Jorge Chamot
Octubre 8, 2024
Para Lampadia
En nuestro reciente artículo #30 “Metales críticos y Tierras Raras” hablábamos de la competencia que Argentina es para nosotros en atraer inversiones para el sector minero y que ya estaban en conversaciones con los grandes en la industria para desarrollar sus reservas de Cobre, aparte de la intensa actividad que tienen en Litio.
Hacíamos hincapié en lo agresivo que es el gobierno de Milei en trabajar en ese sentido y hacíamos notar que nosotros no tenemos inversiones extranjeras frescas en nuevos proyectos y que parte de la oportunidad que están desarrollando es por la demora en poner en ejecución los proyectos que tenemos “en cartera”, como al Gobierno del Perú le gusta catalogarlos.
Creemos que Milei le está dando tanta importancia al cobre, porque
- ya es catalogado como metal crítico
- en unos pocos años no habrá suficiente para cubrir la demanda mundial (y la demanda crece en promedio a 2.6% al año, el suministro crece a 2% al año)
- hay mucho dinero disponible en el mundo, inversionistas buscan lugares que les den seguridad. Esto explica últimamente la concentración de inversiones mineras en Australia, Canadá y USA
- y por supuesto, simplemente porque tiene recursos que su explotación devengará en bienestar y progreso para la población de Argentina. Milei dentro de su política entiende que recursos enterrados no valen nada
Es por ello, que nos permitimos copiar lo que hemos dicho antes sobre esta ventana de oportunidad que está aprovechando Milei :
“…….. ha visto Oportunidades en Cobre en lo que ha significado
- la paralización de la mina Cobre Panamá (por sí sola es 1.5% de la producción mundial),
- las demoras del Perú en implementar sus inmensos proyectos ya estudiados,
- la bajada de la ley de los minerales y el aumento de los costos de la explotación en Chile,
- la justificada falta de interés de los inversionistas en Bolivia y el lento desarrollo minero en general en otros países de la región, con excepción de Brasil,
- la falta de nuevos grandes proyectos en el mundo, que si eventualmente se desarrollaran, no van a estar listos cuando se les necesite (hoy realistamente demoran casi 20 años en entrar en producción desde el descubrimiento) “
Decíamos que Argentina es nuevo en el mundo del Cobre y que dentro de poco será el segundo país exportador de Litio.
Interesante también, Argentina, que sigue siendo tema de interés internacional, participa intensamente en el Directorio de la International Atomic Energy Agency (IAEA) en Viena, Austria, y, ¡oh sorpresa!,
También Colombia, que no tiene ni experiencia en energía nuclear ni tampoco tiene producción de Uranio, aunque sí tiene proyectos, y
Ecuador para el periodo 2024-2025, que no tiene ni uno ni lo otro aunque consigue dinero de la institución para estudios de laboratorio y otros usos.
¿Y el Perú?, ¿dónde está la Cancillería que nos debería haber propuesto para el Directorio, ya que tenemos Uranio en Puno y que deberíamos anticiparnos quizás repotenciando el Instituto de Energía Nuclear del MEM, como ya hemos sugerido antes? Somos miembros del IAEA desde 1957 y podríamos aprovechar más apoyo de esa institución.
Pero, ese no es el motivo del artículo. En realidad, el tema del cobre es algo del que debemos ser conscientes pues competimos en conseguir inversiones, pero no es de preocupación, no es un desafío. Eso es fácil de solucionar, solo tenemos que tomar acción con nuestros proyectos con los cuales podemos duplicar la producción de cobre e igualar a Chile, hoy el primer productor de cobre en el mundo. Y no es preocupación porque el mercado internacional del cobre es gigantesco y hay sitio para todos.
Algo diferente es el tema del gas natural y el LNG (Liquified Natutal Gas, el cual ya lo tocamos inicialmente en nuestro artículo #8 “LNG” de Febrero, 2023 y recientemente en el #32 “Saudi ARAMCO”). El mercado de gas natural es gigantesco y también hay sitio para todos, pero la reciente agresividad de Argentina en desarrollar sus campos de Vaca Muerta (principalmente en la provincia de Neuquén) sí podría ser de preocupación a nuestros intereses, sin atrevernos a dudar del derecho que tienen de explotar sus recursos.
Sin embargo, tenemos que acordarnos que en general no hay países “amigos” sino países con “intereses comunes”, y en este caso este tema sí podría convertirse en un desafío.
Argentina ya ha anunciado su política de exportar gas natural. LNG al mercado mundial con dos proyectos (Un terminal flotante con GOLAR y otro en la Patagonia con PETRONAS) y Gas natural por gasoducto a todos sus vecinos, incluyendo Bolivia y Chile, que sí podríamos decir que nos preocupa. Es decir, nos estaría quitando mercados que bien podríamos suministrar por diferentes métodos (tuberías o LNG o CNG por tierra hasta los grandes clientes en los dos países y en el caso de Chile, además por vía marítima) con los recursos que tenemos de gas en el Gran Camisea y que insistentemente hemos ya mencionado que deberíamos ampliar su explotación con un Camisea II con dirección al Sur.
Una cosa es, en el caso del Cobre, que competimos con Argentina en atraer inversionistas extranjeros de “espaldas anchas” y otra que nos quiten mercados que hasta cierto punto, son naturales para nosotros, teniendo los recursos, porque gas hay en Camisea. Sólo hay que probar las reservas adicionales para Camisea II, que justificaría un paso importante en integración regional y sería un rubro más para nuestras exportaciones además de crear un polo de desarrollo energético, petroquímico e industrial digamos en Ilo, como ya también hemos sugerido antes.
