El discurso mediático del Frente Amplio, las expresiones de su candidata y la minimizada presencia de su candidato a la primera vice presidencia, son solo el ropaje que oculta el pensamiento y las intenciones políticas de su verdadero ideario.
Para confundir al electorado, Verónika Mendoza oculta sus verdaderas intenciones hacia la minería. Pero en su Plan de Gobierno, está lo que ella y sus colegas opinan realmente.
Mediáticamente, Verónika Mendoza y los voceros del Frente Amplio han mostrado una postura ambigua y confusa con respecto a la minería.[1] A pesar de tener en la plancha presidencial a Marco Arana, (activista anti-minero radical y hostil a todos los proyectos mineros), y llevar en la lista congresal a Oscar Mollohuanca (opositor a la minería en Espinar); ella y sus candidatos han dicho en repetidas oportunidades que no se oponen al desarrollo de la minería en el Perú. Afirman que Conga y Tía María son los únicos casos a los que están en contra, afirmando que no pueden apoyar proyectos en que han ocurrido pérdida de vidas. Sin embargo, apoyan el régimen chavista (ver su posición en este comunicado) y el castrista, en los cuales fueron asesinados decenas de opositores solo en el último año.
Pero más allá de lo que manifiestan estos voceros a través de los medios de comunicación para la gran audiencia, con fines electorales, consideramos que vale la pena saber qué dice el Plan de Gobierno del Frente Amplio acerca de la minería. Hemos hecho una revisión del documento y encontramos algunos elementos relevantes para explicar cómo es la minería que Verónika Mendoza imagina para el Perú.
Minería y desarrollo para el Frente Amplio
El partido que representa Verónika Mendoza, minimiza expresamente el efecto que tiene el sector minero para generar puestos de trabajo o como dinamizador de la economía, a pesar de la evidencia mostrada por el IPE y que fue analizada en este mismo portal. Muestran una clara hostilidad al modelo económico actual caracterizándolo como un “modelo económico extractivista primario exportador centrado en la actividad minera” llamando a su “superación”, desconociendo la realidad, que muestra que todos los sectores primarios, incluyendo la minería, llegan solo al 15% del PBI y que la economía peruana está realmente centrada en el sector servicios (con un 60% del PBI). Además, la minería es el sector que ha generado los mayores encadenamientos con los demás sectores.
Ideología Pos-Extractivista
El plan de gobierno hace constantes referencias al “Buen Vivir”. ¿Quién puede oponerse a una idea genérica como el Buen Vivir? Pero hay que tomar en cuenta que este es un concepto pos-extractivista ampliamente usado por los seguidores de esa corriente, el cual consiste en un ideal post materialista en el que el bienestar material es desplazado por consideraciones de orden ideológico tales como lo que ellos consideran como estar en “armonía con la naturaleza”. Es decir que el crecimiento económico, la mejora del nivel de vida de los peruanos, alcanzar finalmente la eliminación de la extrema pobreza es secundario para este tipo de ideología. El concepto del “Buen Vivir” es muy usado en la literatura Post Extractivista para justificar la paralización de las industrias extractivas.
Además, insisten en que desarrollo no es lo que necesitamos, sino alternativas al desarrollo. Existen videos en los que se ve a Marisa Glave destacando que ellos más que desarrollo buscan “alternativas al desarrollo”. Asumir, siendo el Perú un país con amplios bolsones de miseria, que la sociedad debe dedicarse a combatir el consumismo es cuando menos una clara manifestación de radicalismo ideológico.
Pero la amenaza para el sector minero trasciende el efecto sobre los tomadores de decisiones. El Frente Amplio planea introducir esta ideología en la educación pública, e inocular una posición política muy hostil al sector en la mente de los niños. Obviamente para poder incorporar este enfoque será necesario contratar “instructores” en la ideología del Buen Vivir, plataforma laboral que servirá para emplear a diversos individuos políticamente alineados con el Frente Amplio en todo el Perú. Es una medida políticamente muy útil, especialmente porque genera un medio de subsistencia para empleados alineados ideológicamente en zonas rurales y menos accesibles.
Mitos Anti-mineros
El Frente Amplio suscribe uno de los mitos más extendidos y dañinos para el sector minero: el de las “Cabeceras de Cuenca” (es decir, cualquier cima de montaña), opuesto a la realidad científica del ciclo del agua. Para su candidato a la vicepresidencia Marco Arana, estas son “Fábricas de Agua”, contribuyendo a formar la idea que el origen del agua de las cuencas se da por generación espontánea en las montañas, y no a través de la lluvia. Para ello, en el subsuelo ocurre algún tipo de electrólisis que produce agua, independiente de las lluvias. Tanto él como sus operadores políticos no se cansaron de afirmar esto en Cajamarca, a pesar de la evidencia que muestra que el 94.7% del agua subterránea tiene como fuente la lluvia.
