Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
Manuel López Obrador de México
Alberto Fernández de Argentina
Gustavo Petro de Colombia
Luis Arce de Bolivia
Nicolás Maduro de Venezuela
Daniel Ortega de Nicaragua
Miguel Díaz-Canel de Cuba
Los presidentes comunistas o filo comunistas de Latinoamérica expresaron su apoyo al expresidente Pedro Castillo a pesar de las evidencias de corrupción de su gobierno y del golpe de estado con el que decretó, en vivo y en directo, el cierre del Congreso, la reorganización del Poder Judicial, el Ministerio Público, El Tribunal Constitucional y la Junta Nacional de Justicia.
Se pretendía así, gobernar por decreto, imponer una asamblea constituyente chavista, tomar el poder absoluto y tapar los actos de corrupción del nefasto gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre.
Estos abrazos de oso de los compinches regionales de Castillo y compañía, prueban absolutamente el carácter del gobierno, comprometido con el comunismo latinoamericano, con las maniobras antidemocráticas con las que varios de ellos sustentan su poder y sus conexiones con el narcotráfico y otras actividades delictivas, como la minería ilegal, la tala ilegal y el contrabando.
A pesar de todo lo que hemos visto estos últimos meses y días, los tontos útiles del gobierno de Castillo-Cerrón-Perú-Libre, han vuelto a desenterrar las objeciones a los críticos de ese patético gobierno, calificando de terruqueo sus asertos políticos.
La crisis actual está permitiendo identificar a todos los enemigos del Perú, en el Congreso, en la Defensoría del Pueblo, en los medios de comunicación y entre los opinólogos que siembran dudas y confusión.
Lamentamos las muertes de ciudadanos empujados en los conflictos por dirigentes que se aprovechan de ellos y que nunca ponen el pecho.
La violencia desatada por los compinches de Castillo tiene que ser rechazada sin matices ni aguas tibias. Tenemos que apoyar al gobierno constituido y a nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, en la sacrificada labor de pacificar el país.
También tenemos que felicitar la correcta reacción de nuestras instituciones democráticas y militares, apegada a los preceptos constitucionales y ejecutada con sobriedad y templanza.
El Perú está probando nuevamente su grandeza y resiliencia. Así como nuestra economía ha soportado 10 años de deterioro creciente de las condiciones que alientan la inversión y el empleo, ahora está probando tener reservas institucionales muy positivas.
Del mismo modo, es alentador ver el rechazo de la población al golpe de estado y las marchas por la paz que se está organizando en Ayacucho, Cusco, Arequipa, Huancayo, y en muchas otras localidades.
El Perú es infinito. Con un buen gobierno, brota el bienestar y la prosperidad. Recuperemos la confianza en el futuro, la unión de todos los peruanos, la inversión y el empleo. Lampadia