Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Esta semana dos comunicados han puesto en evidencia los graves riesgos que acechan a nuestra política fiscal, consecuentemente a nuestra solidez macroeconómica cada vez más deteriorada y finalmente a nuestros bolsillos, ya que el deterioro de nuestra fortaleza económica nos afecta a todos.
Por un lado, el Consejo Fiscal, que no puede ser calificado como un grupo de “chicago boys”, ni mucho menos una facción peruana anarcocapitalista o libertaria, ha advertido el pasado 09 de octubre, entre otras cosas, sobre los siguientes riesgos que afectan la sostenibilidad fiscal:
- Excesivo déficit fiscal generado por medidas del Poder Ejecutivo y del Congreso, que han llevado el mismo a un preocupante 4.0 % del PBI.
- Riesgo fiscal significativo de una reforma del sistema previsional con deficiencias técnicas.
- Grave riesgo fiscal originado por el apalancamiento del gobierno a Petro Perú.
- Sobre endeudamiento de la Municipalidad Metropolitana de Lima, que afecta la sostenibilidad fiscal y se origina en inadecuadas excepciones a las reglas fiscales nacionales.
A contramano de esta prudente advertencia del Consejo Fiscal, un Consejo Caviar de menos de un centenar de “respetables ciudadanos”, le decía al país que siga dilapidando dinero en PetroPerú porque esa empresa es “nuestra”, “de todos los peruanos” y abogaba por un “Estado Empresario”, olvidando decirnos que el derroche en dicha empresa petrolera estatal también es “nuestro”, sus pérdidas las pagamos todos y esta aventura empresarial ya afectó la sostenibilidad fiscal del país.
Ver en Lampadia: ¿Apoyan a Petroperú? – ¡Pues paguen la deuda!!!
¿Habrían firmado ese comunicado estos respetables ciudadanos de saber por ejemplo que sólo en la Negociación Colectiva del año 2021, mientras Petroperú había perdido 67 millones el año 2020 y venía perdiendo 37 millones ese año, pagaba 16 millones en “bonos de cierre de Pliego” de 12,500 soles a cada uno de sus 1300 trabajadores administrativos? Nunca lo sabremos, lo que sí parece cierto es que este respaldo, preñado de ideología antes que de sentido común, sólo beneficia a la oligarquía sindical que medra esa empresa y drena nuestros bolsillos.
¿Cuál cree usted amigo lector que debiera ser el consejo a seguir?
¿Si el dinero que se fuera a gastar fuera suyo y no de terceros o del Estado, usted le haría caso a esta decena de ciudadanos que abogan por seguir tirando el dinero de todos los peruanos a un retrete llamado Petroperú?
Sin duda, no les haría caso y reclamaría mayor prudencia fiscal y que cese el derroche de nuestra casta política. Lampadia