Alejandra Benavides
Para Lampadia
En la segunda vuelta electoral, la pregunta que debemos hacernos es una muy simple, ¿qué país aspiramos ser? En base a esa reflexión, la decisión resulta muy fácil. Votar por Castillo atenta contra todo principio que compone una democracia liberal, reduciendo al hombre a un ser sometido a los antojos de una élite que decide todo por él, que lo anula y que no lo reconoce como un individuo.
De acuerdo al plan de gobierno de Perú Libre y las declaraciones de Pedro Castillo y Vladimir Cerrón, líder del partido, el camino al que nos quisieran llevar es al de Venezuela, Argentina o Bolivia de hoy. Añoran el protagonismo del Estado en todos los aspectos de la economía y la sociedad, tienen total irrespeto a la propiedad privada y desdén por las instituciones – en forma y fondo y consideran la libertad de expresión como un obstáculo a sus pretensiones. Sorprende que a estas alturas del sigo 21, con la información objetiva que conocemos, existan quienes aspiran ser como los países más empobrecidos y reducidos de todo el mundo.
En 1960, Venezuela y Argentina tenían un PBI per cápita de alrededor de US$1,000 (dólares corrientes) – el doble que países como Chile y Singapur en ese mismo año, mientras que Korea del Sur tenía un PBI per cápita inclusive menor al de Perú. Sin embargo, Chile, Singapur y Korea del Sur se embarcaron en un proceso de modernización, apertura de mercado e inversión para mejorar educación, salud e infraestructura. Al 2014 (último año en que Venezuela tiene indicadores para el Banco Mundial y fallecimiento de Hugo Chávez), Chile tiene un PBI per cápita similar al de Argentina y Venezuela, el PBI de Singapur es 4 veces el de Venezuela y el de Korea del Sur es casi 3 veces el de Argentina. Al 2020, Venezuela tiene una pobreza monetaria de 96% – es decir, casi todos sus habitantes son pobres, y Argentina, una pobreza monetaria de alrededor de 40%, mientras que Chile tiene 10% de pobreza – cercana a la de EEUU. En el caso de Bolivia, la pobreza alcanza 39% – que si bien se ha reducido en las últimas décadas a paso lento, el PBI per cápita del país vecino es de los más bajos del mundo, menor que el de Costa de Marfil y Azerbaijan, a pesar de tener importantes recursos naturales. Asimismo, Evo Morales ha solventado sus políticas populistas con el incremento de deuda pública y uso indiscriminado de reservas. Ante una decreciente inversión privada, el modelo de Bolivia resulta insostenible.
No necesitamos una bola mágica para ver lo que sería un futuro con Castillo y Cerrón (y el Foro de Sao Paulo) a la cabeza. No necesitamos “conocer las propuestas”, como muchos opinólogos dicen, pues si bien es bueno conocerlas y entenderlas en el contexto del plan de gobierno, más importante es entender cuáles son los ideales del candidato, su cosmovisión del mundo. Por lo tanto, preguntémonos si queremos ser Venezuela-Argentina-Bolivia, o si queremos ser, en un futuro, como Chile-Korea del Sur-Singapur. Lampadia
Referencias