Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 19 de agosto de 2022
Para Lampadia
Los corruptos siempre fungen de santurrones. Siempre. Tal es el caso del presidente Castillo y su pandilla: su esposa, su hija, sus sobrinos, sus cuñados, sus amigos, incluidos algunos empresarios. El cinismo está en la naturaleza de los corruptos. Está en sus ADN.
Efectivamente, no hay corrupción sin cinismo. La narrativa de la corrupción es idéntica a la narrativa de la integridad. Las palabras transparencia, honestidad, justicia, dios, legalidad, verdad, pueblo, etc. se repiten como disco rayado en sus discursos.
Por otro lado, están los que combaten la corrupción.
Este es el caso de la Fiscal de la Nación, Doctora Patricia Benavides y el equipo de magistrados especializados en la lucha contra la corrupción.
También están algunos policías (hay buenos policías), algunos congresistas (también hay buenos congresistas), algunos periodistas de investigación (también hay buenos periodistas), y la ciudadanía en general.
Estos también hablan de integridad, justicia y todo lo demás. El problema es que unos lo dicen de verdad, y otros – los corruptos – lo dicen de mentira.
En ese sentido, a veces es difícil discernir entre quién dice la verdad y quién miente. ¿Quién es el bueno, quién es el malo? Ante ello – para descubrir la verdad – hay que investigar, escarbar, ahondar, recurrir a testimonios, pruebas, analizar comportamientos, acumular revelaciones, encontrar coherencias e incoherencias, etc.
Por ejemplo, a mí me resultó difícil conocer la verdad en el caso Martín Vizcarra. Aquel expresidente que – en su momento – fungió de paladín de la justicia y la lucha contra la corrupción en nuestro país. Confieso: me la creí… al igual que muchos compatriotas. Sin embargo, resultó siendo un tremendo coimero. Ahora se sabe que coimeó en el Gobierno Regional de Moquegua. Coimeó en el Ministerio de Transportes. Coimeó en la Presidencia de la República. ¡Un sinvergüenza!
Pues, algo parecido es el presidente Castillo… y su pandilla. A los corruptos no les entran balas. ¿Vergüenza por mentir? Ellos no sienten vergüenza de nada. ¿Reconocimiento de coimas, adjudicaciones de obras a dedo, ventas de puestos? Jamás. – ¿Cómo voy a deshonrar la educación de mis padres? – responde a cada rato el presidente con total cinismo. Y la más descarada de todas – ¿acaso un maestro de escuela podría ser corrupto? –. ¡Tremendo hipócrita!
Los corruptos llegan a tales extremos de cinismo que son capaces – siempre lo hacen – de denunciar a sus perseguidores… precisamente, de corrupción. O sea, el mundo al revés. Ellos – los corruptos – son los buenos, y – en este caso – la Fiscal de la Nación es la corrupta. ¡Descaro total!
Guardando las distancias, yo puedo dar fe de ello. En el Gobierno Regional de Ica – durante la gestión 2015 / 2018 – combatimos la corrupción muy eficazmente, a todo nivel.
Gracias a ello, mejoramos sustancialmente los servicios de salud y educación en toda la región. La mafia de los brevetes – tal cual los Dinámicos del Centro del Gobierno Regional de Junín – fue desarticulada y destituida de sus funciones. Los brevetes se entregaban en cuestión de minutos, una vez aprobados los exámenes correspondientes… ¡sin coimas!
Bueno pues – producto de esa lucha – yo y mis colaboradores fuimos denunciados decenas de veces… por corrupción. Incluso, seguimos inmersos en sendos procesos fiscales interpuestos por los mismos funcionarios corruptos, a los que destituimos de sus cargos. Eso sí, siguiendo los debidos procesos, en los que la última instancia siempre fue el Tribunal del Servicio Civil de SERVIR. O sea, un tribunal independiente.
Por ello – por lo sacrificado que resulta combatir la corrupción en nuestro país – debemos respaldar a la Fiscal de la Nación, y a TODOS los que están librando dicha lucha. Es cuestión de justicia y gratitud. Además, nuestra libertad está en juego. Castillo y su pandilla quieren aniquilar a todas las instituciones que les resultan incómodas para cometer sus fechorías. Quieren eliminar – literalmente – a todos sus perseguidores… empezando por la Doctora Benavides. ¡Muy peligroso!
Repito. Así operan los corruptos. Siempre. Los corruptos siempre fungen de santurrones. El cinismo está en sus ADN. Por eso alcemos nuestras voces. La corrupción – aparte de ser un descaro moral – genera desempleo, pobreza y hambre.
¡Respaldemos a la Fiscal de la Nación y a todos los que la acompañan en su lucha frontal contra la corrupción! Lampadia