Fausto Salinas Lovón
Desde Cusco
Para Lampadia
El alcahuete en el amor es el que “facilita una relación amorosa, generalmente ilícita”. La alcahuetería en la política es la que “ayuda o sirve para encubrir”. Es la que “encubre u oculta algo”.
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, ya aparecieron varios que quieren ayudar a ocultar el lado oscuro del postulante recién aparecido. Hay que cuidarnos de ellos.
En el afán de encubrir y de ocultar, nos vienen diciendo algunas de estas cosas:
- “Perú Libre y Pedro Castillo son la expresión de las grandes mayorías, de los peruanos olvidados”, cuando este movimiento sólo ha obtenido 2,7 millones de votos de los 25,2 millones de electores que hay en el Perú, es decir apenas el 10.7% del padrón electoral. Sólo el 8.18% de la población nacional.
- “La derecha está terruqueando a Perú Libre”, cuando las informaciones periodísticas ya dan cuenta que por lo menos 4 de los congresistas electos de ese partido han tenido vínculos con el terrorismo, el último de ellos el camarada Parionita, Alfredo Pariona Sinche, acusado de pertenecer a SL y de planear el crimen del alcalde de Huancayo.
- “Pedro Castillo respetará las instituciones y será un demócrata”, para esconder que ya anunció la desarticulación del Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, la creación de una Asamblea Constituyente paralela al Congreso y que su plan de gobierno contempla tirar al tacho de basura la Constitución, el principal freno a cualquier dictador.
- “Esta elección es un referéndum contra la corrupción fujimorista”, ocultando que el dueño de Perú Libre Vladimir Cerrón está sentenciado de manera definitiva por actos de corrupción y que sus dos hermanos, Valdemar y Fritz Cerrón están investigados por Lavado de Activos.
- Un importante medio de comunicación que sobrevive de la jugosa publicidad estatal nos dice que “es falso que los congresistas de Perú Libre han estado presos por terrorismo”, para admitir a renglón seguido y en letra chica que “sólo han estado investigados por terrorismo”.
- “Castillo respetará la libertad de prensa y expresión” cuando está escrito, en su plan de gobierno, que la libertad de expresión esta subordinada a los objetivos políticos de la revolución y sus congresistas electas ya amenazan con sacar del aire a periodistas incómodos.
Ya los estamos viendo en medios de comunicación, en las radios, en las redes, en la política, en la publicidad, en las empresas, en los gremios, en los puestos de periódico.
También veremos a otros alcahuetear con su silencio o poniéndose de costado, la peor alcahuetería. Esa que cree que nadie la percibe y que te deja bien parado cuando todo pasa. Esa alcahuetería de algunos candidatos presidenciales que antes de encausar el voto que los respaldo están buscando asegurar sus negocios, canjear favores o buscar puestos previamente.
También veremos cándidas alcahueterías de quienes creen, como mi candidato Hernando de Soto, que su talla mundial puede hacer cambiar de criterio al peón de Vladimir Cerrón y convertirlo en libremercadista después de entonar los himnos de Sendero Luminoso. La candidez y el ego demasiado grande también se pueden convertir en otra forma, tal vez indirecta y más tonta, de alcahuetería.
Están en todas las clases sociales. En los sectores populares, en las clases medias, en las clases altas y en todas las profesiones, ocupaciones y negocios.
La alcahuetería, normalmente alienta relaciones ilícitas, como la que quieren gestar entre Pedro Castillo y una ciudadanía engañada o cegada por su odio al fujimorismo. Es hora de llamarlos por su nombre y tener mucho cuidado con quienes serán los alcahuetes de la destrucción de nuestra Nación. No serán indignados, ni dignos, serán solamente alcahuetes. Lampadia