Jaime de Althaus
Para Lampadia
Si Ud. Ingresa a la página web de consulta amigable del MEF, y busca “Consulta de ejecución del gasto de emergencia – Fenómeno El Niño”, se encontrará con algo aterrador: al 20 de setiembre el gobierno nacional solo había ejecutado 8.8% de los casi de 3 mil 400 millones soles asignados para ese fin. Los gobiernos regionales, que disponen de una cantidad bastante menor, 402 millones, apenas han ejecutado el 5.5%. Solo los gobiernos locales han avanzado un 60%, pero de una cantidad mucho menor: 202 millones, seguramente destinada a pequeñas intervenciones que habría que ver casi son efectivas.
Si entramos a ver quiénes son los responsables de tal atraso en el gobierno central, descubrimos que el ministerio que más recursos concentra para este fin es el de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), que dispone de casi 1,200 millones de soles de los cuales solo ha ejecutado ¡el 2.1%!
Y dentro del sector agrario, constatamos que la entidad que de lejos concentra la mayor cantidad de presupuesto es la Autoridad Nacional del Agua (ANA), que solo ha ejecutado ¡el 0.7! Esto es criminal. Allí está todo lo que tiene que ver con descolmatación de los ríos y defensas ribereñas, por ejemplo. Si eso no se avanza, podemos imaginar el desastre que provocará el desborde implacable de los ríos.
¿Cómo es posible tanta indolencia e irresponsabilidad? Sabemos que el MIDAGRI y la ANA fueron víctimas de la depredación institucional del gobierno de Castillo. Se diezmó al personal. Pero el gobierno de Boluarte tuvo ya el tiempo suficiente para hacer los cambios que permitieran reconstruir la capacidad profesional y operativa de esas instituciones. Quizá por eso salió la ministra anterior, pero no sabemos si la actual tiene da pie con bola o no.
De otro lado, sorprende que el Congreso no fiscalice como debiera el avance de estos trabajos. Los congresistas de las regiones más afectadas deberían tener un mapa con las intervenciones y su grado de avance, y llamar a la ministra de agricultura y a otros responsables para que den cuenta de los trabajos.
El gobierno tiene la obligación de reclutar a los mejores para los cargos ministeriales y directivos. Tiene que pedir ayuda a los gremios empresariales. De todas maneras, tampoco es que una entidad como la ANA haya sido antes un modelo de gestión o ejecución. Aquí hay un problema estructural, y solo se resuelve a la larga con Autoridades Nacionales verdaderamente autónomas y altamente profesionales, como ha propuesto Fernando Cillóniz. Tampoco la recientemente creada Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) funcionará porque no tiene la autonomía suficiente y no absorbe a la gran cantidad de oficinas de infraestructura del Estado como Provías Nacional y Provías Descentralizado, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), el Programa Nacional de Inversiones en Salud (PRONIS) y Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED) y las Direcciones Regionales y Locales de Infraestructura. Se superpondrá a ellas, sumando gasto, burocracia y corrupción.
Es hora de tomar el toro por las astas, nombrar ministros capaces y plantear las soluciones de fondo. Lampadia