Jaime Spak
Para Lampadia
En el artículo que publique la semana pasada, dentro de las bondades del Perú, me réferi a su excelente gastronomía.
Hace un par de semanas mi buen amigo Eduardo de la promoción UNI 68, envió un chat que me dio la idea para escribir este artículo.
Se refería a todos los modismos que usamos frecuentemente cuando conversamos y para dar a entender situaciones cotidianas usando nombre de frutas, vegetales, comidas, etc.
Me voy a permitir este divertimento para compartirlo con ustedes.
¡Que piña!: que mala suerte lo que le sucedió a fulano.
Habla causa: cuéntame.
Estoy asado: cuando estas de mal humor.
¡Esta palteado!: cuando una persona esta complicada.
No seas zanahoria: se refieren a alguien demasiado conservador, que no se atreve a aceptar situaciones diferentes.
¿Cuál es tu cau cau? qué problema tienes conmigo.
Que lenteja: Una persona que no va a la velocidad que uno espera.
¡Qué papaya! Algo sumamente fácil de resolver.
Tirarse la pera: En nuestras épocas era faltar a clase.
Como cancha: Pregúntenle a Acuña, que tiene plata como cancha. Cuando se tiene mucho de algo.
Agarrar camote: Cuando te enterneces con alguien.
Que churro: se refiere a un hombre guapo.
Que yuca: algo sumamente difícil de resolver, como cuando estabas en la universidad y el examen era muy complicado.
Que buenas yucas: Una mujer de buenas piernas.
Lomazo: Mujer muy guapa.
Es Mantequilla: cuando algo es muy fácil o cuando jugábamos fulbito y poníamos en nuestro equipo al menos hábil y era la mantequilla.
Que buen queque: el trasero perfecto de una chica.
Hasta las caiguas: Cuando todo ha salido mal.
Hasta en la sopa: se dice de la persona que se aparece cuando menos lo esperas. O de alguien a quien vemos con demasiada frecuencia.
Mala leche: una persona que tiene malas intenciones y siempre trata de hacer lo incorrecto al prójimo.
Arroz con Mango: Algo imposible de entender cuando se explica cualquier teoría y se enreda al momento de contarlo.
Me cae Quaker: alguien que definitivamente cae mal.
Estoy frito: Cuando una persona está muy complicada por una situación que pensaba podía superarla.
Mezclar papas con camotes: cuando enredas tanto lo que dices que se convierte en algo insólito pues se usa argumentos de diferente tipo para explicar algo.
Tiene varios anticuchos: Se dice de los políticos que tienen antecedentes.
Es una chanfaina: Algo imposible de entender.
Ni chicha ni Limonada: cuando das la opinión de alguien que es neutro.
Que tal turrón: dícese de los que tienen mal aliento.
Falta un huevo: Cuando lo que estas apreciando le quedan muchos minutos u horas por acabar.
¿Picaron no?: Dícese de la persona que le gusta adular o enamorar.
Que chicha quieres: Cual es tu cau cau.
Pan con pescado: Cuando un jugador de futbol es fauleado por contrincantes, uno por delante y el otro por detrás.
Platanazo: Dícese de la persona que es lenta y no muy inteligente.
Estas hecho un camarón: Cuando has tomado demasiado sol y te ha dado una insolación de aquellas.
Hagamos una chanchita: Cuando juntas dinero con un grupo de amigos para comprar algo.
Que pavo: dícese de la persona cuyos comentarios son intrascendentes.
No tiene un mango: Una persona sin dinero.
Gallina vieja da buen caldo: se refiere a las mujeres maduras guapas.
Una Lorna: Se refiere a la persona que se sabe que no es ducho en lo que hace y te enfrentas y le ganas.
Que tal ostra: acción de quien logra lo que se propone sin medir consecuencias y usando malas praxis.
La verdad de la Milanesa: Cuando explicas lo que se oculta de lo que se está hablando.
Le metió su café: cuando alguien le habla en términos drásticos a otra persona.
Apanado: Ceremonia a que se somete alguien que será celebrado por algún motivo y consiste en recibir manotazos en la cabeza.
Media Naranja: Esposa.
Tallarín: talla o tamaño de una persona.
Pachamanquearse: sacar el máximo provecho de algún evento.
Me tiro arroz: Acción de ignorar a alguien.
Choro: Ladrón
En realidad, hay muchos más modismos que usamos, pero hay uno que es muy utilizado y hasta nosotros no sabemos la explicación.
Estando en un viaje por Chile, conversaba con un amigo y le estaba explicando una situación muy peculiar que había sucedido entre personas que conocíamos.
En medio de la conversación le indique: él decía que lo podía hacer todo, pero “a la hora de los loros” no hizo nada.
Perplejo mi amigo me pregunto:
¿Cuál es la hora de los loros?
Y no supe que responderle y me hice el sueco.
Que tampoco sé que significa.
Este artículo es un oasis para no seguir hablando de los anticuchos de nuestros políticos, pues más de uno acabara asado. Lampadia