CONTROVERSIAS
Fernando Rospigliosi
Para Lampadia
El intento de una jueza de impedir que el Congreso elija a los seis miembros del Tribunal Constitucional (TC) cuyo mandato ha vencido hace ya casi dos años, es una nueva muestra del control casi dictatorial que las izquierdas han establecido en el Perú.
Una de las características de una dictadura es la concentración del poder y ellos han avanzado mucho en el control de los poderes del Estado desde el 2018, aliados con un presidente oportunista y corrupto -según la fiscalía- como Martín Vizcarra.
Como se sabe, ellos tienen la mayoría del TC y ese organismo les ha servido para dar un viso de legalidad a aberraciones inconstitucionales como la disolución del Congreso en setiembre de 2019. Allí mataron dos pájaros de un tiro, porque impidieron que el Parlamento designara a un nuevo miembro del TC, como correspondía, y a la vez liquidaron un poder del Estado con mayoría opositora.
En el período del Lagarto eliminaron el corrupto Consejo Nacional de la Magistratura y lo sustituyeron por una Junta Nacional de Justicia (JNJ) designada por quienes ellos querían. Es decir, los electores fueron los escogidos por ellos que a su vez nombraron a gente adicta.
En ese período prepararon también la elección de la presidenta del Poder Judicial, cuya hermana fue premiada con varios ministerios en la administración de Vizcarra.
El Lagarto también defenestró a Pedro Chávarry de la Fiscalía de la Nación para poner a la cuestionada Zoraida Ávalos.
En noviembre de 2020 derrocaron con una violenta algarada al presidente Manuel Merino y en una increíble maniobra impusieron a dos izquierdistas de los partidos minoritarios como presidentes de la República y el Congreso.
Ellos usan su poder a discreción, para perseguir a quienes se les oponen y favorecer a los que los ayudan.
Por ejemplo, la JNJ acaba de destituir al fiscal supremo Luis Arce, que recientemente denunció precisamente toda esta trama que ha permitido a las izquierdas imponer una cuasi dictadura controlando prácticamente todos los poderes del Estado, y alertando sobre las maquinaciones de la mayoría del Jurado Nacional de Elecciones para consentir el fraude e imponer a Pedro Castillo.
La señal es clarísima, si te opones y revelas las oscuras maniobras izquierdistas, te pasa por encima la aplanadora y te destruye.
Otro ejemplo es el del grupo El Comercio, que estaba tomado por ellos y les fue muy útil durante mucho tiempo. Hace poco se produjo un cambio importante en su línea editorial y de pronto un juez emite unas absurda e inaplicable resolución contra ese grupo por una demanda presentada hace ocho años. El mensaje es evidente, o se alinean nuevamente o iremos por ustedes.
Si ahora logran legalizar el fraude e imponer un gobierno radical izquierdista, es obvio que no se detendrán y tratarán de establecer una dictadura al estilo venezolano o nicaragüense. Lampadia