Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Ese es el dilema del 2 de octubre. No se trata de elegir a quien gobierne nuestra región, nuestra provincia o nuestro distrito. Eso también está en juego, pero no es lo importante.
En esta elección hay 4 tipos de grupos u organizaciones que buscan su voto.
- Los partidos del Gobierno como Perú Libre y JPP que buscan obtener la mayor cantidad de votos posibles para decirles al país que el desgobierno que vivimos tiene respaldo electoral. Votar por ellos es votar por Castillo.
- Los partidos cómplices del gobierno como APP, Somos Perú, Podemos que buscan incrementar su caudal electoral para negociar una mejor tajada con el Gobierno. Más votos para ellos será ayudarlos a que crezca la tarifa política que cobran por su respaldo al gobierno. Difícilmente podría servir para que estos partidos reconvengan al gobierno y cambien el curso de los acontecimientos nacionales.
- Los partidos opuestos al gobierno como RN, Avanza País, Fuerza Popular, Frente Esperanza, lejos de buscar un mensaje político nacional de rechazo al gobierno, apuestan por incrementar sus propios espacios, sus cuotas, para liderar el bloque opositor. Un ejercicio imprudente en tiempos en los cuales la urgencia imponía la unidad. Votar por ellos implicará votar contra Castillo, sin embargo, no será suficiente para enviar un mensaje nacional nítido que sea relevante para el momento político actual del país.
- Los movimientos regionales de menor aspiración y diferente tendencia ideológica, sin pretensiones nacionales y con ambiciones vecinales o regionales únicamente, poco relevantes para el juego político nacional. El triunfo mayoritario de estos grupos en las regiones y provincias sería una llamada de atención a los grupos políticos nacionales, sin embargo, es un resultado inasible políticamente y sin correlato político directo en la escena nacional. Por lo menos no en lo inmediato, hasta que una figura emergente de este sector pudiera gestar un nuevo liderazgo político.
Esto está en juego con su voto. No está en juego la oferta de su candidato. Tampoco la obra prometida, ni el empleo que le han ofrecido. Está en juego mucho más para el destino del Perú.
Usted debe decidir si es ELECTOR o se convierte en CÓMPLICE. Lampadia