Jorge Chamot
Junio 28, 2023
Para Lampadia
…… no estoy hablando de «La Escondida», la mina de cobre más grande del mundo operada por BHP y Rio Tinto en Chile. Estoy hablando de una gran mina que, a decir de los expertos, está descubierta pero todavía no se encuentra en serio proceso de producción. Los números todavía no funcionan, pero parecería que se va en camino de que funcionen. Estoy hablando de reciclar cobre.
Sabemos que es más que evidente que no hay suficientes metales para cubrir la demanda de varios de los metales críticos y otros necesarios para las nuevas tecnologías entre ellos, el cobre, que también sabemos, el Perú tiene en abundancia y que su demanda sigue subiendo alarmantemente. Pero, simplemente no hay proyectos por inaugurarse en los próximos años y las inversiones ni se asoman. El Banco Central de Reserva ya advirtió que la inversión en minería sigue bajando y «aquí no pasa nada».
En una presentación sobre el tema se mostró que aparte de los últimos proyectos de significancia mundial puestos recientemente en operación (Dos en Chile, uno en Congo y uno en el Perú, Quellaveco) ya no hay en camino ninguno de esa envergadura, …. en el mundo. Debemos acordarnos que un proyecto nuevo se demora por lo menos 10 años en cristalizarse y comenzar su producción. El objetivo de la presentación era decir que mientras salgan otros proyectos de envergadura y ante el déficit para cubrir la demanda en los próximos años, a lo mejor habría que recurrir a programas agresivos de reciclaje de cobre hasta cuando los precios sigan subiendo y el mercado se vea forzado a pagar más por la producción de cobre de las minas ya en operación.
Hay cálculos que indican que, a precios determinados, verdaderamente se justifican inversiones para reciclar los millones de toneladas que hay en cables, equipos, construcciones, instalaciones, etc. que ya no están en uso y que pueden ser industrializados sobre todo en los países desarrollados. Pero esta sería una medida paliativa ya que el mercado hoy en día no está agresivamente invirtiendo por las dudas, por ejemplo, de cómo y cuándo se superarían las demoras de la reactivación de la actividad económica en la China, los efectos de la inflación en el mundo y las medidas que están tomando los bancos centrales que podrían originar una recesión en EEUU y Europa, y ni hablar de la volatilidad y la especulación financiera que vivimos en los últimos tiempos en las bolsas internacionales, etc. Todo esto como que disfraza lo que es evidente y es que se necesita mucha inversión para cubrir la demanda futura de cobre.
Si repasamos algunos simples conceptos solo debemos acordarnos que un automóvil eléctrico usa tres veces más cobre que uno a combustibles líquidos y que solamente para cubrir la demanda de cobre con la esperada explosión de producción de automóviles eléctricos, a la que tenemos que agregar lo que se necesita en las estaciones de carga de electricidad, el aumento de equipos para la generación de electricidad con energías renovables y las líneas de transmisión adicionales que esto implica, solo nos queda preguntarnos de dónde va a salir ese cobre. Claramente, no hay minas nuevas, grandes, al final del túnel, …por ahora. Me preguntaba también si es que la complacencia que de alguna manera experimenta el mercado … por ahora, solucionará el problema en el futuro y que si es verdaderamente inteligente asumir que siempre hay suficiente dinero, tiempo y condiciones para aprovechar las oportunidades que indiscutiblemente aparecerán en ese futuro.
En la presentación se puso muchos números y gráficos, pero me voy a permitir resumir la información de esta manera:
- Hoy la demanda de cobre cubierta a grosso modo es de algo más de 22 millones de toneladas anuales.
- Pero esa demanda se dispara a 36 millones de toneladas anuales para el 2031 y hasta 40 millones para el 2040.
- Con suministro previsto de solo 30 millones de toneladas de cobre anuales, es decir un déficit de 6 millones en 8 años y de 10 millones en menos de 20 años.
