Pablo Bustamante Pardo
Desde el 11 de abril venimos planteando que los candidatos recojan el mandato popular de ‘seguir construyendo sobre lo avanzado’. Esto implicaba aprovechar la segunda vuelta para que el debate se centrara en la determinación de la agenda de gobierno, sus por qués y sus cómos. Si bien el voto popular había recogido con mucha sabiduría la dirección básica de gobierno, la opinión ciudadana está muy lejos de entender las relaciones causa-efecto entre la prosperidad y las políticas públicas que la hacen posible. Ver en Lampadia: El mandato popular que tenemos que leer.
Lamentablemente, los acontecimientos han ido por otro lado. Un enfrentamiento despiadado, en el que es muy difícil, con objetividad, afirmar quién empezó o quién lleva una mayor responsabilidad, entre otras cosas porque se ha desatado una guerra de ‘todos contra Keiko’, contrariamente a lo afirmado en los medios.
Prácticamente todo el establishment está en contra de Keiko. Casi todos los grupos políticos que le han dado su apoyo a PPK, lo mismo que los intelectuales y académicos que incluso han publicado pronunciamientos. Su máximo representante, MVLl como abanderado. Y la prensa, todos los canales de televisión, radios y la gran mayoría de periódicos dan también un apoyo exacerbado. El único estamento de la clase dirigente que no figura en la campaña es el empresarial. Bien por ellos.
El caso de los medios de comunicación llega a extremos de vergüenza. Se ha recurrido a las prácticas de la prensa chicha, como hizo el Canal 4 en ‘Poder de Cuarta’ (Cuarto Poder), o como se han reportado los resultados del primer debate presidencial:
Si se contrasta la movilización del establishment contra KF con el voto de la primera vuelta y con las últimas encuestas se está configurando una brecha perniciosa entre el establishment y las clases populares. Ver:
- Votación: PPK solo ganó en 3 de 196 provincias y KF ganó en 16 departamentos con un promedio de 46%, fue segunda en 7 con 27% y tercera en dos con 24%
- Encuestas: CPI-intención de voto: KF=45.8%, PPK=40.2% / IPSOS-simulacro: KF=52.6%, PPK=47.4%
KF acusa a PPK de ser el candidato de los empresarios, está equivocada, es el candidato del establishment y, ella sería efectivamente la candidata de las clases populares, una polarización política suicida.
Hoy día PPK y la mayoría de medios acusa a KF de ser muy agresiva, que en el debate atacó y no hizo propuestas. PPK afirma que en el debate: “Keiko sacó su ametralladora hecha por Montesinos”. Sin embargo, mientras PPK se quiere disfrazar de víctima, su publicidad, antes y después del debate, dice lo siguiente:
“Yo me comprometo a combatir la corrupción, pero les pido que no les den un solo voto más a los corruptos”.
Ver spot:
Además, PPK también dice en sus spots:
“Lo que el Perú necesita no es otro pacto entre políticos, yo quiero un pacto con la gente, contigo”.
Sin embargo, lo que ha hecho es todo lo contrario, ha celebrado pactos con las cúpulas den todos los demás partidos, faltando solo el Frente Amplio, que ya anunció su intención de hacerlo. Por si no fuera poco, es también evidente, la existencia de una especie de contubernio con el gobierno, especialmente en boca de la señora Nadine Heredia.
En Lampadia no queremos entrar a la discusión sobre quién ganó el debate, se lo dejamos al propio PPK, que al final del mismo le dijo a KF (con su lenguaje corporal) que ella había ganado. Ver imagen publicada por El Comercio:
Nosotros seguimos lamentando el giro de los acontecimientos, creemos que es auto destructivo y estamos corriendo el riesgo de que la población se harte con la falta de consecuencia de los candidatos, como ha advertido Martín Tanaka. Con ello, el ganador podría perder su ‘luna de miel’ y debilitar su gobierno.
A pesar de que ambos candidatos pretenden fortalecer el modelo de economía de mercado con el que hemos tenido el mayor ritmo de progreso de nuestra historia, parece, lamentablemente, que tienen dos visiones distintas: Un modelo y dos visiones. La visión de KF aparece como ‘bottom-up’ (de abajo hacia arriba) y la de PPK como ‘top-down’ (de arriba a abajo), expresando la perniciosa brecha que se está dibujando entre las élites tradicionales o el establishment y las clases populares.
Como hemos planteado anteriormente, lo que está en juego es mucho más que la elección del 5 de junio, también nos estamos jugando las elecciones del bicentenario (2021), pues solo un buen gobierno, que se aboque a las grandes reformas que necesitamos, podrá conducirnos, el 2021, a optar entre opciones políticas constructivas. Así mismo, los próximos cinco años son claves para generar los impulsos que nos permitan engancharnos de la mejor manera posible en el nuevo mundo de la ‘cuarta revolución industrial’, algo esencial para evitar que nuestros pobres se queden desconectados del resto de la humanidad. Lampadia