Jaime Spak
Para Lampadia
El pasado viernes 21 del presente tuve el honor de ser invitado a la celebración del “Día de la Bandera Peruana “, que se celebra cada año en la monumental Plaza de la Bandera en el distrito de Pueblo Libre.
Este año se celebraron los 202 años de la creación de la primera bandera del Perú.
A fines del año 1978 un grupo de vecinos muy preocupados por la invasión indiscriminada de terrenos en la zona donde está ubicada actualmente la Plaza decidió pedir el apoyo en ese entonces del alcalde de Lima el señor Roberto Carrión Polit y luego del señor Piero Pierantoni, así como autoridades del ejército del Perú y del Instituto Nacional de Cultura, para rescatar este hermoso lugar.
Luego de muchas acciones motivadas por estos ilustres vecinos liderados por el matrimonio del señor José Chávez Denegri y la señora Catalina Ciccia, se pudo llevar a cabo esta monumental obra.
El 21 de octubre de 1980, durante el segundo mandato del arquitecto Fernando Belaunde Terry, se inauguró esta plaza contando con la presencia del presidente en este importante evento.
A partir de entonces el gran problema era cuidar la bandera para que no se deteriore y es así como se formó la Asociación Cívica Peruana Plaza de la Bandera.
Esta asociación fue creada por el señor Chávez Denegri y su esposa Catalina.
La bandera mide 13.5 metros de largo por 9 metros de alto y con un peso de 68 kg., representó para los miembros de la guardia republicana de aquel entonces, una tarea muy complicada de logística de tener que llevar y traer la bandera todos los domingos.
Pues la bandera es izada y luego bajada en cada ceremonia.
Solicitaron el apoyo de la asociación para poder guardarla cerca de la Plaza de la Bandera. Los esposos Chávez- Ciccia, sin dudarlo se ofrecieron voluntariamente a guardarla como un tesoro en su casa.
Todos los días domingo esta bandera es trasladada de casa de la familia Chávez que está a 3 cuadras de la Plaza.
La señora Catalina, aun luego del fallecimiento de su esposo se sigue encargando de guardar la bandera en su casa, en una urna especial.
Esta ilustre señora que acaba de cumplir 91 años, acompaña todos los domingos a las 8 de la mañana esta ceremonia.
El viernes pensé que la invitación era solo para estar presente en el estrado, sin embargo, tuve el inmenso honor de marchar junto con los familiares de la señora Chávez.
Créanme que apenas la banda del ejército empezó a entonar las marchas que acompañaron este evento, sentí una emoción indescriptible y como dicen las personas que lo han vivido anteriormente, el pecho se me henchía de un patriotismo que solo lo experimentaba cuando iba al estadio a ver a la selección.
Cuando uno es testigo de este tipo de eventos no hace sino sentir orgullo por estas personas que desinteresadamente contribuyen a afianzar el amor por nuestra patria.
Esta noble mujer ha recibido más de 120 condecoraciones, por su aporte cívico a la ciudad, entre ellas la medalla de honor en grado de oficial otorgada por el Congreso de la República.
Cuando uno ingresa a la casa de la señora Catalina, y se desplaza hasta un cuarto especial, se observa donde guarda la bandera en una urna especial y como si fuera un museo se puede apreciar los cientos de reconocimientos, entre medallas y diplomas por la encomiable labor que desarrolla esta noble mujer.
Para la ceremonia que tuvo lugar el día viernes vinieron especialmente del extranjero su hijo, sus nietos y su biznieta que, con sumo orgullo, junto con la hija que radica en Lima, desfilaron en procesión con la enorme bandera que es orgullo de su familia y de la Asociación Cívica que ella preside.
Con donaciones de gente patriota y desinteresada se puede renovar la bandera cada dos años para que luzca radiante y bella como debe de lucir nuestro emblema nacional.
El día viernes estuvieron presentes delegaciones de las tres fuerzas armadas, la policía nacional, el cuerpo de bomberos y una escolta especial del Colegio Guadalupe.
Si el ministro de Defensa, que también estaba invitado hubiera acudido habría dado más realce a la ceremonia.
Pero para este señor, prioritario era acudir al hospital de la Policía, a ver si la señorita que tuvo en ascuas a la ciudad durante 24 horas estaba o no embarazada.
Lamentablemente este es el gobierno de Castillo, pero por otro lado tenemos este grupo de personas que silenciosamente cumplen con uno de los más sagrados deberes que es el de preservar nuestro emblema nacional.
Salud por la Asociación Cívica Plaza de la Bandera y mucha salud a la señora Catalina Ciccia de Chávez que a sus 91 años sigue siendo la dinámica mujer que cuida en su domicilio el emblema nacional.