- La sugerencia de iniciar programas de reciclaje y de cómo hacerlo, solo trata de cubrir la demanda para el 2031 y quizás para el 2040, a pesar que se hizo hincapié que los pronósticos pueden variar y el tiempo disponible para solucionar el problema es más holgado para el 2040.
Sin embargo, para cubrir el déficit de por lo menos esos 6 millones de toneladas anuales no hay proyectos suficientes en este momento para balancear el suministro a la demanda y peor aún, de más de 220 descubrimientos del 2000 al 2020, solo 19 fueron en los últimos 10 años. ¿Y por qué aparecen dudas de las grandes empresas para invertir hoy?
Se dieron las razones siguientes:
- Actualmente los accionistas de las grandes empresas exigen que las utilidades se repartan o se usen para recomprar acciones y así subir el valor de las acciones remanentes y esperar un futuro aumento de precios que justifiquen tomar nuevos riesgos. Que se viene, no hay duda.
- El evidente endurecimiento de los procesos de permisos ambientales en los países desarrollados, que a pesar de tener amplios recursos hace que las empresas vean que el desarrollo de una mina puede tomar hasta 20 años, y si bien las garantías para su inversión no están en cuestionamiento, el valor presente de esas posibles utilidades si lo está.
- La baja en el contenido de metal de los recursos en el mayor productor mundial y con las mayores reservas, Chile, y las limitaciones de abastecimiento de agua que casi toda viene del océano, desalinizada. Tiene que ser bombeada hasta las minas y plantas de procesamiento, el volumen irá aumentando ya que el requerimiento de agua al procesar mineral de menor calidad aumenta.
- A pesar que Congo ha estado atrayendo inversiones y su producción de cobre estaría ya sobrepasando la del Perú, Congo es visto como con dudas sobre inversiones en África en general. Además, la agresividad de China en conseguir arreglos preferenciales difíciles de aceptar por las grandes empresas occidentales que cotizan y están sujetas a regulación en las mayores bolsas de valores del mundo, se ha convertido en una competencia antes no vista.
- Indonesia a partir del próximo año no permitirá exportación de concentrados de cobre al entrar en funcionamiento dos nuevas fundiciones. La idea es exportar el producto de sus refinerías, léase con valor agregado local. La actividad minera per sé desaparece en parte al restringirse de cierta manera el destino de la producción.
- La falta de garantía a las inversiones mineras en el Perú por oposición y medidas de fuerza de las comunidades aledañas a los proyectos mineros que impiden sus operaciones y la inacción del gobierno de tomar las medidas del caso. No se respeta la ley y nadie sufre las consecuencias, el desgobierno no se traduce en un clima favorable al inversionista.
Sentí escalofríos de la vergüenza. ¿Por qué cuento esto? La gran pregunta fue por qué el gobierno del Perú no actuaba. ¿Nuestro mundialmente conocido potencial minero no se puede hacer realidad y el mercado internacional abiertamente dice que el interés de las empresas en inversiones nuevas en nuestro país desaparece porque el gobierno no es capaz de restablecer el orden y hacer cumplir la ley? Los proyectos que todos conocemos y que están listos para ser desarrollados, no se desarrollan, y todos sabemos el por qué.
La mina escondida del reciclaje parecería que se pondrá en producción, pero las minas de verdad seguirán siendo necesarias. Nosotros tenemos varias minas «escondidas» esperando el sueño de los justos, mejor dicho, que se le dé las garantías al inversionista y que la ley se cumpla. Simple.
Mi propuesta ……….. repetitiva, por cierto, nada nuevo acá.
- En el frente interno, una campaña de la CONFIEP y la SNMPE con el lema «No hay futuro sin Minería».
- La más lógica: hacer cumplir la ley, restablecer el orden y proteger al inversionista privado.
- En el frente externo, un Road Show con un gran aviso «Perú, Open for Business», el mercado lo espera.
Lampadia