Jorge Chamot
Febrero 13, 2023
Para Lampadia
Mencionamos en un artículo anterior la consabida declaración de la masificación del gas que lleva ya siendo tema político de varios gobiernos que siempre se limita y termina en más bonos de regalo a la población que, como dijimos, son simple gasto, no inversión, y que en realidad perpetúan la distribución de pobreza y no generan riqueza.
En otras palabras, se habla de una política de masificación del gas que en realidad no es tal y que menos aún incentiva al supuesto objetivo. Además, el encargarle a Petroperú la distribución en el Sur, no solo, no es la manera más eficiente por ser una empresa sin experiencia en el rubro, sino que en nuestra opinión agrava más aún la situación de subsidio bajo la cual ya se encuentra con las últimas transferencias de miles de millones del Tesoro Público que por supuesto pagan todos los peruanos.
Subsidiar y prometer que los precios del gas van a bajar, para no poder hacerlo después, no es tener una política de masificación del gas. Como ya mencionamos anteriormente, en Camisea, parte de la producción se reinyecta porque el mercado local no usa el total de la producción y la demanda no tiene como crecer a corto plazo. Este gas que no se utiliza, independientemente de la utilidad que cumple al mantener la presión del reservorio y aumentar la producción de líquidos, sin embargo, no solamente no se utiliza, ahora, cuando ya se ha producido, sino que, por falta de una política seria de masificación, no llega al consumidor u a otros mercados y encima el Estado deja de cobrar la regalía sobre esos volúmenes reinyectados al reservorio cuyo costo de operación ya está incurrido.
Quizás también muchos piensan, equivocadamente, que el gas de Camisea es mejor guardarlo para el futuro y por ejemplo no producir más e inclusive exportar más, ante lo limitado de la demanda local. La miopía en sostener algunos que el gas no se exporta pues es muy valioso para el futuro, muestra ignorancia total pues el valor presente de ese gas que se vendería o exportaría en el futuro, si es que no es simplemente cero, se acerca a dicho valor cuanto más tiempo permanezca en el reservorio. Es preferible entonces realizar su venta y monetizar el recurso al precio que produzca la utilidad que sea, hoy.
Si la demanda local del gas de Camisea disminuyera por efecto del incremento de energías renovables que en teoría reemplazarían a futuras unidades de generación térmica de electricidad, opinión que no comparto, verdaderamente ocurriera, sólo falta leer mi artículo sobre Camisea II para evidenciar lo que todos sabemos, no va a ocurrir, el potencial para utilizar nuestro gas es enorme. Es decir, lo que necesitamos para masificar el gas es aumentar la producción del mismo para disponer de volúmenes adicionales, que, además producen líquidos que como ya se ha mencionado anteriormente son necesarios para evitar la importación de los mismos ante el déficit de la producción nacional.
La riqueza enterrada no es riqueza, sólo es riqueza si se monetiza. Cuanto más se produzca, se creará más riqueza en los estamentos involucrados en la cadena de valor. Sólo para muestra un botón, aunque ya es “leche derramada”, digamos que si la tercera parte de lo que hoy día se reinyecta en Camisea se hubiera exportado y seguiría exportándose con una ampliación de la planta de LNG en Pampa Melchorita se podría haber generado alrededor de 10,000 millones de dólares adicionales a razón de la disparada de los precios de LNG en Europa y Asia. Ya que sería mera especulación, no me voy atrever a calcular el monto de regalías, impuesto a la renta, canon para el Cuzco, que se han dejado de percibir. Pero puede todavía ser una realidad que se puede aprovechar en el futuro.
Cuanto más se produzca, se aumenta la oferta y por consiguiente será más fácil, económico y factible masificar el uso del gas. Pero estamos hablando de no solo del GLP que es lo que la población entiende como “el gas” y es el que varios candidatos y eventuales presidentes ofrecieron bajar de precio. Esto no se puede hacer porque el Estado no es dueño del GLP, el dueño del GLP es la empresa que después de obtenerlo de la planta de fraccionamiento de Pisco, o el que lo importa, que ya ha pagado las regalías e impuestos, y todos los costos adicionales de procesamiento, transporte, distribución y venta, decide como, cuando y donde comercializarlo.
