El 2014, no es un año cualquiera. El gobierno que preside Ollanta Humala se encuentra a la mitad de su mandato constitucional. Es el último año en que puede emprender las reformas trascendentales que no solo mantengan en ascenso nuestro crecimiento económico, sino que nos permitan dar un salto cualitativo al desarrollo integral.
Semejante tarea no es responsabilidad exclusiva del gobierno. Es un compromiso que debiera asumir la clase política en su conjunto y claro está, las fuerzas vivas de la sociedad como el empresariado, la intelectualidad, los gremios. No hay más tiempo que perder, el tren del desarrollo no espera.
La responsabilidad del liderazgo nacional, como se ha señalado en Lampadia, debe propiciar la construcción de un Estado que funcione y una economía más competitiva. Se ha citado aquí, la publicación “The World in 2050” (“El mundo en el 2050”) elaborada por el HSBC considera al Perú como uno de los países de mayor progresión a nivel global. Sostiene, incluso, que si mantiene una tasa de crecimiento de 5,5% podría ubicarse en el puesto 26 de las economías más grandes del planeta.
Una enorme oportunidad que no se puede desaprovechar y que depende de dos factores estructurales y cuatro de coyuntura. Los estructurales escapan a nuestro manejo (el bono demográfico y la demanda de commodities, ambos favorables), y los coyunturales precisan que tomemos medidas adecuadas: la mejora de la educación, el fortalecimiento de nuestras instituciones, el desarrollo de las infraestructuras y generar un buen clima de inversión. Estos cuatro aspectos tienen que estar en la agenda nacional de manera prioritaria para transformar la potencialidad, que nos asigna el HSBC, en bienestar para todos los peruanos. Hace tiempo debimos haber adoptado estos objetivos como una ´Hoja de Ruta´ efectiva y medible de nuestra gesta por el desarrollo.
En Lampadia asumimos el reto de propiciar la discusión y difusión de ideas y políticas que permitan realizar reformas en estos campos cruciales para asegurar el crecimiento del país. (Agenda Pendiente).
Otro tema al que estaremos atentos es a las medidas que desde el Ministerio de Economía se tomen para evitar que la economía siga enfriándose. Los síntomas comienzan a aparecer y hasta el momento no hay esfuerzos importantes y efectivos para recuperar un clima de inversión positivo. La inacción, la falta de liderazgo, o peor aún, la aplicación de políticas inadecuadas, pueden agravar este problema.
En ese sentido, coincidimos con la preocupación expresada por Confiep en su comunicado del 12 de enero. El Presidente de la República tiene temas más importantes en su agenda, que la de inmiscuirse en la controversia surgida por la supuesta ´concentración´ de medios. En esa misma línea, consideramos inaceptable que se nos pretenda imponer una ley universitaria al caballazo y se mantengan políticas erradas para la regulación del sector pesquero. También coincidimos en la necesidad de lograr mayor efectividad en la culminación de los proyectos de inversión, para lo cual se requiere valentía política y eficacia en el Estado.
Por otra parte, analizaremos las condiciones en las que se encuentran las regiones. Seguiremos con especial detenimiento las campañas electorales tanto municipales como regionales y advertiremos sobre los peligros de posturas o propuestas que afecten el clima de inversión, en especial en las provincias en la que ya se manifiestan los beneficios del modelo económico. Lampadia.