Los voceros del Frente Amplio saben, que decretar la intangibilidad de las “cabeceras de cuenca” en la práctica, implica la casi extinción de la minería en el Perú. Para el Frente Amplio “protección” es sinónimo de prohibición de actividades extractivas.
Trabas para dificultar la implantación de proyectos
Adicionalmente a mostrar su hostilidad al sector minero desde el punto de vista ideológico, el Frente Amplio plantea en su Plan de Gobierno diversas medidas que serían en la práctica obstáculos al desarrollo de proyectos. Por ejemplo, proponen que sean las autoridades locales, con las evidentes falencias en capacidades técnicas que muchas han mostrado, que sean las que otorguen los permisos de explotación y exploración. Una medida similar sería la implantación de los Planes de Ordenamiento Territorial, iniciativa en la cual se encuentran actualmente avanzando a nivel de algunas regiones, que incluyen la facultad de declarar áreas bloqueadas a la minería.
De aplicarse estas propuestas, los Gobernadores Regionales, Alcaldes Provinciales y Distritales tendrán capacidad legal de bloquear proyectos extractivos de miles de millones de dólares. Se les estaría dando entonces a autoridades con poderes sobre una jurisdicción limitada, la capacidad de decidir sobre grandes proyectos mineros que afectan a toda la nación. Esta capacidad de chantaje a las empresas mineras es un incentivo tentador para un puesto gubernamental desprestigiado que ha mostrado ya repetidos escándalos de corrupción.
Este tipo de medidas pondrían en jaque a las empresas mineras, dejando una decisión técnica a la merced de los caprichos políticos o deseos corruptos de autoridades locales. Abriría un enorme espacio para la búsqueda de “lentejas” (conocidas de cerca por los integrantes de Tierra y Libertad, partícipes en la alianza del Frente Amplio) por parte de autoridades sub-nacionales y permitiría a cualquier autoridad radical paralizar proyecto extractivos de importancia nacional. Bastaría que la izquierda radical controle algunos municipios clave para bloquear decisivamente la minería en el Perú.
Fuentes[2].
Para tener una imagen más clara, si se ejecutara esta propuesta, los permisos para futuros proyectos en Cajamarca estarían en manos de personajes como Gregorio Santos o Eddy Benavides. ¿Están preparados ellos o sus equipos de gobierno para evaluar técnicamente las condiciones para un proyecto exista? ¿Sería posible la minería en esa región teniendo personajes radicales como ellos semejante poder?
En la propuesta se menciona también un “nuevo modelo de distribución de la renta minera”, en la que se propone otorgar fondos de estabilización y de compensación para territorios sin canon”. Si la propuesta del Frente Amplio fuera tomar el canon minero a nivel nacional y distribuirlo de tal manera que aumente el porcentaje asignado al Gobierno Nacional (que luego se distribuya a los territorios sin canon) y disminuya el asignado a los gobiernos locales de las zonas de influencia de los proyectos; se generaría un descontento en las inmediaciones de las operaciones mineras que sentirían que la minería contribuye aún menos de los que piensan para su desarrollo. Este tipo de medidas son las que podrían desencadenar levantamientos y manifestaciones que terminen por paralizar proyectos mineros, como los que hemos visto en Conga o Tía María.
Conclusiones
Los integrantes del Frente Amplio encabezados por Marco Arana no solamente presentaron una propuesta sumamente hostil al sector (ver el ensayo presentado en Lampadia: “¿Una Nueva Minería o No Más Minería?”), también muestran elementos ideológicamente incompatibles con el desarrollo minero y proponen propuestas que sólo obstaculizarían la implantación de nuevos proyectos. Si la propuesta política de Verónika Mendoza es oponerse a cualquier proyecto futuro, está en todo su derecho. Para lo que no tienen derecho es para engañar al electorado afirmando que ellos no se oponen a la minería, y que su oposición está limitada a ciertos proyectos mineros. El oportunismo político de la candidata y de su partido los ha llevado a realizar esas deshonestas afirmaciones. Si se evidencia que, para el Frente Amplio, su ideologías está por encima de la superación de la pobreza y de la mejora del nivel de vida de la población, sería poco probable obtener el apoyo del electorado más necesitado del país. Lampadia
[1] Todos las imágenes con frases resaltadas usadas en este artículo fueron obtenidas del Plan de Gobierno del Frente Amplio, http://gestion2.e3.pe/doc/0/0/1/2/7/127399.pdf
[2] http://elmontonero.pehttps://www.lampadia.com/assets/uploads_images/7a0d6-imagen-edybenavides-1-.jpg
http://www.frecuenciaprimera.org/extremos/196-gregoriosantos.jpg
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