Estados Unidos ya votó. Contra todos los pronósticos, tienen de presidente al populista Donald Trump, quien ha declarado la guerra a los migrantes, ha ofendido a casi todas las minorías y ha hecho una defensa feroz de la autarquía en el país. Cuenta con el repudio de la mitad del país y hasta de varios destacados políticos del partido republicano. Se han pronunciado en su contra los historiadores, economistas y buena parte de la intelectualidad estadounidense. Trump ha superado de largo los 270 votos electorales necesarios para ser presidente; dispone de 290, mientras que su rival demócrata Hillary Clinton logró solo 228.
Fuente: www.flims.cl
Esta noticia ha caído de sorpresa al mundo, ya que desde hace dos semanas las encuestas daban una clara ventaja a Clinton y nadie apostaba por una victoria del magnate inmobiliario. La remontada de Trump en las encuestas se produjo después de que, once días antes de las elecciones, el director del FBI, James Comey, anunciase la reapertura del caso contra Clinton por el empleo de un servidor privado para sus correos electrónicos oficiales cuando era secretaria de Estado (2009-2013).
También se aprovechó de los cambios demográficos, las transformaciones tecnológicas y las tensiones económicas que ha vivido Estados Unidos en los últimos años para exacerbar la rabia y la angustia de la población, la cual Trump ha usado para aprovechar el descontento generalizado y vender la ilusión de “Make America Great Again”, el slogan de su campaña presidencial.
Trump, con un discurso nacionalista, proteccionista, xenófobo y populista, logró cortejar el voto de la clase media, obrera y rural estadounidense y aunar la frustración de ese sector contra los políticos tradicionales de Washington, que encarnaba su rival. Además, centró su campaña en presentar a Clinton, como la «deshonesta Hillary».
Ahora, no solo ha logrado conseguir la presidencia, sino que el partido republicano ha logrado conseguir la mayoría en la cámara de representantes y mantener el control del senado. Todo ello prepara el terreno para que Trump lleve a cabo una agenda fundamentalmente conservadora y se asegure un Tribunal Supremo republicano durante una generación.
Sin embargo, el partido republicano se encuentra casi tan dividido como la población. Los republicanos que controlarán el Senado están profundamente fragmentados en cuestiones que incluyen la inmigración, el comercio y el cambio climático. De hecho, algunos republicanos ni siquiera han apoyado a Trump en campaña y públicamente han anunciado que no votaron por él. Además, pocos conservadores han apoyado algunas de sus consignas más personales, como construir un muro en la frontera con México o gravar con un 35 % las importaciones mexicanas por parte de empresas de EEUU.
A nivel global, las portadas de los diarios muestran el verdadero asombro y descontento generalizado por los resultados de las elecciones.
¿Qué sucederá ahora?
En su primer discurso como ganador de las elecciones presidenciales de EEUU, Donald Trump ha priorizado la necesidad de unificar el país, fuertemente dividido por las elecciones, y se ha comprometido a ser el presidente de todos los americanos.
A pesar de su discurso, la incertidumbre es muy clara, especialmente en los mercados mundiales. Los futuros de casi todos los índices de referencia de Wall Street se desplomaron en 5% durante la noticia, y los sistemas automáticos han tenido que detener las cotizaciones hasta la apertura de la Bolsa americana. Por su lado, las Bolsas asiáticas, las únicas abiertas durante el recuento de votos, también han caído en más de 5%. Y el peso mexicano perdió un 10% de su valor frente al dólar.
Esta elección consolida la voltereta global contra el libre comercio la globalización. Juzgando en función de su campaña, tenemos que concluir que de hecho la primera víctima será el TPP, para felicidad de nuestras izquierdas tradicionales. Ver en Lampadia: El sándwich que amenaza a los países emergentes. Pero la lista de víctimas vinculadas a la apertura de las economías y a las alianzas estratégicas de EEUU con Europa, la OTAN, China, Japón y México, será larga, mediante una probable metamorfosis de la geopolítica global. Por ahora, las consecuencias del gobierno de Trump son difíciles de preveer. Esperamos que la institucionalidad de EEUU pueda frenar los peores ímpetus de su nuevo presidente. Lampadia