Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
No debemos tener la menor duda de que, la población del Perú debe estar debidamente representada en el Congreso de la República, pero debe llamar la atención el sesgo delictivo que ha tomado control de éste, cada vez más, pero muy marcadamente desde el año 2021.
En días recientes, un periódico llamaba la atención del riesgo que corremos, de que, a partir de las elecciones de 2026, tengamos un predominio de representantes delincuentes, sentenciados e investigados por hechos delictivos.
Y pregunto, ¿no nos encontramos ya en esta situación con 78 investigados o sentenciados (60%)? Resulta que Podemos Perú (PP), se ha constituido en la segunda bancada, conjuntamente con Alianza para el Progreso (APP), ambos con 14 congresistas.
El PP, que empezó con una bancada de 5 miembros, ha crecido sumando 9 investigados o sentenciados penalmente. Pero claro, teniendo 14 representantes, se da el lujo de presidir tres comisiones. La calidad de sus miembros no incomoda al dueño y fundador del partido, quien tiene “sus propios anticuchos”, ni a los demás congresistas, pues PP preside las comisiones de fiscalización, salud e inclusión social. Por no hablar de los conflictos de interés.
Por su lado, APP preside el Congreso y las comisiones de Defensa del Consumidor, Presupuesto y Trabajo. Ciertamente, la comisión de presupuesto, les permite un amplio margen de maniobra para ejercer presión sobre ministerios, gobiernos regionales y municipales, para la asignación de recursos. Mientras que las otras dos, le permiten un juego populista, que no dudo explotarán de cara a futuras elecciones. Igualmente, ya dejaron la “mesa servida” para dejar en libertad y sin controles a la minería ilegal, ciertamente camuflada tras pequeños mineros y mineros artesanales “en proceso de formalización”.
Lo duro aquí es, que no hace falta puntualizar el esquema de reclutamiento de candidatos, ni de financiamiento de campañas de algunos partidos. Pues existe un esquema aplicado de manera transversal, para el reclutamiento igual en Perú Libre, Fuerza Popular y ahora debemos pensar en los, probablemente entre 40 y 60 partidos, que operarían para el año 2026. Aquí, “el que no tiene de inga, tiene de mandinga”, pues las mafias y sus recursos ilegales provenientes de: extracción ilegal de minerales, narcotráfico, transporte ilegal, tráfico de terrenos, entre otros, es el ámbito normal del origen de sus candidatos y, por supuesto, del financiamiento de sus campañas.
La verdad, no nos hemos ocupado por la calidad de nuestra representación nacional actual y, por eso tenemos un Congreso con 5% de aceptación. No quiero ni imaginarme la calidad profesional, ética y moral de sus miembros, ni la composición del próximo parlamento.
Me pregunto ¿estamos seleccionando profesionales con claros objetivos nacionales, responsables e íntegros? O ¿estamos permitiendo que grupos con intereses delictivos y sin valores morales, sean predominantes en el congreso?
No dudo que volveremos a ver, propuestas y discusiones absurdas sobre sistemas previsionales y “retiros” de fondos de la ONP (sabiendo que es un sistema de reparto), más destrucción del sistema de seguridad ante el desempleo (CTS). Peor aún, propuestas y manejo del transporte público, abriendo la cancha a la permanencia de flotas informales, antiguas y en pésimas condiciones. Otro tanto podría decir, sobre la permisividad para la minería ilegal y su responsabilidad sobre el manejo ambiental y de aguas. El tratamiento a los mineros envueltos en actos ilegales y la tolerancia del Estado frente a depósitos de acopio de mineral aurífero de origen dudoso o abiertamente delictivo y a las plantas de tratamiento para esos minerales, a vista y paciencia de la SUNAT, la policía, los jueces y fiscales.
Preocupa que, por todas estas vías, estemos destruyendo las instituciones y le estemos dejando “cancha libre” a los delincuentes.
El caso de Venezuela, tras 25 años de narco-dictadura, es un caso emblemático. El delito se ha enquistado en las instituciones nacionales, ha tomado el poder y gobierna para mantener próspera esa narco-dictadura de izquierda, apoyados por mafias de todo tipo, después de corromper a los mandos de las instituciones militares y policiales, al punto que ya no quieren, ni pueden dejar el poder.
Flaco favor nos ha hecho “la comisión de especialistas” de Vizcarra y su reforma del sistema político y electoral.
Han terminado por prostituir el sistema de partidos, han permitido que la delincuencia y la ignorancia se encaramen en el aparato del Estado, ejecutivo, congreso y sistema judicial. Se han ocupado de destruir y corroer la institucionalidad, los avances que se tenían planteados en educación, legalidad del transporte y otros. Están narcotizando el espíritu ciudadano, creando feriados, hasta el punto de ser el país del mundo con más días pagados sin trabajar, en lugar de fortalecer el espíritu de trabajo.
Nos resta educar a la ciudadanía sobre la importancia de tener un país formal, sin delincuencia ni corrupción, donde debemos de forjar nuestro futuro a base de educación y trabajo duro, pero, para eso, necesitamos elegir gobernantes y congresistas que no sean motivo de vergüenza nacional, tal como lo reportan las encuestas, desde el inicio del gobierno en julio de 2021.
Pocas veces la historia nos pone “en vitrina” casos emblemáticos, como el que hoy sufre Venezuela. Sería muy importante, que nuestros jóvenes conozcan el caso de Venezuela, que aprecien el destino al que nos puede conducir una secuencia de malas decisiones electorales, como Castillo y otros de mala entraña.
Propongo que se muestre diariamente, en la televisión y en las redes, el proceso de destrucción venezolano y el sufrimiento y la desesperación de un pueblo que quiere hoy salir del yugo en el que está atrapado, pero con gran dificultad.
¡No es cosa de juego! Lampadia