Como vamos a apreciar en el informe del IPE sobre el crecimiento de las regiones, que presentamos (glosado) líneas abajo, no quedan dudas sobre el impacto positivo de la minería en el crecimiento del conjunto de la economía, el empleo y los encadenamientos con otros sectores.
Como hemos explicado anteriormente, la caída del crecimiento de la economía, que ahora todos extrañan, se debió fundamentalmente a la inflexión producida en la inversión minera por el pésimo manejo político de las inversiones del gobierno de Ollanta Humala. Hoy hemos vuelto a la realidad de la carencia de recursos. Los ingresos del Estado ya no son suficientes para cubrir nuestras necesidades de gasto operativo (mayores sueldos) y de inversión pública en requerimientos sociales indispensables.
A estas alturas todos sabemos que al caerse la inversión minera se afectó toda la economía. Esa es una relación causa-efecto que hay que analizar y mostrar para que la población no se vuelva a dejar engañar. El desarrollo de los proyectos de Las Bambas y Cerro Verde muestran con claridad sus impactos, sin embargo, a pesar de estas evidencias y la imperiosa necesidad de generar recursos fiscales adicionales, el nuevo gobierno, empezando por su nuevo Ministro de Energía y Minas, muestra una parsimonia sorprendente, desaprovechando los meses de mayor capacidad de comunicación del mismo.
No debemos seguir esperando que el Espíritu Santo arregle las inversiones. Los precios de los minerales no son malos para las condiciones de los proyectos peruanos. A todos nos duele la caída de la economía y hoy sabemos que el sector que más mueve la economía es el de la minería. ¿Qué estamos esperando?
Según el estudio del IPE, Indicador Compuesto de Actividad Económica (ICAE), la región de Apurímac está batiendo todos los records nacionales de crecimiento, 226%. Esto se debe principalmente a la fuerte expansión de la minería (2,236%) por la puesta en marcha del proyecto de Las Bambas. Al cierre de 2017 Las Bambas sería la segunda mina de cobre más grande del país y la sexta más grande del mundo.
Este crecimiento estimado respondería a las características de la economía de Apurímac. En el 2015, el PBI de la región fue de S/. 2,628 millones (0.5% del PBI nacional). Solo la producción de Las Bambas añadiría aproximadamente S/. 4,160 millones al PBI de Apurímac.
El impacto de la operación de Las Bambas en la economía de Apurímac también se puede observar en la aceleración del empleo total en la ciudad de Abancay (13.0%) por tercer trimestre consecutivo, que se debe a la mayor demanda laboral de los sectores transporte, almacenes y comunicaciones (30.4%) y servicios (14.4%). Asimismo, las ventas de electricidad en la región continúan creciendo a una tasa muy elevada (45.4%).
El ICAE-Arequipa ocupa el segundo lugar a nivel regional pues creció 37.2%. Este resultado se explica por el fuerte incremento de la producción de cobre (168.9%) debido a la nueva ampliación de la mina Cerro Verde. La actividad de Cerro Verde ha sido el principal determinante del crecimiento en Arequipa desde su entrada en operaciones a finales del 2015. Por otro lado, se observa un mayor dinamismo del sector construcción, dado el significativo incremento de los despachos de cemento en los dos primeros trimestres del año (11.8% en el 1T-16 y 10.1% en el 2T-16).
Cabe destacar el buen desempeño del ICAE-San Martín, que creció 13.4%. Ello se debe, en gran medida, al crecimiento del sector agrícola (34.1%) por la recuperación de los cultivos de café (80.7%), que superó los efectos negativos de la roya, y de cacao (31.8%). Por otra parte, las producciones de madera rolliza (53.7%) y aserrada (7.0%); esta última tuvo su primer resultado positivo luego de 11 trimestres. En contraste, la elaboración de aceite y manteca, importante producto manufacturero, cayó 3.1%.
El crecimiento más bajo en el segundo trimestre lo tuvo el ICAE-Loreto, que cayó 16.0%, su segundo crecimiento negativo consecutivo. La extracción de petróleo crudo continúa disminuyendo fuertemente (-73.2%) debido a las rupturas del Oleoducto Norperuano y a su menor cotización internacional, acumulando seis trimestres consecutivos de caída. Asimismo, hubo fuertes caídas en la producción de madera aserrada (-27.1%) y en el arribo de turistas nacionales (-16.7%), el cual acumula cuatro trimestres consecutivos de caída.
El ICAE-Tacna registró un crecimiento negativo de 6.8%, con lo cual obtuvo el segundo peor resultado a nivel regional. Ello se explica, principalmente, por la caída en la producción de molibdeno (-23.8%) en la unidad minera Toquepala. La caída del sector minero no pudo ser contrarrestada por el incremento de los despachos de cemento (13.5%) ni tampoco por las exportaciones no tradicionales (2.1%), entre las cuales destacan los mayores envíos de productos pesqueros.
Las regiones del sur continuaron con el dinamismo del trimestre anterior y crecieron 11.7%. Además del fuerte crecimiento de Arequipa, Cusco creció 8.3% debido a la recuperación de la producción de gas natural (16.5%) y líquidos de gas natural (20.0%). La región Puno creció 4.9% por mayores arribos de turistas (26.1%) y flujo de vehículos ligeros (11.6%), variables que aproximan las actividades de servicios y comercio. Dichos avances fueron contrarrestados por los resultados de Tacna (-6.8%) y Moquegua (-4.7%) que se encontrarían en recesión al acumular al menos dos trimestres de caída. En ambas regiones, el resultado se explica por una menor actividad minera. Asimismo, Ica cayó 1.5%, primer resultado negativo desde finales del 2012, por una menor producción agrícola, principalmente, de algodón (-38.8%).
