Jaime Spak
Para Lampadia
Cuando empiecen a leer este articulo pensaran que estoy escribiendo sobre un expresidente.
Los artículos que he escrito, más del 95% son referidos a la política peruana y en estos momentos de incertidumbre y necesidad de energía en las decisiones gubernamentales, alguno añore la época que con una férrea decisión política se decidió poner fin a la época de terror que vivimos por más de 12 años en nuestro país.
Sobre todo, ahora que vemos una pasividad que ya linda con la dejadez, de no poder solucionar los problemas de bloqueos de diferentes lugares del Perú.
No hay que ser ingenuos, para pensar que los infiltrados lo hacen por un deseo de reivindicación.
Son financiados por el exterior y la policía no puede desbloquear las carreteras porque no hay decisión política.
Regresando al título de este artículo, estoy escribiendo sobre una persona muy especial a quien los amigos más cercanos le llamamos cariñosamente “CHINO”.
El Chino Jorge Deustua, compañero de la UNI, nuestra alma mater a la cual ingresamos hace 55 años, a pesar de haberse recibido de ingeniero, desde que salió de la UNI se dedicó a su pasión que es la fotografía.
No me equivoco si les digo que el chino Deustua es uno de los fotógrafos más importantes del Perú.
Jorge muy joven, emigro a Europa en busca de su musa, tanto del arte, como de su corazón.
Allí se codeo con toda la intelectualidad y fue muy amigo de Julio Ramon Ribeyro, con quien seguro pasaron horas y horas de tertulia.
El chino es un gran conversador y siempre tendrá alguna anécdota que contarte.
Profesor admirado por sus alumnos de la Universidad de Lima, hincha incondicional del Echa Muni, hace unos años emigro a Australia en busca de la felicidad en la tercera edad.
Fue profesor en la universidad de Brisbane y en estos días ha vuelto a su terruño.
Espero que, al leer este artículo, se decida a publicar el libro que ha escrito hace más de 15 años y sigue durmiendo el sueño de los justos.
Esta semana que paso, nos invitó a una exhibición de fotos de la muestra Ignus Fatus que hizo en Australia y que la pueden apreciar en el Bar Ole, ubicado en el Olivar junto al Tanta.
La trayectoria de Jorge Deustua como fotógrafo es muy amplia, las fotos que pueden apreciar son las que exhibió hace 7 años en la municipalidad de Miraflores.
De lo publicado por Jorge quiero destacar dos obras que me impresionaron.
Un libro de fotografía que les recomiendo: “En busca del héroe anónimo”.
Les voy a copiar un comentario sobre este libro, que dicho sea de paso hay fotos de los jugadores de futbol que clasificaron a México 70, extraordinarios.
Sobre este libro se ha escrito:
“La mayor virtud de esta fotografía poderosa es algo que podría definir la naturaleza entera de su obra: la forma precisa en la que puede capturar las más desgarradoras (o tiernas o incomprensibles) sensaciones humanas y devolverlas al espectador en su más sobrecogedora desnudez, como si al mirarlas algo invisible y profundamente hondo brotara de ese intercambio visual y, enfrentándonos, se instalara en nosotros. Ese hombre podría ser yo. El dolor de ese hombre podría pertenecernos a todos los peruanos. Es necesario observar las heridas frente al espejo para sanarlas. “
Pero una de sus mejores obras se llama justamente “Serie de la Guerra y pueblo de Sarhua- Ayacucho”, en donde pudo reproducir el extraordinario trabajo de los habitantes de ese pueblo de Ayacucho, que pintaron en unas tablas especiales todos los horrores que vivieron durante los años del terrorismo.
Y lo que iban pintando lo colocaban en la parte superior de las puertas de entrada de cada casa, para perennizar el horror de lo vivido.
Acá les dejo con otro comentario sobre su obra.
“Deustua retrató a las familias que habían migrado a Lima desde Sarhua, pueblo de Ayacucho, huyendo de la violencia política desencadenada por Sendero Luminoso. Posteriormente viajó a dicha localidad, en donde documentó el carácter de sus habitantes y las tablas pintadas que estos producían. Para entonces, solo un artista continuaba la tradición, y la labor de Deustua permitió la valoración de ese tipo de producción artística. Pero en un sentido más amplio, pudo dar cuenta de la vida y la violencia cotidianas en dicha región.”
Por ello creo que en medio de esta crisis política y social que vivimos es importante un oasis de cultura y que mejor que ensalzando a intelectuales y artistas que merecen un lugar privilegiado en nuestra sociedad.
Salud, querido Chino y Echa Muni toda la vida. Lampadia