Jaime de Althaus
Para Lampadia
Es desesperante el contraste entre el potencial que tiene el Perú y la indolencia para aprovecharlo. No solo la indolencia, la acción artera para sabotearlo.
El caso de MachuPicchu es de antología. Betsy Chávez, cuando era ministra de Cultura, dejó la bomba de tiempo al disponer que el 25% de las entradas se vendiera físicamente en Machu Pichu pueblo. Desactivar esa bomba ahora resulta complicado. Un conjunto de intereses mafiosos impide la venta moderna online de entradas. Son empresarios locales, pero se arropan en la ideología de clases, con el argumento de que no se puede “privatizar” la venta de entradas. Por Dios: se trata de vender entradas, la mayor cantidad posible dentro de los parámetros establecidos, y que haya predictibilidad y seriedad. Lo que interesa es el bienestar y las oportunidades para todos, no para un pequeño grupo de comechados.
Como alguien comentó, atacamos primero a la minería, luego a la agroexportación y ahora al turismo. Destruir todo lo que genera riqueza solo para prosperar en la miseria política.
Mientras tanto empieza a ponerse en riesgo la mayor fortaleza macroeconómica que teníamos: el equilibrio fiscal. El año pasado terminamos con una caída de ingresos del 13% y este año el presupuesto es 12% mayor, en gran parte debido a aumentos de sueldos regalados por el Congreso. Podríamos tener una corriente de inversiones privadas fabulosa que rindiera muchos tributos, pero nada se mueve.
Necesitamos urgentemente si no un cambio de gabinete, cuando menos un cambio de ministros claves como el de Economía, el de Energía y Minas y el de Trabajo.
Ya es hora de lanzar Tía María, que dispararía un reguero de inversiones. Solo Southern quiere invertir 9,000 millones de dólares en proyectos como Tía María, Los Chancas, Michiquillay, así como en la ampliación de Cuajone y de su actual refinería, y en una nueva fundición, para aprovechar la oportunidad inmejorable del cambio de la matriz energética global, que demandará mucho metal rojo. Necesitamos un ministro que los reciba y se ponga a disposición para facilitar todos esos proyectos a la brevedad. Y así sucesivamente.
En noviembre se inaugura el puerto de Chancay. Viene el propio presidente de la China Xi Jinping. ¿Hay algún núcleo pensando los riesgos y ventajas geopolíticas y las oportunidades de inversión que ese puerto puede representar para el Perú, y la infraestructura complementaria que requiere?
Se podría generar una corriente de inversión muy grande para aprovechar los menores costos logísticos que implicará, insertándonos en cadenas de valor globales, atrayendo industrias que se deslocalizan, y otras que procesen el litio que se está descubriendo y el propio cobre.
Dejamos que crezcan los problemas. Se ha hecho bien en sincerar el Reinfo, pero se requiere una solución real al problema de la informalidad.
Los mineros informales quieren formalizarse, pero nadie los recibe. El camino actual para la formalización no funciona. Los gobiernos regionales carecen de capacidad para procesar los instrumentos ambientes que les presentan. Esa es una fuerza económica y social enorme que bien canalizada e integrada a la formalidad sería no solo un gran aporte al fisco y a la economía, sino a la reducción del espacio de las economías ilegales y mafiosas.
Tenemos que aprender a resolver los problemas.
Necesitamos ministros capaces.
Lampadia