La construcción de instituciones sólidas y el respeto hacia ellas por parte de los ciudadanos, es una de las más importantes tareas pendientes del país. Su atraso y muchas veces su deterioro, ha sido incluso aprovechado para desmerecer nuestros avances sociales y económicos desde que regresamos al mundo global con la Constitución de 1993.
El pasado domingo primero de octubre, El Comercio publicó el estudio de IPSOS. ¿En qué instituciones confían los peruanos?, que queremos compartir y analizar.
ENCUESTA NACIONAL URBANO-RURAL realizada por Ipsos Perú
Número de registro: 0001-REE/JNE. Sistema de muestreo: Probabilístico polietápico. Muestra: 1.276 entrevistados. Fecha de aplicación: del 13 al 15 de setiembre del 2017. Margen de error: ± 2,7%. Nivel de confianza: 95%. Universo: Hombres y mujeres de 18 años a más. Página web: www.ipsos.pe. Email: Guillermo.loli@ipsos.com
Además de la constatación de debilidades muy importantes, hay, sin embargo, algunos desarrollos muy positivos, especialmente en el ámbito del Estado. Entre las que destacan la Reniec y el Banco Central de Reserva (BCR).
La Reniec ha logrado modernizar sus sistemas y acercarse a los ciudadanos con servicios accesibles y eficientes. El caso del BCR encierra mensajes que debemos analizar con cuidado. Por su naturaleza, el BCR está, evidentemente, muy alejado de los ciudadanos, tanto del conocimiento general, como de una relación de servicio. ¿Qué puede entonces, explicar su alta valoración?
En nuestra opinión, el BCR es el depositario del reconocimiento de los ciudadanos, de la aprobación de la estabilidad macroeconómica que eliminó 25 años de inflación. Una de las peores de la historia mundial, que arrancó a inicios de los años 70 con la dictadura militar y terminó en una hiperinflación desbocada a inicios de los años 90; habiendo destrozado, en el camino, los ingresos de todos los peruanos, especialmente de los sujetos a ingresos fijos, como los servidores del Estado y de los jubilados. Un verdadero crimen del que aún no hemos hecho un buen balance.
Pero la intuiciónde nuestro pueblo, beneficiario del gran cambio que se produjo, desde el estancamiento y empobrecimiento que nos impuso la aventura izquierdista de Velasco, hasta el crecimiento, reducción de la pobreza y de la desigualdad, con el advenimiento de nuestra incipiente economía de mercado; tal como hizo en las elecciones de abril 2016, sabe que su futuro de prosperidad depende de mantenerel crecimiento y la estabilidad económica.
Ver en el siguiente cuadro, como el BCR ha pasado de un nivel de aprobación de solo 28% en 1989, a 64% este año. Este cuadro, gentilmente proporcionado por IPSOS, nos muestra la evolución del indicador de confianza desde 1989 para varias instituciones.
En Lampadia hemos graficado (con la misma escala) la información de algunas instituciones representativas de un período especialmente importante de nuestra historia económica y social, pues entre 1989 y 2017, pasamos del ensayo ‘estatista-izquierdista-anti-inversión-privada’ de ‘Velasco-Morales-Belaunde-García’, al Perú de las clases medias, del desarrollo rural, de las nuevas exportaciones, y de la multiplicación del PBI per cápita. Veamos:
Como podemos ver, más allá deReniec y del BCR, las Empresas Privadas, las Municipalidades Provinciales, el Poder Ejecutivo, la CGTP, el Congreso, la Confiep y los Partidos Políticos, comparten niveles de aprobación absolutamente decepcionantes, que deben llamarnos a una profunda reflexión.
Algo importante de destacar, es que el estudio de IPSOS recoge reacciones de la opinión pública muy asertivas. Por ejemplo, en el caso de Confiep, pasó de 21% (2010), a 29% (2011), y a 20% (2012); un salto y caída significativos, que la población recogió cuando Confiep hizo, el 2011, su campaña en pro de la difusión y defensa de la economía de mercado.
Es evidente que nuestros ciudadanos, desde la lejanía de su pensamiento individual, están muy cerca de medir, reaccionar, valorar y rechazar, la calidad de las instituciones que están llamadas a defenderlos y darles predictibilidad para el desarrollo de sus vidas. Lampadia