Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
La elección por el voto popular no conlleva la ‘iluminación’ por parte del Espíritu Santo. Más bien, en el mundo en general, y en el Perú en particular, los ciudadanos que acceden a la política, y ocupan las curules parlamentarias, llegan cada vez menos preparados para entender y diseñar las políticas públicas que permitan emprender y consolidar los caminos de la prosperidad.
Los problemas más complejos de los seres humanos, como la derrota de la pobreza, no se resuelven por arte de magia, ni de un día a otro, su superación supone procesos largos y consistentes, y más esfuerzos que celebraciones.
Sin embargo, el perfil de los políticos modernos, desde el Reino Unido, España y EEUU, hasta Chile, Brasil y Perú, es de personajes más osados que ponderados, con menor preparación y menos experiencia, y completamente orientados al corto plazo; a diferencia de los ‘políticos por vocación’, que, en décadas no muy lejanas, comprometían su vida a la política, desde la base de partidos políticos que hacían gala de visiones e idearios de largo plazo.
Hoy la política se aloja solo en el corto plazo. Los partidos políticos no representan cuerpos de pensamiento, son solo vehículos de acceso al poder. La multiplicación de movimientos políticos y la alta rotación de congresistas, de un período a otro, no permiten el empoderamiento de políticos experimentados, que ostenten liderazgos amplios.
Hoy día, además de los retos tradicionales del desarrollo, tenemos que enfrentar, adaptarnos y sacar provecho, de la ‘cuarta revolución industrial’, que está transformando dramáticamente la vida de los países, las empresas y las personas, en todo el espacio global.
Las tecnologías que configuran un nuevo mundo, avanzan exponencialmente, y el cambio es paradigmático. Si en 1920, la vida de una empresa era en promedio de 67 años, hoy día no pasa de 15. En los próximos siete años, 4,200 millones de personas se incorporarán al mundo híper conectado, trayendo una fuerza inmensa de innovación y cambio, como explicó hace pocos días en Lima, Peter Diamandis, en el Sura Summit.
Con esta revolución estamos transitando al mundo de la abundancia, donde puedes apostar por crecer diez veces en vez de 10%, donde aumentará la longevidad, y donde podremos empoderar a las mentes más jóvenes en todas partes del planeta.
Algunas evidencias de la Abundancia, según Diamandis
- Durante los últimos 200 años el PBI global se multiplicó por 100
- En 300 años, el índice de mortalidad ha caído precipitadamente
- Hace 30 años se firmó el Protocolo de Montreal para prevenir la pérdida de ozono y mejorar el ambiente
- El acceso a la electricidad es un indicador clave del crecimiento económico, calidad de vida y superación de la pobreza. Al 2017, la energía eólica ya es más barata que la energía nuclear en el R.U. (con la mitad de subsidios)
- A pesar de los titulares, mejoramos continuamente con menor escasez de alimentos y menos hambre. La desnutrición en el mundo global ha bajado de 18.6% en 1991, a 10.8% en el 2015
Esta nueva realidad global, hace cada vez menos adecuada la capacidad y el carácter de nuestros políticos para entender el mundo y los caminos de la prosperidad. Ya podemos ver que la política desaprensiva y disfuncional de nuestros días, produce resultados contrarios al bien común, pero eso sí, llamativamente desplegables en la llamada ‘sociedad del espectáculo’.
En este entendimiento y reflexión es que en Lampadia, insistimos en exhortar a la clase dirigente a participar activamente en el debate nacional. Pues solo exponiendo visiones de largo plazo, estudios, análisis y benchmarks; desde la sociedad civil, desde el conocimiento del nuevo mundo real, podremos evitar que las políticas públicas sean producto de la inspiración de una noche o la expresión de ruidosas movilizaciones callejeras, recogidas por los intonsos de la política; y ver más bien, que estas se nutran de la rica y amplia oferta de bienestar del mundo exponencial.
En el mundo exponencial, no llegaremos a ninguna parte con políticos de pensamiento lineal. Necesitamos mejorar la calidad de los partidos políticos, atraer a las mentes de avanzada a la política, y comprometer a la clase dirigente en el pensamiento y acción que nos hagan un país próspero para todos. Lampadia