Embajador ® J. Eduardo Ponce Vivanco
Para Lampadia
Una importante fuente empresarial del Ecuador mencionó que Maximiliano Aguiar, el mismo asesor político del señor Vizcarra, estuvo en la campaña de Rafael Correa a la presidencia del Ecuador. Dados los vínculos peronistas del consultor, y el perfil delictivo de su cliente, me propuse verificar el dicho con amigos de vieja data e indiscutible prestigio profesional en un país en el que he servido casi diez años de mi vida diplomática. Ambos confirmaron la información y precisaron datos coincidentes con hechos que aparecen en Wikipedia y la prensa del país vecino.
Aguiar trabajó varios años para el deplorable gobierno de Correa, vociferante epígono del chavismo, activista del ALBA y aliado de Putin (ambos padrinos Julian Assange). Rafael Correa tiene orden judicial de prisión preventiva y una alerta de Interpol suspendida por cuestiones procesales. El vínculo operativo de Aguiar era Fernando Alvarado Espinel, Secretario Nacional de Comunicación (y Rasputín) de Correa. Alvarado está asilado en Caracas por su complicidad en los latrocinios del vicepresidente Jorge Glas Espinel, presidente del Fondo de Solidaridad y Sociedad de la Información, y todopoderoso Ministro Coordinador de Sectores Estratégicos (ingeniero electricista y experto en energía).
Después del mandato de Correa, Glas asumió la presidencia de Alianza País, el partido con mayoría parlamentaria que postuló y apoyó a Lenin Moreno. Por las abrumadoras evidencias existentes, Moreno tuvo que denunciar a su antecesor, convirtiéndolo en su enemigo más acérrimo.
Los primos Glass y Alvarado fueron los más conspicuos cómplices de Correa en el manejo de la corrupción Lava Jato/Odebrecht. Glas purga seis 6 años de prisión en la Cárcel de Latacunga mientras Alvarado disfruta del paraíso chavista de Maduro. Aguiar era el instrumento de ambos en la política contra los medios y la libertad de prensa. Se sospecha que por haber sido el experto que dirigía la campaña de troles contra la oposición, seguiría colaborando con Correa (autoexiliado en Bélgica) y los adeptos que mantiene en Ecuador.
No sorprendería que Aguiar ayude en la campaña reeleccionista de Evo Morales, tan cercano al corazón del presidente Vizcarra y a la bilis radical de los gobernadores del Sur, que no ocultan el separatismo que promueven. Tanto Morales como el kirchenismo lideran las encuestas en Bolivia y Argentina para las elecciones del 20 y 27 del próximo octubre. No sorprendería, digo, porque el desastre de la Venezuela chavista desmanteló el ALBA y las ilusiones “panbolivarianas” alentadas por Cuba y el Foro de Sao Paulo, cuya solitaria pieza de ajedrez está en manos del Hermano Evo.
Se dice que la inteligencia castrista ha penetrado los mecanismos migratorios y electorales de Bolivia, al extremo de premunir a sus agentes de pasaportes del país vecino para filtrarlos al Perú. Si la información ha llegado a oídos de diplomáticos retirados, sería imposible que la inteligencia peruana no esté enterada de tan grave ocurrencia.
Aunque suene excesivo, sería coherente con el levantamiento que sacude los departamentos del Sur después de la visita del Jefe de Estado a Arequipa. No viajó para amonestar a su insolente gobernador, sino para aceptar humildemente sus exigencias: revisar la licencia a Tía María y propiciar una nueva ley de minería (para acabar definitivamente con esta actividad económica vital para el Perú).
La tesis de Maxi Aguiar se concentra en el “posicionamiento permanente” que su cliente político debe tener frente a las demandas ciudadanas. En caso de lograrlo, no debe cambiar de posición a fin de no destruir su triunfo (https://youtu.be/ctbpj3hoB20).
¿No es acaso lo que hace nuestro presidente? No solo escucha, sino que promueve las demandas del pueblo en un rosario de viajes interprovinciales que le impiden dedicar el tiempo y concentración a la gestión pública que corresponde al Poder Ejecutivo que preside.
Además de la evolución desfavorable de la economía, las reflexiones de nuestros mejores analistas, y los pronósticos de reputadas agencias calificadoras de riesgo (como Moody´s) que anuncian un pronunciado declive de las inversiones por el enfrentamiento político, nuestro presidente sigue empeñado en mantener su “posicionamiento permanente”, induciendo al pueblo a cantar una letanía que no es la voz de Dios. Lampadia