Las regiones del centro se aceleraron fuertemente de 7.6% en 1T-16 a 22.7% en 2T-16. Dicho resultado se explica debido al extraordinario crecimiento de Apurímac (266.0%) por la fuerte expansión del sector minero. Asimismo, Pasco se aceleró fuertemente (de 3.3% a 8.9%) ante la mayor producción de cobre (10.3%) y zinc (4.9%) de la minera El Brocal. Además, los crecimientos de Ayacucho (9.1%) y Huánuco (2.5%) se explican por mayores extracciones de oro (73.7%) en la mina Inmaculada y de zinc (55.9%) en la unidad minera Raura, respectivamente. Por el contrario, Huancavelica se desaceleró (de 5.6% a 3.5%) por las fuertes caídas en la actividad minera (-21.1%) y la producción eléctrica (-6.6%), pese al crecimiento del sector agrícola (25.6%). Junín registró una desaceleración similar (de 1.6% a 0.2%) debido a la caída en la extracción de cobre (-6.3%) y la menor producción de cemento en la planta Condorcocha.
En el segundo trimestre del año, las regiones del norte cayeron fuertemente de 5.8% a -0.2%. La Libertad (-5.5%), Piura (-2.9%) y Tumbes (-5.7%) se encontrarían en recesión. El desempeño de estas regiones se explica, principalmente, por una menor actividad manufacturera. En La Libertad, debido a la caída en la elaboración de alimentos y bebidas; mientras que, en Piura y Tumbes, por la menor disponibilidad de materia prima ante condiciones marinas desfavorables. Además, Cajamarca cayó 3.0% por el resultado negativo de los sectores minero (-13.0%) y agrícola (-14.4%). Lambayeque registró una fuerte desaceleración (de 8.4% a 1.7%) explicada por la caída del sector agropecuario (-3.2%) dados los menores cultivos de algodón (-47.8%) y producción de huevos (-12.7%). Dichos retrocesos fueron contrarrestados por el crecimiento de Áncash (10.0%) debido al continuo aumento de la producción de cobre (31.7%) de la minera Antamina.
Las regiones orientales cayeron 2.0% y mantienen la tendencia negativa del 1T-16, a pesar de la fuerte aceleración de San Martín (de 4.2% a 13.4%). Madre de Dios se desaceleró fuertemente (de 27.1% a 6.8%) debido a que la producción de oro aumentó 15.0%, luego de crecer en promedio 93.0% entre 2T-15 y 1T-16. Amazonas registró un débil crecimiento de 0.2% explicado por la caída en el sector agrícola (-6.9%) dados los menores cultivos de arroz (-25.1%). Además, el desempeño negativo de Loreto (-16.0%) y Ucayali (-0.1%) se debe a la caída en la producción de hidrocarburos.
Finalmente, la región Lima creció 1.2% y es el menor resultado desde mediados 2009. Las ventas de electricidad tan solo aumentaron 0.6% y el empleo industrial cayó 2.9%, con lo que acumula diez trimestres consecutivos de caída. Ello se explica, principalmente, por la disminución en el sector textil. Además, el crédito continúa desacelerándose desde mediados del 2015 (de 14,2% en el 2T-15 a 6.2% en el 2T-16); cabe destacar que el crédito bancario cayó 5.6% en el segundo trimestre del año.
Regiones mineras y no mineras
Para el cálculo agregado de las regiones mineras se consideran aquellas cuya incidencia del VAB minero sobre el VAB total supera el 20% en el último año. De esta forma, este grupo incluye las siguientes regiones: Áncash, Arequipa, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Junín, Madre de Dios, Moquegua, Pasco y Tacna. Adicionalmente, se incluye a Apurímac porque con el inicio de operaciones de Las Bambas, la estructura económica de la región en el 2016 será predominantemente minera.
Las regiones mineras continúan liderando el crecimiento del país por cuarto trimestre consecutivo. En el segundo trimestre del 2016 crecieron 15.8%, un resultado 1.0 pp. superior al del trimestre anterior (14.8%). Entre las ocho regiones (de doce) que contribuyeron positivamente a dicho incremento destacan Arequipa (7.2 pp.), Apurímac (5.7 pp.), Áncash (1.4 pp.) y Cusco (1.4 pp.). Por otra parte, las regiones que contribuyeron negativamente fueron Tacna (-0.4 pp.), Moquegua (-0.3 pp.) y Cajamarca (-0.3 pp.).
Por otra parte, el grupo de regiones no mineras volvieron a registrar un crecimiento negativo (-1.9% en 2T16 y -0.5% en 1T16). La fuerte caída de Loreto, La Libertad y Piura restaron 1.3 pp., 1.1 pp. y 0.5 pp. de crecimiento, respectivamente. En tanto, las regiones que aportaron positivamente fueron San Martín (0.8 pp.) y Puno (0.4 pp.).
Desde mediados del 2015, se observan dos tendencias de crecimiento muy marcadas. Por una parte, las regiones mineras registran una tendencia positiva, mientras que el grupo de no mineras y Lima presentan una tendencia negativa. En el segundo trimestre del 2015, la diferencia en el crecimiento de las mineras sobre las no mineras fue de 0.4 pp.; para el segundo trimestre del 2016, dicha diferencia se amplió a 17.7 pp. Asimismo, la brecha entre el crecimiento de las regiones mineras y Lima se amplió de 0.7 pp. a 14.6 pp. en dicho período.
Los resultados detallados por región y el anexo metodológico del ICAE se encuentran publicados en la página web del IPE: www.ipe.org.pe.
Lampadia