Rafael Venegas, Director Independiente de Empresas
Para Lampadia
Los políticos guiados por ideologías socialistas son muy efectivos haciendo oposición a todo y demandando soluciones populistas sin sustento económico. Sin embargo, en las pocas oportunidades que han ganado una elección y han tenido que gobernar, han sido un tremendo fracaso debido a su incapacidad y a una total falta de experiencia y conocimientos para gestionar.
¿Recuerdan el irrisorio caso del proyecto de remodelación de la playa La Herradura, en el que la alcaldesa Villarán culpo a un “olón” de su prontísima destrucción? Ridícula explicación para una triste gestión.
Pues bien, ahora si estamos ante la presencia de un verdadero “olón” debido a la pobrísima gestión del gobierno en el manejo de la pandemia. Esto se ha dado debido a la necedad de los funcionarios públicos, que han preferido la improvisación antes de considerar el apoyo de expertos y de recursos del sector privado. Típica actitud estatista de la ideología actual en el poder.
En marzo del año pasado el Covid-19 nos sorprendió, como también al resto del mundo. Sin embargo, el Perú gracias a la incapacidad y falta de gestión del gobierno, tuvo el tristemente célebre ‘honor’ de ubicarse como el líder mundial en número de muertes en relación con su población, así como tener la caída mas grande del mundo en PBI. ¡Todo un record!
Esto podría explicarse porque nos agarró desprevenidos, pero la verdad es que hubo razones de mucho mayor peso. Entre ellas, la lamentable situación en que se encontraba la salud pública, a pesar de que su presupuesto se ha multiplicado por casi siete veces en los últimos 20 años. Es decir, si había recursos, pero inexplicablemente la ejecución era sólo parcial, además se invirtió mal y peor aún, se malversó a través de una enquistada corrupción.
A esto se le deben sumar las pésimas decisiones que se tomaron, como la implementación de una cuarentena radical y sin estrategia que no solo falló rotundamente en el frente de salud, sino que afectó fuertemente a nuestra economía.
En el Perú mas del 70% de la economía es informal y por ende no se puede aplicar una cuarentena radical, como la que se intentó aplicar erróneamente. Se debió diseñar e implementar una estrategia ad-hoc para esta realidad.
También está el tema de la mezquindad frente a la oferta de apoyo del sector privado, la inhumana corrupción en la logística del equipamiento y suministros, la falta de firmeza para el control de muchedumbres que no acataban las normas, el fallido método de pruebas rápidas, el despelote en el pago de bonos y la incapacidad para negociar la compra de las vacunas.
El resultado de esta suma de errores del gobierno fue la terrible ‘primera ola’ que ha ocasionado mas de 80 mil muertes de peruanos (el % mas alto a nivel mundial con relación a la población). Algunos de estos casos fueron causados directamente por el virus, pero muchos otros se han debido a la pésima y terca gestión de los funcionarios públicos responsables, que sin duda merecen una ejemplar sanción.
“CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCADA”
El Covid-19 fue caracterizado por la OMS como pandemia a inicios de marzo del 2020. Sin embargo, la enfermedad y los contagios se habían iniciado en China en los últimos meses del 2019 y en enero del 2020 ya se había propagado a varios países de Europa. El primer caso en el Perú se dio recién el 6 de marzo, por lo tanto el Perú tenía como ventaja el poder aprovechar de las experiencias de los países que nos llevaban la delantera.
Sin embargo, no supimos aprovecharla y como siempre quisimos ‘inventar la pólvora’ a nuestra manera, lo que nos llevó al tremendo fracaso de la primera ola que comentamos líneas arriba.
En agosto la curva de la primera ola comenzó a ceder y la administración de manera triunfalista e irresponsable no tuvo mejor idea que frenar las inversiones de nuevas unidades UCI y comenzar a desmantelar la infraestructura de emergencia que con mucho esfuerzo había llegado a 1800 camas en agosto. Según la OMS el índice recomendado es de 10 camas UCI por cada 100,000 habitantes. Perú debería tener mínimo 3,200.
Esta pésima decisión se tomó a pesar de que los países en que la pandemia estaba mas avanzada daban muy claras señales que se iniciaba una segunda ola de contagios y que esta sería mas fuerte, ya que conllevaría mutaciones del virus y nuevas cepas provenientes de diferentes países.
