoza (Juntos por el Perú) 89 mil y 12% del PBI,
- Lescano (Acción Popular) 73 mil y 10% del PBI,
- Fujimori (Fuerza Popular) 39 mil y 5% del PBI,
- R. López Aliaga (Renovación Nacional) 26 mil y 3.5% del PBI,
- Forsyth (Victoria Nacional) 19 mil y 2.6% del PBI
- De Soto (Avanza País) 16 mil y 2% del PBI.
Según Castilla, el número máximo “ideal” para procurar la estabilidad macroeconómica sería de s/.15 mil millones adicionales, es decir 2% del PBI.
Considero que esta presión adicional sobre el país no necesariamente sería tan grave en una situación tan trágica como la que hoy vivimos, si, por otro lado, los candidatos tuvieran un plan claro de cómo balancear las cuentas a través de estimulación de la inversión y consumo privados, ampliación de la base tributaria a través de formalización y manejo responsable de cuentas principales para asegurar el acceso a crédito competitivo. Lo que preocupa, es que aquellos que más quieren gastar, son aquellos que más bien destruirán cualquier potencial fuente de financiamiento (deuda y recaudación) y se rendirán ante la famosa “maquinita”, una fuente artificial, insostenible y destructora de valor.
La señora Mendoza y el señor Lescano parecen desconocer que el Perú tiene una deuda externa que no es gratis y debemos pagar en distintas monedas, que ya estamos en niveles altos de endeudamiento (37% del PBI al cierre de 2020) sin acompañamiento de crecimiento, y que nuestro desempeño en pandemia ha sido de los peores del mundo. Ambos candidatos parecen no saber que la competitividad de nuestra deuda se resume en la clasificación de riesgo, y por lo tanto, sus propuestas no sólo nos cerrarían los mercados financieros, sino que debido a sus nefastas propuestas se generaría un forado irreparable en el mediano plazo y nuestros bonos se volverían “bonos basura” – lo que sucede en países con gobernantes que creen que las arcas fiscales son su caja chica personal.
Las medidas intervencionistas que pretenden implementar, las revisiones a contratos ya cerrados, la cancelación arbitraria de proyectos mineros, y el simple discurso populista, ahuyentarán la inversión y contraerán el consumo. La rigidez laboral que proponen, así como el incremento de impuestos, es el monstruo perfecto para quienes pretendían formar una empresa, emprender o formalizarse. Estamos en máximos de informalidad (75% a fines de 2020), entonces, ¿cómo se pretenderá recaudar más? Lo que puedan “exprimir” a las empresas tiene un límite, y poco a poco más empresas llevarán sus recursos a otros lugares con más estabilidad y predictibilidad. La SUNAT será usada como agente extorsionador.
Hoy nuestra situación es frágil, pues hace 6 años que no generamos ahorros públicos, y más bien cerramos el 2020 con un déficit récord de casi 9%. El Fondo de Estabilización Fiscal que tenía US$5,500 millones pre-pandemia, hoy está vacío. La señora Mendoza pretende dar uso a las reservas internacionales (RIN), y así exponer al país a una quiebra inminente.
¡No caigamos en promesas vacías que sólo generarán miseria, NO EMPEÑEMOS EL FUTURO DE NUESTROS HIJOS Y NIETOS! Lampadia
https://estadisticas.bcrp.gob.pe/estadisticas/series/anuales/resultados/PM05748FA/html