¿Los mismos recursos humanos de la Administración Pública?
Ana Pari
Ex jefa de SERVIR
Para Lampadia
La administración pública no es un ente abstracto. Está integrada por personas que trabajan para ella. Cabe entonces preguntarnos: ¿cuán satisfecha está la ciudadanía con la administración pública y con quienes trabajan en ella?
La respuesta no tiene mayor margen de duda: la insatisfacción es generalizada, y viene de muchos años atrás. No se percibe un servicio público de calidad. Todo lo contrario, tenemos servicios que se dan en condiciones deplorables y reglas burocráticas en las que la cantidad de sellos parece ser lo más importante, desalentando esa formalidad que tanto necesitamos en el sector privado.
Hace más de 16 años se inició la reforma del servicio civil, en base a la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, una verdadera carrera profesional para todos los servidores públicos en el Estado, con orden, meritocracia y uniformidad en la gestión del recurso humano. Y con el convencimiento que si no mejora el servicio civil, no mejorará la administración pública. En diciembre de 2023 se emitió el Decreto Legislativo N° 1602, que simplificó y estableció plazos máximos para que las entidades del Poder Ejecutivo transiten al nuevo régimen, y es alentador conocer que según el reporte de la Autoridad Nacional de Servicio Civil – SERVIR, el 95,1% de entidades cumplieron la tarea, dejando expedito el escenario para su tránsito. Sin embargo, el Ministerio de Economía y Finanzas sólo ha emitido opinión favorable para 10 de las más de 150 entidades que están listas para transitar. Claro, hablar de un tránsito implica asignar un presupuesto público para realizar los concursos de méritos.
¿Nuevamente una traba para profesionalizar el Servicio Civil?
Diversos analistas económicos han coincidido en señalar que la Ley de Presupuesto Públicos para el año fiscal 2025, en el denominado gasto corriente, dentro del cual se encuentra el pago de planilla de los trabajadores públicos, se ha incrementado en los últimos 5 años en un 30%.
Entonces, estamos gastando más en materia de recursos humanos, pero bajo las mismas reglas y regímenes labores que ya sabemos que no están funcionando.
De qué sirve seguir haciendo contrataciones de personal muchas veces puestos ahí por un aparato clientelista o subordinado al poder al que no le importa a quién pone al servicio del país, sin reglas remunerativas equitativas, sin ofrecer ningún incentivo profesional.
Seguimos aumentando la cantidad de servidores públicos que jamás son evaluados, sin que haya evaluaciones de desempeño estandarizadas y reales que puedan ayudar a premiar al buen servidor público, fortalecer a los que tienen deficiencias y, claro, prescindir de quienes probadamente no suman al servicio público.
Si seguimos haciendo lo mismo, no podemos esperar un resultado diferente.
El régimen de servicio civil es una alternativa con reglas remunerativas acordes a las funciones que se realizan y no a la persona que ocupa el puesto. Las entidades públicas del Poder Ejecutivo, con el acompañamiento del ente rector, han mostrado que sí pueden transitar.
Ahora le toca al MEF estar a la talla del desafío. Caso contrario, seguiremos quejándonos y esperando que la administración pública resuelva los problemas del país por algún acto de magia. Lampadia