Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
En el medio de la pandemia y una crisis social y económica de proporciones dramáticas, nos tiramos de cabeza hacia una crisis política extrema.
En sus orígenes, esta crisis viene del desentendimiento del gobierno de PPK con el Congreso dominado por Keiko Fujimori.
Ambos cometieron errores graves, pero PPK, por su edad y cargo, tiene más responsabilidad. Incluso, antes de asumir el gobierno, se dio el lujo de no recibir a Luis Bedoya Reyes, que llevaba un mensaje de Keiko Fujimori para buscar la convergencia.
La caída de PPK fue propiciada por Vizcarra en un acto de traición.
La estrategia de Vizcarra fue la confrontación con el Congreso y el sector privado.
Forzó un referéndum desencaminado, nos dejó sin senado y sin reelección.
Cerró inconstitucionalmente el Congreso.
Siguió confrontando con el nuevo Congreso.
Se ganó la vacancia, siendo inconveniente en mi opinión.
Se portó muy mal en la crisis de la vacancia promoviendo el caos.
La vacancia era constitucional.
Nos hemos desecho de un presidente traidor, mentiroso y corrupto.
Las protestas, que no tuvieron nada de pacíficas, fueron promovidas por:
- Políticos como Guzmán, Humala, Forsyth y Vizcarra
- Periodistas como Rosa María Palacios, Álvarez Rodrich, Juan Infante
- Medios de comunicación como Canal N, RPP, Latina, El Comercio, Perú21 y la República
Merino y su gabinete no reaccionaron, se quedaron sorprendidos y paralizados.
La elección de Francisco Sagasti fue traumática. Primero propuso se reinstale en el gobierno a Vizcarra. Luego propició la candidatura de Rocío Silva Santisteban a la presidencia del Perú. Una barbaridad. Esa lista perdió gracias a la indisciplina política de los congresistas, que, gracias a Dios, votaron en contra.
Finalmente, postuló a la presidencia, llevando a Mirta Vásquez a la presidencia del Congreso. Ella es abogada de Grufides (la ONG del ex cura Arana que es subvencionada desde el exterior para parar la minería en el Perú). Congresista por el Frente Amplio, anti minero, anti inversión privada, pos-extractivista. Un muy grave error.
Buen discurso de investidura de Francisco Sagasti
Con aire fresco y un gran nivel intelectual, Francisco Sagasti dio un muy buen discurso. En 30 minutos ha podido recorrer la situación nacional y los retos de su gestión, sin una sola palabra de confrontación.
Remarcó la importancia del manejo limpio de las elecciones generales, la superación de la pandemia, la necesidad de preservar la estabilidad económica y fiscal, la seguridad nacional y la necesidad de recuperar la confianza y la esperanza de los peruanos.
Sin lugar a dudas, su discurso ha sido muy superior a todos los presentados por Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra, haciendo gala de su formación y experiencia.
Pero desperdició una gran oportunidad
Pero lamentablemente, Sagasti desperdició una excelente oportunidad para enfatizar la importancia de la inversión privada y el crecimiento económico para recuperar la salud del país, el empleo y los recursos fiscales.
Esto era especialmente importante para educar a los congresistas, a las autoridades regionales y locales, a los medios de comunicación y a los ciudadanos, que muchas veces vienen frenando inversiones a lo largo y ancho del país, por falta de visión y perspectiva de desarrollo.
¿Contendrá el populismo congresal?
Hizo una inteligente y suave invocación al Congreso a no aprobar leyes que afectarán el equilibrio fiscal. Pero lo dijo de una manera muy diplomática.
Otro error de Sagasti es que anunció que buscaría el equilibrio entre la salud y la economía. Cayó en esa falsa dicotomía que turbó al gobierno de Vizcarra.
El gabinete que elija Sagasti es muy importante para recuperar la confianza, enfrentar la pandemia y reconstruir la economía.
Para recuperar la confianza el gabinete debe tener capacidades ejecutorias más que discursivas.
En lo sanitario debe sincerar la información sobre afectados y muertos, debe decretar el uso de las pruebas moleculares, y debe desarrollar la estrategia de identificación y seguimiento de afectados.
Para reconstruir la economía debe promover la inversión privada, mejorar los protocolos, y facilitar los trámites para invertir. Debe flexibilizar el empleo temporal. Apoyar la ejecución de los proyectos de irrigaciones y proyectos mineros.
No es una tarea fácil. No puede equivocarse.
Enrique Ghersi
Por su lado Ghersi destacó:
Vivimos una circunstancia compleja.
La elección del 2016 fue fallida, los que pasaron a la segunda vuelta no se entendieron.
Keiko Fujimori, al destruir a PPK, se destruyó a sí misma.
Luego Vizcarra promueve la salida de PPK, que renuncia. Pero Vizcarra termina mal, encausado y con impedimento de salida del país.
En estas condiciones se cayó su reincorporación, va a terminar preso, el fiscal presentó un requerimiento de 705 páginas. Una acumulación formidable de indicios. En cualquier momento termina con prisión preventiva, como ya sucedió en otros casos.
Es muy peligroso ser presidente.
El Parlamento originó una crisis de legitimidad. Seguramente Olaechea no lo hubiera hecho igual.
Vizcarra cometió el error de no tener lista congresal. Seguramente hubiera sacado una mayoría. Se suicidó.
Apostó a los morados, pero el fuego los debilitó.
El Congreso actual es hostil, dispar, son unos gremlins.
No pueden construir, están listos para destruir.
Hay inseguridad política, todo es precario. Su opción será la peor posible, por su composición.
Las elecciones están muy abiertas.
Hoy hay un nuevo jugador: La Calle.
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