Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Las Crisis
Además de las múltiples crisis que estamos atravesando en el Perú, en lo económico, social, institucional, político y de servicios públicos; el severo fracaso del gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre, nos lleva, a la gran mayoría de peruanos, a desear prontamente la salida de Castillo de la presidencia. Pero lamentablemente, para muchos, eso implica hoy día optar por el vacío, por un abismo profundo, pues no sabemos que viene después.
Penosamente, una vez más, nuestra clase dirigente, políticos, académicos, empresarios y líderes de opinión, no han sabido ilustrarnos sobre nuestras verdaderas capacidades de desarrollo, ni del potencial de prosperidad de nuestro magnífico país. En la profundidad de las múltiples crisis que atravesamos, no ha sabido, como es su misión, mantener prendidas las luces al final del túnel.
El Futuro Posible
La verdad es que el Perú y los peruanos tenemos la capacidad de desarrollar un gran futuro de prosperidad. A diferencia de otros muchos países, tenemos todo lo necesario para lograrlo:
Nuestra Gente
Tenemos gente trabajadora, abnegada, creativa y resiliente, que sabe poner el pecho ante la adversidad e ingeniársela para superar las cargas que nos imponen los malos políticos, la falta de empleo y la lejanía de quienes debieran ayudarnos a distinguir la paja del trigo. Tenemos gente que confía en sus propias capacidades y en la solidaridad de sus familias.
Nuestra Geografía
Tenemos una geografía que nos ha dado grandes riquezas que podrían sustentar a mucha más población que la que tenemos. Ella nos regala con la diversidad biológica y mineral que apenas atinamos a desarrollar.
Cómo escribió Carlos Amat y León (cuya pérdida lamentamos), en el inicio del primer capítulo de su magnífico libro: El Perú nuestro de cada día (que debiéramos leer todos los peruanos):
“En lugar de buscar lo que no tienes, encuentra aquello que nunca perdiste”. Nisangaratta (Himalaya, 2000 a.C.)
“En el Perú la geografía manda. Somos un país de montañas tropicales. Si no reconocemos este hecho, entonces no sabemos dónde estamos parados. Por eso, los peruanos de estos tiempos andamos perdidos en “nuestro territorio” y no sabemos cuidarlo ni manejarlo”.
Nuestra geografía nos ha dado de la oportunidad de ser uno de los principales abastecedores de frutas y hortalizas frescas y procesadas del mundo, enriqueciendo a toda la gente del campo.
Nos ha dado abundantes riquezas marinas variadas y de gran calidad que podemos aprovechar para nuestra población de las costas.
Tenemos un potencial forestal que puede generar US$ 40,000 millones de exportaciones anuales, que como decía el ínclito Antonio Brack-Egg, puede generar empleo adecuado para toda la población de la vertiente oriental de los Andes y la selva.
Y, además, tenemos una de las mayores y más variadas riquezas minerales, que puede generar recursos económicos suficientes para financiar un gran desarrollo de la educación, la salud, la tecnología y las infraestructuras, permitiendo que toda nuestra población viva con los mejores estándares de vida del planeta.
Nuestros Sabios
Pero no le hacemos caso a nuestros sabios, como a Antonio Raimondi, que hace 150 años nos dijo:
O a Víctor Andrés Belaunde Diez Canseco, que impulsó la idea y el sustento de la ‘Peruanidad’. “El Perú es una síntesis viviente; síntesis biológica, que se refleja en el carácter mestizo de nuestra población, síntesis económica, porque se han integrado la flora y la fauna aborígenes con las traídas de España, y la estructura agropecuaria primitiva con la explotación de la minería y el desarrollo industrial; síntesis política, porque la unidad política hispana continúa la creada por el Incario; síntesis espiritual, porque los sentimientos hacia la religión naturalista y paternal se transforman y elevan en el culto de Cristo…”.
O a Jorge Basadre que nos habló de la grandeza que no sabemos aprovechar: “El Perú es mucho más grande que sus problemas”. Pero también nos advirtió de los quintacolumnas, los malos peruanos que sabotean nuestro destino:
“… la promesa de la vida peruana sentida con tanta sinceridad, con tanta fe y con tanta abnegación por próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: los Podridos, los Congelados y los Incendiados.
Los Podridos, han prostituido y prostituyen palabras, conceptos hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos.
Los Congelados se han encerrado dentro de ellos mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nada más existe.
Los Incendiados se han quemado sin iluminar, se agitan sin construir.
Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los Congelados lo ven como un páramo; y los Incendiados quisieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata”.
¿Cuál es nuestro futuro?
¿Venezuela o Nueva Zelanda?
Venezuela, un país muy rico, destruido por Chávez y Maduro bajo la tutela de la satrapía cubana, tiene al 95% de su población bajo la línea de la pobreza, al 75% como pobres extremos y ha perdido más de 7 millones de venezolanos que han debido emigrar para sustentar a sus familias.
Increíblemente, esta Venezuela empobrecida es el modelo de las izquierdas peruanas, esos malos políticos que solo quieren tomar el poder para entronizar la corrupción y enriquecer a sus líderes.
Por su lado, Nueva Zelanda tuvo la suerte de tener una izquierda inteligente, que buscaba sinceramente el bienestar de su población y supo emprender una reforma económica modernizante basada en el desarrollo del mercado.
Desde 1984, los sucesivos gobiernos han transformado la economía de Nueva Zelanda desde un país altamente proteccionista, con una economía muy regulada, hasta una economía muy liberalizada y de libre comercio. Estos cambios conocidos como “Rogernomics” y “Ruthanasia” fueron llevados a cabo por los Ministros de Hacienda, Roger Douglas y Ruth Richardson. La tasa de desempleo en Nueva Zelanda está situada en el 3.7 %, lo que supone la segunda tasa más baja de los veintisiete países de la OCDE. (Wikipedia).
Hoy Nueva Zelanda tiene un PIB per cápita 40,937 € euros, 7 veces mayor que el del Perú, ocupa el puesto 23 en relación a los 196 países del ranking de PIB global.
Además, es un país que ha sabido respetar sus diferencias y vivir en armonía.
¿Qué queremos los peruanos para nuestros hijos y nietos?
¿La migración forzosa a tierras desconocidas?
¿La pobreza de los esclavizados cubanos?
¿El empobrecimiento de los venezolanos?
¿O la armonía, el desarrollo y la prosperidad de los neozelandeses?
Estoy seguro que los peruanos sabemos lo que queremos y seremos capaces de corregir nuestros errores, para emprender el camino definitivo a la paz y prosperidad de todos.
¿Vacío?
El Perú es efectivamente más grande que sus problemas. Después del desastroso gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre, no está el vacío, está la prosperidad y el bienestar general que juntos podemos labrar. ¡Encontremos aquello que nunca perdimos! Lampadia