El Perú está dejando que grupos ideologizados por el pos-extractivismo, acompañados de unos cuantos exaltados, aprovechen la falta de conocimiento sobre el impacto de la minería y la clamorosa ausencia del Estado como orientador de las políticas públicas.
Estamos rechazando a la minería social y ambientalmente sostenible, y acogiendo la minería ilegal que causa desastres sociales y ambientales.
Estamos tirando por la borda, la palanca de desarrollo de los peruanos, el único sector que puede crear riqueza aceleradamente, sin causar daños que lamentar. Además, debemos tomar conciencia que los aportes de la minería pueden no durar más de 20 años.
El Perú tiene que enfrentar dos grandes retos, superar las brechas sociales y económicas en educación, salud, infraestructuras y tecnología; y nivelarse con los países más ricos para evitar que nuestros pobres queden fuera del mundo moderno, signado por la ‘Cuarta Revolución Industrial’.
Tenemos que poder crear empleos competitivos para ese nuevo mundo. Pero no nos queda mucho tiempo.
- Por ejemplo, en el futuro, los alimentos que hoy exportamos y traen beneficios a los peruanos, podrán ser producidos en fábricas verticales en las capitales del mundo moderno:
- Los minerales que producimos podrán ser explotados en los fondos marinos, e inclusive en el espacio externo. Otra amenaza es la sustitución de materiales:
- Otro cambio que cortará nuestro potencial de crecimiento es que en 20 años ya no tendremos el bono demográfico, pues nuestra población habrá envejecido.
¡Que es mucho!
Pero no se puede crear riqueza dentro del Perú, tenemos que traerla del exterior, exportando bienes y servicios, y atrayendo visitantes:
Con agro exportaciones, manufacturas, minerales, pescados, con turismo y gastronomía.
Pero no todo lo que podemos hacer con el exterior nos deja los mismos beneficios:
- Si exportamos un polo del mejor algodón, una manufactura sofisticada, que en Miami se vende en US$ 80, en el Perú, entre mano de obra, insumos, e impuestos, quedan solo US$ 8, el 10%.
- Pero si exportamos paltas, que en Londres se venden en dos libras esterlinas, en el Perú queda el 60%.
- Y si exportamos concentrados de cobre, en el Perú queda un sorprendente 86%.
¿Cómo así la exportación de minerales deja tanto más que la de manufacturas? La razón es que en contra del mito de ‘exportación de piedras’, la minería tiene un altísimo valor agregado. En promedio tiene un valor agregado de 69%.
El valor agregado es la riqueza que resulta de restar al valor del mineral, que bajo tierra vale cero, el costo de su conversión mediante remuneraciones, insumos, servicios e impuestos.
El encadenamiento de la producción minera se multiplica en su impacto en la economía. Veamos las cifras de Cerro Verde del año 2017:
Una exportación de US$ 3,195 millones, generó un impacto en el PBI de US$ 4.921 millones, US$ 1,760 de impacto directo y US$ 3,161 millones de impacto indirecto.
En resumen, el sector minero puede producir un gran impacto económico en el Perú.
Pero, en buena medida, nuestro potencial productivo es prácticamente infinito:
Otro sector que tiene una gran productividad es el de las agro-exportaciones. En 180,000 hectáreas de uvas, paltas, espárragos, arándanos, etc., generamos el mismo valor que otros países en 2’500,000 de hectáreas, con soya, trigo, maíz amarillo duro, azúcar y arroz:
Tenemos la oportunidad de establecer un círculo virtuoso:
Que nos permita enfrentar nuestros grandes retos:
Tenemos que defender el Perú de sus enemigos, aquellos que pretenden dejarnos en la pobreza, aquellos que pretenden parar nuestros sectores productivos y reinar como señores feudales en un mar de miseria.
- Necesitamos ¡Realismo!
- Necesitamos ¡Enfoque!
- Necesitamos ¡Sentido de Urgencia!
Para cerrar las brechas sociales y económicas, para insertarnos en la ‘cuarta revolución industrial’, necesitamos más:
No olvidemos las voces de nuestros sabios:
Presentación de Pablo Bustamante Pardo en Lampadia