Jorge Chamot
Marzo 28, 2023
Para Lampadia
La semana pasada el oro pasó otra vez los 2,000 USD la onza en el mercado internacional. Obviamente me alegro por todos los involucrados, especialmente los que invirtieron en una actividad de riesgo como esa, y por los beneficios al país, consecuencia de decisiones que se tomaron hace ya tiempo cuando se incentivó y se facilitaron las inversiones mineras. Hoy hay beneficios adicionales ya que podemos disfrutar de estos saltos en los precios de nuestros metales de bandera.
Nuestra minería no es la gallina de los huevos de oro, es la Gallina de Oro de los huevos de oro.
Ya sabemos los impactos, en un par de meses la Agencia Andina del Estado dirá con bombos y platillos cómo siguen aumentando nuestras exportaciones, las empresas reportarán mayores ingresos, y por consiguiente la SUNAT quebrará sus récords de recolección de impuestos a la renta que estas mineras pagarán, el Banco Central de Reserva reportará el aumento de reservas, nuevo récord, ¡maravilla!
También en su oportunidad se dará a conocer el aumento del Canon Minero y los fondos a ser enviados a las regiones para de acuerdo a la ley sean utilizados en inversiones para el beneficio de la población. Es decir plata hay y vamos a tener más, pero también ya sabemos que el Canon no se usa ni en el 60%, los presupuestos regionales no se gastan, y ya ni siquiera se malgastan en más del 50%, y la preocupación de los superávit es ya constante a todo nivel, ¿o no es cierto? Es decir, hay tanta plata que no sabemos qué hacer con ella.
La incapacidad de gasto no es cosa nueva, la incapacidad de sugerir y proponer proyectos de inversión tampoco lo es, la incapacidad de conseguir profesionales capacitados para manejar la regionalización y la disposición abundante de esos fondos es más que evidente, y esta semana también vemos que con las lluvias acontecidas repetimos una vez más los mismos errores del pasado. Errores a los que ahora, a diferencia de antaño, no se le puede echar la culpa a la falta de dinero sino diría yo a la “falta de acción”.
Lo que es más triste es que todos sabemos la solución. Volveremos a debatir como consecuencia de las últimas lluvias, el posible Niño y golpearnos el pecho de cómo debemos reconstruir. La narrativa es si reconstruimos con cambios o sin cambios, o con muchos cambios o con pocos cambios, quizás el error es que no debemos reconstruir sino hacer los trabajos de prevención que todos ya sabemos que se han necesitado desde siempre y cuyos detalles ya conocemos. Y todos lo sabemos porque las lluvias y los Niños vienen aconteciendo por miles de años y, o sorpresa, van a seguir aconteciendo. Sabemos que va a volver a pasar, por consiguiente, la mentalidad debemos cambiarla. Creer que vamos a solucionar los futuros problemas, reconstruyendo lo que no se hizo o nunca ha servido porque se hizo a medias o mal. Lo que se necesita es construir, hacer y hacerlo ya.
La plata está, no necesitamos crear nuevas instituciones ni autoridades, los mecanismos existen, los marcos legales, permiten actuar, el gobierno lo único que tiene que hacer es cumplir su labor. Una de las funciones principales del Estado en el sector minero-energético está claramente establecida en la Constitución y es que los recursos naturales son de la Nación y el Estado debe aprovecharlos en beneficio de toda la población.
En un momento en que a pesar de que nuestra minería no está siendo apoyada por el Estado y pareciera que más bien se trata de ponerle zancadillas al sector minero, en este momento en que habrá mayores ingresos directamente relacionados con un alza en los precios de los metales y por consiguiente en los ingresos fiscales directamente originados por la actividad minera, no hay pretexto para no llevar a cabo los proyectos de construcción y prevención específicos, puntuales como encausamiento de ríos, protección de riberas, etc. que benefician a toda la población. Estoy seguro que más de un organismo estatal tiene encarpetados proyectos, programas, como que también los tienen empresas e instituciones privadas que vienen pensando en lo que se debe hacer cada vez que vienen las lluvias y los huaicos, es decir, todos los años.
Si el Estado no toma acción, la empresa privada lo puede organizar y actuar. Los fondos saldrían a cuenta de impuestos a la renta y el mecanismo existe: Obras por Impuestos. El dinero que evidentemente existe en los superávits que hemos visto del año pasado y con los constantes aumentos de los precios de los metales que podríamos considerarlos marginales en relación a lo presupuestado aumentarán las arcas del canon, que como ya hemos dicho, igual no se usa. La urgencia es tomar acción, y es cuestión de meses, ya que las lluvias, los huaicos volverán a pasar.
Fondos Especiales de Urgencia, con el único propósito de construir las obras de prevención necesarias serían manejados por la industria privada, dentro de los marcos regulatorios existentes y con toda la supervisión que quiera imponer el gobierno, pero sin interferir en el manejo de los proyectos y con el apoyo político para modificar normas si es necesario para poner en ejecución planes de construcción de urgencia en las zonas afectadas y las que se determinen que demanden esas obras. Esta sugerencia no es un programa más de reconstrucción de los ministerios que deberán seguir su curso y que algún día, espero den fruto y no queden en el aire.
Ya es suficiente lo que el país va a experimentar una vez más hasta el siguiente huayco, hasta el siguiente Niño, hasta el siguiente friaje. Ya es hora de terminar de pensar que “Dios es Peruano”, o que “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” o últimamente, que “El Perú es un país rico lleno de pobres”, eso no ayuda en nada. El pretexto fue siempre que no había plata. Hoy la hay y mucha, no sabemos qué hacer con ella. Esta oportunidad no será minero-energética como fue mi idea original de esta serie, pero es una oportunidad suficiente de simple estrategia de prevención lógica ante inevitables impactos de la naturaleza que nos afectan a todos y que demandan acción. Si la minería muestra su activismo en este sentido es una oportunidad desde otra dimensión, de mostrar una vez más su importancia en el desarrollo del país.
Pero la acción tiene que darse. No es el momento de encargar estudios y más estudios. Este no es el momento de ser lo más Eficiente, es el momento de ser Efectivos, con objetivo claros y metas reales a cumplirse. Como repito, no hay excusa, plata tenemos de más. Nos llenamos la boca de nuestros indicadores macroeconómicos, pero recordemos que el tema es que los recursos deben ser aprovechados por la población, cifras estadísticas no es suficiente.
Mi propuesta, que no tiene nada de nuevo, pero vale la pena insistir:
1.- No debemos centrarnos en reconstrucción. Ya hay suficientes parches y movidas de tipo cosmético para las tribunas. Construir y prevenir, y de paso crear trabajo y reactivar la economía.
2.- De una vez por todas, declarar zonas de peligro a las quebradas y los cauces de los huaycos con prohibición de construir en Zonas de Peligro bajo responsabilidad de la autoridad local competente.
3.- Emitir un Decreto de Urgencia que flexibilice tantos permisos y pasos administrativos innecesarios para la ejecución de los proyectos garantizando el estricto cumplimiento de las normas.
4.- Reubicación de poblaciones podrían ser necesarias, evacuar, trasladar, las Fuerzas Armadas deben participar. Si esto es una Emergencia, hay que tratar el tema como lo que es, una Emergencia.
Lampadia