Jaime Spak
Para Lampadia
El Perú es un país cíclico.
Cada año se repite el mismo problema de los huaicos y las inundaciones.
La palabra prevención no existe para las personas que nos gobiernan.
Todos los años debemos de ser testigos de la triste realidad de los desbordes y los más afectados son personas pobres que viven al borde de los ríos o en las quebradas.
Cada cinco años los peruanos entramos en una crisis existencial para elegir a nuestras autoridades.
Vamos de fracaso en fracaso.
Cada cinco años debemos de reconocer que los congresos elegidos van aumentando en gente inexperta, malintencionada, corrupta y totalmente incapaz para los cargos.
Cada cinco años tenemos que reconocer que nos hemos equivocado con las elecciones de nuestros gobernantes.
Cada cierto tiempo un mandatario elegido democráticamente intenta hacer un golpe de estado.
Algunos lo logran.
Otros como Castillo intentan un golpe chicha y el tiro le sale por la culata.
Cada cierto tiempo un ex presidente del Perú es sometido a una investigación y llevado a juicio.
Cada cierto tiempo los funcionarios públicos de toda posición son involucrados en casos de corrupción y terminan huyendo del país.
Constantemente estas personas que huyen del país lo hacen con la ayuda de autoridades que se hacen de la vista gorda para que puedan salir de manera clandestina.
Cada cierto tiempo un corrupto es detenido y siempre indica que es inocente.
Cada cierto tiempo aparece un outsider que acaba siendo elegido para gobernar el país.
Cada cinco años los peruanos nos damos cuenta que hemos elegido mal.
Entonces: ¿por qué seguimos equivocándonos?
Hay muchas explicaciones.
En política las personas que se lanzan a puestos públicos, en su gran mayoría no han ejercido una labor en la cual hayan tenido que administrar empresas, tomar decisiones, fajarse por lograr superar crisis personal o empresarial.
En lugar de ello cíclicamente se presentan para gobernarnos, ya sea a nivel presidencial, regional, provincial o distrital, personas que tienen nula experiencia laboral.
La mayoría son corruptos o son arrastrados por otros corruptos que los convierten en tontos útiles, para una vez elegidos hacer lo que les mandan sus ocultos asesores.
¿Cuándo dejaremos de ser un país cíclico?
¿Cuándo podremos elegir entre personas competentes para que nos gobiernen?
¿Cuándo las personas que se presenten a cargos públicos lo hagan con un bagaje de experiencia en gestión privada y que esa capacidad puedan transferirla a la cosa pública?
¿Por qué cada año sufrimos con los abates de la naturaleza?
Pues porque no hay prevención.
Las obras de descolmatación de los ríos, en lugar de hacerlas de manera permanente la hacen cuando uno de los huaicos supera las defensas ribereñas.
¿Por qué los alcaldes no hacen una verdadera revolución en las zonas de las quebradas?
Deben de coordinar con los damnificados para que no regresen a las zonas peligrosas y lograr que se trasladen a lugares seguros. Pero dándoles todas las facilidades para que puedan lograrlo.
Las autoridades deben de reforzar las riberas de los ríos para que las crecidas de las aguas no la superen, en lugar de hacer obras innecesarias.
Pues bien, llego el momento de crear “La Autoridad Nacional de Prevención de Desastres”.
Esta autoridad debe de estar conformada por un directorio de las mentes más lúcidas en prevención de desastres.
Prerrequisito primordial: gente preparada y honesta.
Su misión será coordinar con los gobernadores, alcaldes de las zonas más expuestas a los avatares de la naturaleza y diseñarles planes para poder prevenir desastres.
¿Por qué sufrimos cada cinco años para ver quién será el próximo presidente del país??
Porque ya no existen partidos políticos y cada quinquenio se presentan improvisados.
Para manejar la cosa pública se requiere de por lo menos 1,500 personas probas, que ayuden en su gestión.
Al no contar con ello aparecen los arrimados para sacarle el jugo a sus puestos e ir en contra de los intereses del país.
Toda repetición es una ofensa y toda supresión es un olvido, dice la canción.
Pues eso es lo que sucede en nuestro querido país.
Debemos de erradicar la costumbre que cada cinco años entramos en crisis, porque no sabemos quién será nuestro próximo gobernante.
Debemos erradicar la costumbre de elegir a personas de dudosa reputación para congresistas.
Debemos impulsar la prevención de desastres naturales, trabajando luego de cada temporada de lluvia en obras de prevención hasta que cada rincón de nuestro país este realmente protegido.
Debe haber un cambio profundo en los peruanos para que regrese ese afán de progreso por el país y no del progreso personal que lo hacen con malas artes.
Acá no podemos elegir la Autoridad Nacional de Gobernantes Honestos, pero si debemos de exigir que cada persona que postula a un puesto publico publique su CV completo para que demuestre que no viene con su” anticucho bajo el brazo”. Lampadia