Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Me apena ver arrinconado al señor Vizcarra reclamando que, nunca faltan los generales después de la batalla y almirantes después del combate, frente a los comentarios críticos recibidos durante el manejo de la pandemia. Aunque días después aparece titubeante, con un discurso tan enredado que hizo falta que alguien le haga notar que no se estaba entendiendo su mensaje… Y ciertamente, lo primero que uno debe aprender es que, lo que no se tiene claro en la mente, no se puede tener claro en “la lengua”.
Asumir la Presidencia de la República, la Presidencia Ejecutiva de una corporación o el mando de un ejército para enfrentar una guerra, son situaciones altamente similares. En todos los casos se necesita tener una clara Apreciación de la situación, Visión, establecer la Misión y definir estrategias. Para eso, es necesario convocar al equipo de personas más adecuado para tal análisis de la situación, preparar las estrategias necesarias y alternativas para lograr el éxito, así como para su eficiente ejecución.
Lo dicho demanda:
- apertura mental,
- capacidad de análisis y
- permeabilidad a ideas diferentes para tomar nota de la crítica e incorporarla, si es sensata, y no dogmatismos.
- Humildad de reconocer habilidades e inteligencias superiores capaces de aportar al análisis de la situación, al diseño de planes y a dar solvencia a la gestión, lo cual requiere experiencia en los distintos campos de acción que tales estrategias demandarán.
En suma, enriquecer el análisis, la búsqueda de soluciones y la excelencia en la ejecución.
Cuando uno pasa revista a lo que tenemos en el equipo de gobierno, es evidente que esta premisa básica no se ha trabajado en lo absoluto. Ya no quiero volver a referirme a los 10 ministros que se han caído solos en un lapso de 8 meses, pero si a lo que está “en la cancha”, sobre todo ahora que tendrán que ir al Congreso para la investidura y pedir la confianza.
Ante estas circunstancias, sería mejor que, en lugar de sólo reclamar que “no se debe cambiar de caballo a mitad de el río”, se preparen con planes y estrategias alternativos y revisen la estructura de su gabinete. Sería muy importante puedan demostrar un balance entre analistas y planificadores con clara visión sistémica e incorporar a un grupo importante de gente con experiencia de gestión y gerencia. Recordemos que, después de la debacle económica que estamos enfrentando, hará falta mentes lúcidas y experimentadas para recuperar el aparato productivo del país, incentivar la inversión (única herramienta que nos permitiría retomar la performance económica en un horizonte del orden de tres años, si lo manejamos bien) y que además debería plantearse como una ruta a seguir para ese lapso de al menos tres años, no importe que tengamos un proceso electoral en ciernes, y que, ante un cambio de gobierno, nos obliga a concordar.
Lo antes dicho demanda liderazgo, por eso es fundamental compartir el “teatro de operaciones” y el análisis de las situaciones que tenemos que enfrentar. Creo que debemos compartir un descarnado análisis de nuestras fortalezas y debilidades, así como nuestras oportunidades y amenazas, pues sólo luego de un claro entendimiento de nuestra situación y opciones más factibles podrán salir airosos, no sólo de su presentación ante el Congreso, sino de la evaluación que les hará la historia.
Encuentro que el aspecto más débil de este gabinete es la capacidad de ejecución, pues esto es algo que requiere mucho conocimiento táctico y práctica en la gestión, lo que implica años de entrenamiento y hasta donde se puede observar, nadie ha manejado la logística de una gran organización, elemento fundamental para resolver los temas de salud propios de esta crisis por ejemplo. Nadie ha manejado las operaciones de una gran empresa, lo que les dificulta plantearse las soluciones operativas en el campo de la salud, la educación, sistemas de información, conectividad y comunicaciones indispensable para encaminar el “gobierno digital”. Ninguno ha manejado las finanzas de una gran empresa y ciertamente no conoce el mejor manejo de estas bajo circunstancias de crisis, ni los dilemas que tendrá que enfrentar. El (des)manejo de los recursos humanos y planteamientos de normatividad laboral, así como las mejores opciones, no solo a nivel del aparato del Estado, sino su mejor aplicación en el ámbito empresarial, de modo que podamos recuperarnos en el tiempo más corto posible. Fue penoso ver la obstinación de la ministra de trabajo, incapaz de ubicarse en la situación de las empresas y menos de plantear opciones razonables.
En suma, le sugiero al poder ejecutivo que suspendan un par de días sus viajes inconducentes y se hagan este “examen de conciencia”, pero con humildad, lejos de la autocomplacencia y plantearse sus mejores opciones. Espero que esta no sea tomada como una “crítica después de la guerra”. Lampadia