La fiebre del oro se repite una y otra vez en la historia, al norte o al sur del planeta, en las costas o depósitos aluviales, y hasta en las grandes alturas, La Rinconada en Puno. La más simbólica, una de las que se llegó a ocupar el gran escritor austriaco, Stefan Zweig, en su oda, “Momentos estelares de la humanidad”, fue la fiebre de oro de California del siglo XIX en un territorio donde ahora está la gran ciudad estadounidense de San Francisco. Ver en Lampadia: Minería Ilegal del Oro – Un análisis contextual.
Fuente: diariocorreo.pe
En el siguiente artículo del periodista peruano que recorre el mundo detrás de reportajes llamativos, podemos ver como una de la tragedias sociales de la búsqueda del ‘Dorado’, se repite una y otra vez. Ahora, en el Perú, además del desastre causado por la minería ilegal de los depósitos aluviales de Madre de Dios, tenemos una explotación filoniana a más de 5,000 metros de altura, donde no vive ningún otro ser. Evidentemente, la dinámica social de La Rinconada se asemeja a la de una pequeña Sodoma en la que la necesidad, la ambición y la explotación social se dan la mano. Un reportaje, que no debemos dejar de ver.
Los mineros de oro que trabajan gratis
Muchos hombres acuden a esta brutal tierra sin ley, a veces con toda su familia, en busca de la fortuna que les dé una vida mejor
Por Sebastián Castañeda, periodista gráfico peruano.
BBC (Travel)
05 de octubre de 2016
Traducido y glosado por Lampadia
El mundo de los hombres
Situada al sur de los Andes peruanos, a una altitud de más de 5,000m, la ciudad minera de oro de La Rinconada es la más alta vivienda humana en la Tierra.
Conocida como la «tierra de los hombres» debido a las brutales condiciones de trabajo que enfrentan los hombres, la ciudad atrae a trabajadores de todas las naciones andinas que buscan fortuna. Pocos pueden manejar el frío extremo y la altitud, mientras que el calor y la humedad en los túneles mineros pueden ser casi insoportable.
Buscando sus fortunas
Durante las últimas décadas, miles de hombres de todo el Perú han migrado a estas montañas de pequeñas ciudades para probar su suerte. Algunos han estado aquí hasta 20 años.
Cada año se extraen de las minas más de 100 toneladas del metal, y el aumento del precio del oro ha causado que la población de la ciudad se duplique en los últimos cinco años a cerca de 50,000.
Una vida dura
Hay pocas comodidades en La Rinconada. Las calles están siempre fangosas por el deshielo, y no hay agua potable, sistema de alcantarillado ni letrinas públicas. Incluso los lagos cercanos, de los cuales muchos residentes recogen el agua, están contaminados por el mercurio desechado que se utiliza para separar el oro de las piedras.
En enfermedad y salud
Cada día, los mineros caminan por un estrecho camino de 1km que conecta la ciudad con las minas de las montañas cercanas. La basura está esparcida por toda la ruta, ya que no hay servicios básicos tales como recolección de basura. Debido a las insalubres condiciones, así como las inclemencias del clima, es frecuente que sus habitantes sufran de infecciones respiratorias agudas y diarreicas.
Trabajando gratis
Los mineros trabajan en un sistema tradicional de trabajo llamado cachorreo, donde trabajan 30 días sin paga para la minera informal, seguido por uno o dos días de minería de oro para sí mismos.
No es raro que los mineros se retiren sin nada. Pero incluso con las complicadas condiciones que enfrentan, los mineros se opusieron fuertemente a un esfuerzo reciente para reformar el sistema cachorreo en un modelo salarial peruano nacional. El cachorreo ofrece una mayor oportunidad de ganar dinero – por no hablar de la oportunidad de contrabandear oro de la mina durante los días no remunerados.
Un mundo sin leyes
La Rinconada tiene una economía en efectivo con pocas opciones de gastos que no sean bares y discotecas, que son abundantes, al igual que strippers y prostitutas. No hay una ley establecida, lo que resulta en frecuentes borracheras públicas e incluso puñaladas, principalmente en peleas de mineros sobre las mujeres.
Las mujeres de la mina
Hay otra comunidad aquí arriba, mujeres que trabajan como pallaqueras, el término local para los grupos de mujeres que clasifican las rocas no deseadas y los escombros de las minas de oro. Buscan pequeñas piezas de oro que pudieran haber sido desechadas o ignoradas por los mineros.
Buscando en la chatarra
Llegando a ser alrededor de 700 mujeres, estas pallaqueras – en su mayoría madres solteras, viudas y esposas de mineros – martillan las rocas durante ocho horas al día, dependiendo de su fuerza. No se les permite entrar a la mina, ya que se cree que traen mala suerte.
Fútbol congelado
Dado que la hierba no crece a esta altitud, los mineros juegan al fútbol en un campo sintético. El ambiente es duro. Aquellos que vienen aquí se enfrentan a varias enfermedades de altura, como agotamiento, dolores de cabeza, mareos, náuseas e insomnio. Se dice que las minas de La Rinconada matan a los trabajadores rápidamente, a través de accidentes y derrumbes, así como lentamente, al desarrollar problemas terminales de salud por las malas condiciones de vida. Pero los hombres siguen acudiendo aquí, a veces acompañados por toda su familia, en busca de la fortuna que les dará una vida mejor.