Valga la oportunidad para aclarar que de acuerdo a los Contratos-Ley de Camisea, el Estado es “Parte” en los contratos. Se habla mucho de que el gas es de los peruanos. Efectivamente es de los peruanos cuando está enterrado, pero una vez que ha sido producido por la empresa privada con la inversión de riesgo y las operaciones altamente costosas de su producción y pagado las regalías al Estado, de acuerdo al contrato, ya es de la empresa que lo produjo. Estamos hablando del gas natural que sale del pozo y que incluye el gas seco (metano y etano) que llega por gaseoducto a Lurín y Pampa Melchorita, y los líquidos que se transportan por el poliducto a la planta de fraccionamiento en Pisco donde se obtiene el GLP y la gasolina natural.
Entonces, aumentemos la oferta de gas, ampliemos las instalaciones ya existentes y demos los suficientes incentivos para que la empresa privada invierta en las nuevas que se necesitan, aligeremos los requisitos para establecer mediana y microempresas que entren en el mercado de distribuir y vender gas vehicular y GLP en balones. En el caso del Sur, desarrollar Camisea II y una vez que ese gas llegue a los consumidores mediante su gaseoducto, el gas se masificará por sí solo pues seguirá siendo el combustible más barato en esa parte del país.
Evidentemente podemos incluir en los posibles acuerdos de Camisea II, mediante formula contractual, tal como se tiene en Camisea I, que los precios del gas seco tengan máximos de acuerdo a los vaivenes del mercado. Eso no es control ni regulación, es un acuerdo contractual, es decir producto de negociación previa, al que se llega con los contratistas y que es parte de sus cálculos para determinar su retorno sobre la inversión. Eso inclusive crearía una competencia de suministro al gas de Camisea I que todavía podría llegar al Sur. ¡Eso es masificación!, ……aumentando la oferta.
MI PROPUESTA:
- Facilitar a las empresas involucradas en la logística existente tanto de transporte como almacenamiento, distribución y venta de gas natural ya sea que llegue vía gaseoducto o LNG (gas natural licuefactado) y GNC (Gas natural comprimido) con la producción ya vigente y disponible con el proyecto ya en funcionamiento de lo que hemos llamado Camisea I , pero sin subsidios a la población y menos bonos de regalo sino con incentivos agresivos y claros para incentivar la inversión privada en estos mercados. Facilitar no implica bajar la guardia en el cumplimiento de las normas técnicas existentes y de eso se encarga OSINERGMIN.
- Plantearle al consorcio propietario de la planta de LNG en Melchorita la necesidad de ampliar su capacidad de producción, así como la infraestructura necesaria para ello. Obviamente se necesita una negociación para ello, pero si esta negociación no fuera concluyente positivamente, añadir una planta nueva de LNG dentro del paquete de Camisea II que estaría localizada en ILO. Gas tenemos más que suficiente y el mercado internacional lo requiere y seguirá requiriéndolo en el futuro, solo veamos la desesperación en la que Europa construye plantas regasificadoras de LNG, incluyendo los llamados FSRU, que son barcos especiales para almacenar y regasificar el LNG que son más baratas, se construyen mucho más rápido y son mucho más fáciles de obtenerles permisos ambientales que las tradicionales plantas en tierra.
- Estudiar la posibilidad de, en lugar de reinyectar el gas en el Lote 88, llamar a una licitación internacional para, usando la infraestructura existente en Camisea I, con los ajustes que fueran necesarios, establecer un terminal flotante de licuefacción de gas natural que podría ser en la misma zona de Pampa Melchorita utilizando el gaseoducto ya existente. Obviamente implica una negociación con el consorcio productor, y dicho sea de paso, también podría incluirse que gas que no se utiliza con el propósito de producir LNG en esta nueva planta flotante, se vendería a un precio contractual máximo para crear competencia a los suministros ya disponibles en el llamado Sur Chico.
Lampadia