Jorge Chamot
6 de junio, 2023
Para Lampadia
La última semana, el Perú estuvo otra vez en las noticias internacionales ya que el ministro de Energía y Minas ha mencionado dos “nuevos” proyectos mineros que estarían listos para iniciarse: Zafranal y los sulfuros de Yanacocha. No es mi intención, contradecir al ministro, pero hasta donde entiendo, estos dos proyectos todavía están pendientes del FID (Final Investment Decision) que, en el mejor de los casos, serían tomados en el 2024, y todavía no está claro si serían a principios o a finales del año. El ministro sin duda tiene más información y parecería que algo está ocurriendo y quizás estamos despertando del letargo de más de 20 años.
Espero esto se traduzca en apoyar abiertamente e incentivar en todo lo posible, estas y otras inversiones frescas e interesantes en nuestro catálogo de proyectos por hacer. El entonces primer ministro del año pasado en Arequipa ofreció un empuje a la exploración minera en el Perú, quizás reconociendo que en mucho tiempo no había un proyecto nuevo en el país. No sé dónde está ese empuje a la exploración, creo que quedó en nada.
En fin, las noticias serían positivas si es que efectivamente el gobierno toma verdadera acción de apoyo, como es cuando se publicita en estos días que el MEM estaría facilitando el inicio del proyecto de Litio en Puno. Pero dar la noticia, no es actuar y si bien es cierto existen dos interesantes inversiones en camino, en Toromocho y Antapaccay, éstas son ampliaciones a minas ya en funcionamiento que ante la disminución de su producción y la disminución en su contenido de metal en los recursos por explotar demandan una inversión constante para mantener o extender la vida de la mina y por supuesto continuar con un flujo positivo de dinero.
Pero así como hay interpretaciones positivas en el mercado internacional de que el Perú finalmente estaría saliendo del letargo y parecería que hay un nuevo interés de los inversionistas extranjeros, hay otra narrativa internacional paralela que ya está siendo mencionada, con sorpresa varias veces, y esta no es positiva.
El Congo (DRC o la República Democrática del Congo, que no debemos confundir con Congo-Brazzaville), ya estaría sobrepasando en producción de cobre al Perú, para ocupar el 2do lugar de mayor productor de cobre en el mundo después de Chile. El ministro ha mencionado que no nos vamos a dejar quitar el puesto de 2do productor de cobre en el mundo y me imagino que se refiere al futuro impacto de los proyectos mencionados arriba.
Vale la pena indicar, que los recursos cupríferos de Congo tienen una peculiaridad, no en todas las minas, pero si en la mayoría, y es que también contienen Cobalto. Congo es el mayor productor de Cobalto en el mundo (produce más cobalto que todo el resto del mundo junto) y de paso viene con el Cobre, que con el Litio (que Congo también tiene Litio) son la punta de lanza de la demanda de los metales que se necesitan, y que todo indica que no va a haber suficiente, para la esperada transición energética en el mundo. Además, tiene una variedad de otros metales y los famosos 3T (estaño -tin- en inglés, tantalio y tungsteno) y otros metales críticos (que ya deberíamos estar investigando seriamente nosotros también si los tenemos).
Es curioso que los artículos internacionales ahora hablan del éxito del Congo en menos de 20 años en convertirse en una potencia minera internacional cuando hasta no hace mucho se le criticaba abiertamente en muchos aspectos tanto políticos como sociales. Hay acusaciones muy serias por instituciones multilaterales y gobiernos al gobierno de Congo, hasta juicios a empresas que explotan y compran minerales de allí, debido al empleo de menores en las minas, corrupción, tráfico de influencias, contrabando, violencia, informalidad, terrorismo, falta de las menores exigencias sanitarias, extrema pobreza en las zonas de informalidad, etc. A lo mejor nos suena conocido con lo que está pasando en el Perú.
¿Qué nos ha pasado en el Perú en estos últimos 20 años?
Obvio que seis presidentes en cinco años, y el alto número de ministros, no son señal de estabilidad, seguridad y garantía para la inversión. Si añadimos los últimos sucesos de desorden y terrorismo que el gobierno no afronta con decisión, que sumada a la falsa narrativa de izquierda en los medios internacionales que todavía nuestra Cancillería no contrapone activamente, decididamente no ayudan.
Ya sabemos en el caso de la minería los proyectos son de plazos muy largos, ¿es entonces que debemos aprender algo de Congo? Nunca pensé que diría esto. Como anécdota contaré que como miembro de CONNEX, Iniciativa del G-7 (ya lo mencioné en un artículo anterior), cuando en Berlín se me preguntó cómo podíamos apoyar al Perú en temas mineros, hoy reconozco que equivocadamente dije, “nadie nos va a enseñar a hacer minería, negociar contratos mineros, ni atraer inversión extranjera a la minería”.
A lo mejor tenemos que aprender todavía y parecería que estamos ante uno de esos momentos. Es más que preocupante, que la misma prensa internacional especializada que hace hincapié en el Perú perdiendo su 2do puesto en la producción de cobre, lo haga reportando que Congo ha sido capaz de atraer inversiones en un mundo tan convulsionado, a pesar de situaciones muy graves con sus problemas internos. Pero, el tema es que parecería que abiertamente toman medidas para solucionarlos.
¿Y nosotros? Vivimos de la minería y ¿no nos damos cuenta de su importancia? Por supuesto que sabemos de su importancia, pero no actuamos, ¡no actuamos!
En este caso, mi propuesta:
- Enviar un grupo técnico especializado al Congo integrado por 3 profesionales. Sugiero dos miembros del Ministerio de Energía y Minas y un representante de SNMPE para averiguar qué han hecho y qué están haciendo sobre una serie de problemas comunes que afectan a la minería. Glencore, empresa minera activa en el Perú, es una de las empresas extranjeras con más inversiones en Congo. Estoy seguro darían una mano para coordinar y asegurar el éxito del grupo técnico.
- El país es miembro de muchas organizaciones internacionales que podrían apoyar en los temas sociales y políticos. Pero estas solicitudes deben hacerse seriamente. Hace unos años en el OECD en París, pregunté sobre cómo andaba el tema de la posible membresía del Perú que estaba anunciada en ese entonces por el presidente de turno. Se repitieron visitas de la Vice Presidente de ese gobierno y varios congresistas a París con este propósito, pero en la OECD nadie me pudo informar. Quiero convencerme de que en realidad fui yo el que no supo a quién preguntar, ni en qué parte dentro de la OECD averiguar.
- Una vez más, insisto en la necesidad de lanzar al mercado uno de los proyectos mineros de cobre ya existentes, pero promocionarlo con bombos y platillos, bajo el esquema utilizado por Pro-Inversión mediante una licitación internacional, en un plazo y con los incentivos a la inversión que sean necesarios para asegurar su éxito incluyendo la revisión y el aceleramiento de permisos. Esta vez no esperemos que vengan los inversionistas, vamos agresivamente a buscarlos.
No se trata de perder o no el puesto de 2do productor de cobre en el mundo, se trata de que vivimos de la minería, vivimos del cobre. Tenemos las reservas, pero enterradas no sirven. Riqueza enterrada no es riqueza. Lampadia