El reciente estudio del Instituto Geológico Minero Metalúrgico (Ingemmet), presentado por el Ing. Óscar Bernuy, en el evento organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, muestra que el Perú tiene un potencial minero enorme que, de ser aprovechado poniendo en valor nuevas operaciones mineras generaría, entre otros beneficios, ingresos fiscales para el Estado, un monto del orden de US$ 758,000 millones, hasta el 2050.
El estudio muestra, además, algo sumamente importante, que la riqueza minera coincide geográficamente, con el mapa de pobreza del Perú. Esto implica que tenemos la posibilidad de generar los recursos necesarios para superar la pobreza. Siendo la eliminación de la pobreza el objetivo nacional número uno, se esperaría que todos los políticos y miembros de la clase dirigente, se avoquen a ver la mejor manera de extraer esa riqueza, viendo que el Estado pueda canalizar dichos recursos a mejorar la salud, educación e infraestructuras, entre otras inversiones sociales, cautelando debidamente el cuidado del ambiente y el avance social; pero, contra toda lógica, sentido común y responsabilidad, seguimos ninguneando a la minería, que ha sido capturada, por personajes que en nombre de los más necesitados, impiden loas inversiones, alejan la riqueza, engañan a los medios y acobardan a los políticos.
Un verdadero crimen de ‘lesa irresponsabilidad social’. (Ver la siguiente ilustración).
El análisis desarrollado por la Dirección de Recursos Minerales del Ingemmet, cuantifica la riqueza que podría generarse y lo que correspondería al Estado, directa e indirectamente, como producto de la mayor actividad minera.
Para ello, ha desarrollado el primer “Mapa de Riqueza Minera”, elaborado en base a la capitalización geológica de toda la información geocientífica acumulada en el Ingemmet desde hace más de 100 años.
Según Oscar Bernuy, presidente de Ingemmet, “la estimación se basa en la hipótesis de continuar explotando las reservas minerales de las minas en actual operación, de los proyectos mineros en cartera, poner en valor los recursos inferidos de las minas en explotación o proyectos en cartera, los proyectos de exploración avanzada con estudios ambientales semi-detallados y los considerados como potencial geológico propiamente dicho”.
Según el informe, en el marco de la hipótesis adoptada, la explotación y puesta en marcha del potencial minero hasta el 2050, puede generar un “valor acumulado de ventas del orden de los 2.7 millones de millones de dólares”. En el escenario optimista, se obtiene como beneficio para el Estado unos US$ 758,000 millones. En un escenario más conservador, se obtendría unos US$ 547,000 millones, con menores cotizaciones de los metales.
Según el estudio, las regiones con mayor riqueza potencial minera son: Cajamarca, Apurímac, Ancash, Arequipa y Moquegua. Además, las regiones con una mediana riqueza potencial minera son: Cusco, Lima, Junín, Piura, Tacna, Pasco, Ica, Puno, La Libertad y Lambayeque.
Quizás lo más interesante del estudio es que el Mapa de riqueza minera metálica 2017 ha sido contrastado con el Mapa de pobreza 2016 del INEI, lo cual deja claro que algunas regiones con altos niveles de extrema pobreza como Cajamarca, Apurímac, Piura, Pasco y Puno tienen un potencial significativo de riqueza minera. Esto significa que el valor del canon minero en estos departamentos podría ser el catalizador de su desarrollo económico.
En la proyección del potencial al 2050, el cobre es el metal de mayor aporte económico para el Perú, con el 69% del potencial total. Le sigue el oro (10%), zinc (6%), hierro (6%), plata (5%), molibdeno (2%), plomo (1%) y otros (1%). En la hipótesis conservadora se tiene al cobre con el 68% del potencial total, seguido del oro (10%), zinc (7%), hierro (6%), plata (5%), molibdeno (2%), plomo (1%) y otros (1%).
Entonces, ¿qué debemos hacer?
El informe tiene las siguientes conclusiones:
1. La necesidad de sensibilizar al país, del potencial de generación de riqueza que tenemos si desarrollamos el sector minero.
2. Actualizar el currículo de estudios del sistema educativo peruano.
3. En el plano ambiental:
a. Difundir que la distribución superficial de las operaciones mineras formales actuales es del orden solo de 60,000 has.
b. No crear zonas protegidas intangibles en zonas de potencial minero.
c. Difundir que el 80% de las operaciones mineras actuales, el 81% de los proyectos mineros en cartera y el 74% de los proyectos en exploración avanzada, y áreas de potencial minero, están encima de los 3,000 metros de altura.
4. Identificar y delimitar, con el criterio antropológico más riguroso posible las comunidades indígenas originarias, para favorecerlas con la riqueza potencial.
5. Plantear como Objetivo Nacional la capitalización del país a través del desarrollo minero.
Ver las láminas de la presentación: PDF – Potencial minero
Ver la presentación en video:
Como hemos dicho en Lampadia en muchas ocasiones, ‘el Perú es infinito’. Tenemos todos los recursos para ser un pueblo rico, con la capacidad de multiplicar, varias veces, nuestra producción minera, energética, de frutas y hortalizas, granos andinos, derivados de la madera, peces, productos biogenéticos, así como actividades de servicios como el turismo en varias modalidades, la gastronomía, y centros de convenciones internacionales, entre otros. De todas las alternativas de desarrollo productivo, la más fácil de dinamizar y de lejos la que más rápido puede crear los recursos para cambiar el mapa de pobreza del Perú y empezar a dibujar nuestro mapa de riqueza, es el desarrollo de los recursos mineros. Tenemos todo lo necesario para ser un pueblo rico.
Pero para superar la pobreza, el desafío no es el acceso a recursos, ni las dificultades para generar mayor inversión, producción y empleo; el mayor desafío es político. Esto implica tener una visión clara del potencial de desarrollo del Perú, contar con un liderazgo iluminado y valiente, que sepa comunicar al conjunto de los peruanos, que la aventura del desarrollo está en nuestras manos, y que todos debemos fomentarlo y evitar que los malos peruanos, financiados desde el exterior, sigan complotando contra el bienestar general.
Pero, además, debemos convocar a la política a los peruanos más capaces y decentes, a esa clase dirigente dormida, que tiene que comprometerse con un esfuerzo de ‘naturaleza fundacional’, que nos permita movilizar a todos los peruanos a la ‘gesta del desarrollo’, superar 200 años de frustraciones innecesarias y, desde el Bicentenario, proyectarnos a la prosperidad. Lampadia