Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
Paradójicamente, 200 años después de la Batalla de Ayacucho (1824), en la sierra del departamento de La Libertad, en la zona de Pataz, nos jugamos la ‘Libertad’ del Perú.
En esa zona están el centro minero de la empresa Poderosa y varias otras operaciones mineras importantes, dedicadas a la producción de oro.
Lamentablemente, es esta zona coinciden varios elementos que hacen muy difícil controlar los desmanes. Específicamente, en Minera Poderosa ya ha costado la vida de 17 personas, el derribo de 15 torres de energía, paralizaciones de las operaciones, inmensos sobrecostos operativos y de seguridad, y una perniciosa sensación de inseguridad que afecta la tranquilidad de los trabajadores y del conjunto de la empresa.
En la misma zona, en Minera Aurífera Retamas, se agredió hace pocos días a un grupo de trabajadores.
¿Qué elementos coinciden en la zona?
- Un gobierno débil que no custodia el territorio nacional y permite el desarrollo de actividades subversivas y delincuenciales sin control.
- El incentivo de los altos precios de los metales, especialmente del oro que ha superado la barrera de los US$ 2,000m por onza (US$ 2,325 el 28 de junio pasado), que atrae múltiples agentes para su aprovechamiento.
- La riqueza generada que permite que las actividades criminales puedan coimear a muchas autoridades e inclusive financiar la presencia de sus representantes en distintas áreas del Estado.
- El bajo crecimiento de la economía y la reducida oferta de trabajo formal.
- El empobrecimiento del país, producto de la parálisis de la inversión privada desde el gobierno de Humala.
- Los falsos procesos de formalización de operaciones mineras (REINFO), que en esencia han devenido en una suerte de pasaportes diplomáticos para la proliferación de actividades ilegales.
- Disponibilidad de plantas de procesamiento en varias zonas, que procesan el mineral ilegal ‘formalizado´ mediante el REINFO, o absolutamente ilegales, que canalizan el oro a los circuitos de despacho informales.
- La penetración de la corrupción en las fuerzas del Estado, desde las fuerzas policiales, hasta el sistema judicial.
- La penetración del crimen organizado, local e internacional, en la zona, con métodos terroristas.
- La convivencia de operaciones mineras formales con operadores informales e ilegales, que facilita todo tipo de derivaciones colaterales. Según El Comercio (30 de junio, 2024), Poderosa registra 240 conexiones bajos tierra por mineros ilegales. Ver las siguientes imágenes:
Esta situación tan compleja no ha podido ser controlada por las autoridades, y las declaraciones de emergencia y los desplazamientos de policías a la zona no está resolviendo nada, como puede comprobarse de los últimos atentados en Poderosa y Retamas.
Si este proceso no se para, la fuerza de sus recursos operativos ilegales, la violencia de sus acciones y los recursos económicos que disponen, terminarán arrastrando a todo el país a un hueco negro de envilecimiento de las autoridades, el alejamiento de las operaciones formales y el desincentivo para las inversiones formales, tanto mineras como de otros sectores, en todo el país.
Hemos dejado que esto avance más allá de lo imaginable, hoy solo queda tomar medidas extraordinarias.
Mi propuesta:
Formación de una Fuerza-Militar-Policial especializada, con un gran desarrollo de inteligencia, que asuma el control de toda la zona y de todo el proceso, eliminando en el camino el falso proceso de formalización del REINFO.
Si no enfrentamos esta desgracia a la brevedad, perderemos la libertad para desarrollar nuestras vidas y la capacidad de avanzar en nuestros emprendimientos empresariales.
Un país dominado por las mafias, deja de ser una democracia liberal y una economía de mercado, como reclama nuestro camino a la prosperidad.
Nuestra seguridad y libertad pasa por superar el trance de Pataz.
Lampadia