La historia también nos indicaba que las pandemias generalmente recrudecen con mayor fuerza luego de una primera ola. Esto sucedió hace poco mas de un siglo en el caso de la pandemia de la gripe española. En este caso luego de una primera ola en la que murieron miles de personas, vino una segunda mucho peor en donde murieron millones de personas (“El jinete pálido” de Laura Spinney).
A esta irresponsable medida se suma otra pésima decisión que sin duda es la principal causa de la generación de la segunda ola de contagios. No se enfrentó con responsabilidad, inteligencia y firmeza, tres claros focos de contagio que se tuvieron en las últimas semanas del año 2020:
- Las protestas callejeras y los cierres de carreteras, donde participaron muchedumbres entre protestantes, vándalos y perjudicados. Estos infames eventos duraron varios días, ya que las fuerzas del orden fueron inhabilitadas de ejercer su autoridad con firmeza ante claros delitos contra el orden público, como se hace en cualquier parte del mundo. Solo se les permitió hacerlo con ¨guantes de seda¨.
¡Gran error! - Las muchedumbres en los grandes mercados informales haciendo compras navideñas las dos semanas previas a las fiestas. Tremendos focos de infección ante la pasividad de la autoridad.
¡Gran error! - Las reuniones familiares y fiestas clandestinas que irresponsablemente se llevaron a cabo, a pesar de las débiles demandas del gobierno. ¡Gran error!
Cero perspicacia, cero estrategia, cero gestión, cero firmeza, cero autoridad. Mucha improvisación, mucha ingenuidad, mucha necedad ideológica, mucha irresponsabilidad. Resultado: El segundo “olón”.
La reacción del gobierno fue tardía como siempre. Recién a mediados de enero se dieron cuenta que, por no tomar las precauciones debidas en estos tres focos, los contagios comenzaron a incrementarse fuertemente y el oxigeno y las camas UCI volvieron a faltar. Otra vez el via-crucis y otra vez las muertes indebidas.
Fue entonces que tuvieron la brillante idea de volver a aplicar una cuarentena, como si no se hubieran enterado del infame fracaso que significó su implementación el año pasado. Ante fuertes protestas cedieron en algunos temas, convirtiendo la medida en un mamarracho que no servirá para nada como el primero y que además nos costará mas de S/ 2,500 millones en bonos adicionales.
En resumen, se debió ser mas perspicaz y aprender de lo que sucedía en los países mas adelantados en el proceso. No se debió actuar de manera triunfalista y frenar la inversión en equipos de emergencia. Vizcarra ofreció 5 mil camas para el 2021 y no tenemos ni 2 mil. Debimos seguir hasta cumplir el índice recomendado por la OMS (3,200 camas UCI).
Por último, sabiendo que era inminente una segunda ola, se debió actuar con autoridad y firmeza para evitar los tres grandes focos de contagio de diciembre. Si los principios ideológicos no les permitían ordenar a las fuerzas del orden que actuaran con la firmeza y autoridad debida, hubieran implementado la cuarentena en diciembre para evitar estos tremendos focos de contagio y no en febrero cuando el ¨olón¨ ya está encima nuestro.
Señores gobernantes de turno no sigan siendo irresponsables, improvisados y necios. Actúen con inteligencia y patriotismo y permitan que profesionales expertos y empresas del sector privado participen, con su experiencia y sus recursos, para el bien del país y de los peruanos.
Sean mas amplios y prácticos en el plan de vacunación nacional. Permitan que las empresas se encarguen de la vacunación de sus empleados y sus familias. Permitan que los laboratorios, las compañías de seguros, las clínicas privadas, etc. vacunen a sus clientes. De esta manera, el estado tendrá mas disponibilidad y recursos para atender a los mas necesitados.
Permitan que expertos en planeamiento y organización se encarguen de diseñar e implementar los procesos mas rápidos y eficientes para vacunar a la mayor cantidad de público, en el menor tiempo posible. De esta manera se podrá lograr la ansiada inmunidad lo mas pronto posible y ustedes podrán borrar en alguna medida su hasta ahora nefasta gestión.
¡Háganlo por el Perú y por los peruanos!