J. Eduardo Ponce Vivanco
Para Lampadia
En la Cumbre de la CELAC realizada en México en septiembre del 2021, el recientemente elegido Pedro Castillo confió sus penas a López Obrador y le contó la historia del humilde maestro al que los citadinos querían despojar de su sombrero chotano.
No fue una conversación inútil. Después de la primera moción de vacancia presentada en el Congreso en noviembre de 2021, AMLO lo ayudó. Envió a Lima una misión económica encabezada por su ministro de Hacienda. Su presencia sorprendió en el Perú, pero despejó el sombrío panorama de PCT en sus primeros meses de gobierno.
México es el cuarto socio comercial del Perú y sus inversiones son importantes, comenzando por las del Grupo México (Southern Perú) y América Móvil (Claro). Es nuestro cuarto socio comercial después de China, USA y Brasil.
No obstante, llama la atención que AMLO haya decidido repetir la historia del año pasado con la misión “empresarial” que se presentó en Palacio de Gobierno a la medianoche del miércoles para salvar, por segunda vez, a un Pedro Castillo en apuros.
Después de la improvisada reunión nocturna protagonizada por Marcelo Ebrard, él y sus empresarios retornaron al aeropuerto para viajar de inmediato a La Paz con similar propósito, pues el gobierno del MAS (el partido de su protegido Evo Morales) enfrentaba un violento levantamiento cocalero donde los gases lacrimógenos de la policía eran respondidos con dinamitazos en plena capital del país altiplánico.
Ebrard es un internacionalista afiliado a MORENA, el partido de AMLO, de quien es el visible delfín para las elecciones que México celebrará en 2024. Al inicio de su mandato López Obrador afirmaba que una buena política interna era la mejor política externa, una visión parroquial que fue corregida por su dinámico canciller. En su larga trayectoria exhibe cargos de verdadera importancia nacional, así como varios intentos de ser candidato presidencial desde comienzos de la década pasada.
No fue casual que en la reunión en Palacio de Gobierno Ebrard destacara la importancia del litio. Estaba sentado a la izquierda de un desconcertado Castillo, que parecía no estar al tanto de los importantes yacimientos que tenemos en Puno, ni de que el canciller mexicano estaba a punto de continuar su viaje en Bolivia, que también tiene grandes reservas de este preciado mineral. La importancia del litio para México deriva de que los automóviles son sus principales exportaciones a USA, y el litio es vital en el funcionamiento de las baterías que son la fuente de energía de sus motores.
México es una verdadera bisagra entre los Estados Unidos y América Latina, y es claro que el progresista Ebrard, como capitán del Grupo de Puebla, ha observado una propicia radiografía regional, especialmente en Sudamérica, donde la balanza se sigue inclinando a la izquierda, que es su referente político.
A Boric, el peronismo argentino, el cáncer de Venezuela, la satrapía comunista de Cuba, el izquierdismo chabacano de Castillo/ Perú Libre y la Bolivia del MAS, se sumará la gestión del ex guerrillero Gustavo Petro en la presidencia de Colombia.
Ante este panorama tan auspicioso para un progresista entusiasta como Ebrard y un partido como MORENA, no sorprende que México haya visto la oportunidad de convertirse en un actor cada vez más presente en Sudamérica a fin de asegurar el predominio de las izquierdas y evitar el retorno de gobiernos liberales.
Es pertinente recordar que cuando Evo Morales manipuló a la autoridad electoral para lograr una reelección fraudulenta, como fue acreditado en la auditoría que se solicitó a la OEA en octubre de 2019, AMLO y el Canciller Ebrard reconocieron de inmediato el triunfo del MAS y ofrecieron asilo político a Morales, que se refugió en México.
El padrinazgo que AMLO dispensa al gobierno del MAS en Bolivia es digno de interés en el Perú, pues no podemos olvidar los frecuentes actos de intervención de Evo Morales especialmente en el sur de nuestro país.
La situación se hizo tan notoria que el Congreso lo declaró “persona no grata” cuando tuvo el atrevimiento de convocar el cónclave inaugural de “Runasur” en el Cuzco.
Un frustrado intento para imponer la condenable agenda de la plurinacionalidad que disfraza la aspiración boliviana de lograr una salida al mar por territorio peruano. Lampadia