Bolivia y Chile (es irrelevante el por qué) son deficitarios en energía y para nosotros, con el potencial que tenemos en todas las formas de generación de energía podríamos producir mucho más de nuestras necesidades y exportar gas natural y electricidad (esto último no solamente a Bolivia y Chile sino dicho sea de paso también a Ecuador).
Tomó 20 años para que, desde el descubrimiento de Camisea, se llegara a usar el recurso a través de Camisea I. No tenemos por qué esperar otros 20 años para un Camisea II.
Un concurso internacional para adjudicar nuevos reservorios, incentivos para nuevos contratos, incluyendo ampliación de contratos existentes para aumentar las reservas en los reservorios ya en producción, ampliación de instalaciones como la planta de procesamiento de Malvinas y un concurso internacional para finalmente construir un gaseoducto al Sur (que como ya sabemos hay millones de dólares en tuberías tiradas en el medio de la nada de proyectos anteriores y que encima nos cuesta mantenerlas), que a todo eso le llamamos Camisea II. Es simplemente desidia del gobierno que no piense en grande una vez más.
Ahora ya no es solamente llevar gas a las termoeléctricas hoy de reserva fría en la zona de Mollendo y la posibilidad de construir otras en el sur, suministrar a innumerables minas en la región y la oportunidad de hacer petroquímica, pero todo esto parece no ser suficiente para el gobierno para un nuevo proyecto.
Pero ahora resulta que podríamos perder los mercados en Bolivia y Chile tanto de gas natural o de urea que los dos países también importan igual que nosotros, y/o de electricidad que bien podría ser generada por gas natural en plantas nuestras.
O, y aquí viene nuestra preocupación mayor, ¿es que no nos damos cuenta que a lo mejor en unos años, gas natural de Argentina podría inclusive llegar al sur del Perú si no desarrollamos nuestras reservas?
El sur del Perú seguirá aumentando su demanda en adición a la de las nuevas minas que se abrirán, y si Argentina tiene la infraestructura para suministrar hasta Bolivia y Chile, ¿qué le impediría extenderla al Sur del Perú? Sería el colmo. Tiene gas de sobra. Es, decir, un país como el nuestro que tiene energía para exportar, ¿se convertiría en importador de gas natural de Argentina? Absurdo colosal.
Gas natural seco de Argentina podría también ser licuefactado en Chile en las plantas de regasificación de LNG reconvertidas, como ya hemos advertido antes, para exportar a Lejano Oriente directamente por el Pacifico. Lejano Oriente es el destino de una segunda planta potencial de LNG del Perú con la ampliación de la producción de gas de Camisea. Entonces, ahora sí que nos quedaríamos con el gas enterrado sin destino.
Dicho sea de paso, la exportación de energía en cantidades considerables no es algo utópico, pasa en todo el mundo. Si hablamos de electricidad, además de gas natural, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ya ha aprobado un préstamo muy importante a Ecuador para una línea de trasmisión de alta tensión que conecte con el sistema peruano que fácilmente puede tener excedentes (En ese sentido, hace ya varios años que se pensaba en un proyecto “Gas to Power” de la empresa BPZ que tenía pozos en el offshore del nor-oeste que producían gas, que hoy se quema, y que podrían aumentar su producción). Además, con gas nuestro en plantas termoeléctricas en el sur podríamos producir electricidad más barata de lo que los vecinos del sur pueden hacerlo y así también exportarla hacia Bolivia y Chile.
Sólo me queda asumir que todo esto se está estudiando en Energía y Minas, como cuando lo hacíamos a finales de los 90, con la gran diferencia que en esa época se tomó acción. Hasta donde sabemos, ojalá esté equivocado, no tenemos información que estos temas estén en discusión.
Argentina, recordemos que todavía importa LNG hoy, y ya tiene proyectos para producirlo y exportarlo, increíble, ¿no? Como hemos dicho, con su gas ya han dirigido el desarrollo de Vaca Muerta a, entre otros, los mercados de Bolivia y Chile, sobre todo en el norte de este último que depende de gas natural y que por sí solo es un mercado de miles de millones, que deberían ser suministrados por el Perú.
MI PROPUESTA
1.- No dejar pasar la oportunidad, no solo de impacto económico y de desarrollo del Sur del país, sino también geopolítica en nuestra región, comenzar a planear la exportación de gas natural en todas sus posibles modalidades a Bolivia y Chile (Gasoductos, LNG o GNC ya sea vía marítima o terrestre). Podríamos hacerlos dependientes de nosotros en ese rubro. Argentina lo tratará de lograr.
2.- Implementar una política energética usando al máximo nuestros recursos, incluyendo la amplia variedad que tenemos, así disminuiremos la importación de combustibles líquidos, cubriremos nuestra demanda interna y exportaremos a los países vecinos que, todos, son deficitarios en energía. Recursos enterrados no valen nada y, peor aún, guardados para después, tienen un valor presente de “cero”.
3.- PROINVERSION ha estado haciendo un excelente trabajo fortaleciendo nuestro sistema interno de transmisión eléctrica en alta tensión. Debería iniciar proyectos que se dirijan a establecer conexiones para exportar energía en todas sus modalidades a los países vecinos. No deberíamos solo reaccionar a coyunturas externas, como en este caso, políticas de Argentina. Tomemos la iniciativa.
4.- Y siendo repetitivo: PROINVERSION debería lanzar el proyecto Camisea II. No tiene que inventar nada, simplemente replicar Camisea I, que fue y sigue siendo un éxito. ¿Estamos a la altura para responder al Desafío de Argentina? Lampadia