Jaime de Althaus
Para Lampadia
El lunes nos sorprendimos en las redes con unos videos de cientos de reservistas venidos sobre todo del norte del país que marchaban rumbo al Parlamento o a Palacio para pedirle al Presidente, decía la voz del video, que cierre del Congreso. Un tuit decía exactamente lo mismo y era retuiteado por Antauro Humala, que horas antes había anunciado que en febrero traería a 500 mil reservistas para cerrar el Congreso.
Pero nada más lejos de los propósitos reales de los reservistas. Por el contrario, como explica el general (r) Roger Zevallos, ex Chavín de Huántar, ellos están demandando que el Congreso apruebe que se les incorpore en la ley n° 31177, que les permitiría contar con los mismos beneficios que los licenciados de la “campaña militar de 1941”. Piden ser calificados como “defensores de la democracia”, para que ellos, sus cónyuges e hijos tengan acceso a becas de estudio y otros beneficios. Es decir, lo último que pedirían es que se cierre el congreso. Lo necesitan para que apruebe la ley que demandan.
El gobierno, quizá en pared con Antauro Humala, armó pues un psicosocial para de alguna manera alentar la sensación de que el pueblo (reservista) demanda cerrar el congreso. Esto al mismo tiempo que en el Parlamento crece el número de adhesiones a la completísima moción de vacancia preparada por Edward Málaga y otros.
Como parte culminante del operativo, ayer el presidente Castillo los recibió en el patio de Palacio de gobierno para pronunciar uno de sus más elocuentes -si tal cosa cabe- discursos de victimización, acusando a los poderosos, al congreso y a la prensa de inventarle corrupción para vacarlo solo porque es un hombre del pueblo. Ese era el objetivo: manipular la demanda específica de los reservistas para presentarlos como respaldándolo contra los poderes y el congreso. Para ello probablemente no escatimó recursos del ministerio del Interior o de Defensa para financiar su traslado a Lima y su alojamiento y alimentación.
No cabe duda de que para esta clase de operativos políticos y mediáticos el gobierno sí tiene algún cerebro que piensa, por más que el engaño sea evidente. Pero es también evidente el clientelismo, para ganar la adhesión de esos reservistas a sus planes. De hecho, el propio ministerio de Defensa informó acerca de la demanda real de los reservistas, convertida en una oferta de solución por parte del gobierno, para captar su favor.
Dice el tuit del MINDEF: “…el titular de la cartera ministerial dispuso las acciones administrativas para su oportuno reconocimiento como Defensores de la Democracia”. Pero eso requiere ley. Es una promesa engañosa lanzada con el objetivo de enganchar a los licenciados en el apoyo al gobierno y en eventuales movilizaciones, incluso para cerrar el congreso si tal cosa fuera factible. En esas estamos. Lampadia