Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
El concepto principal para la resolución de un problema es, que lo primero que uno debe reconocer, es que tiene un problema, identificarlo y dimensionarlo.
Ya en la tercera semana de mayo 2023, en nuestro artículo “Los engañaron y no aprenden”, mostramos 19 indicadores negativos del comportamiento de nuestra economía, claro presagio de una recesión, ante lo cual, el gobierno debió tomar medidas urgentes, dentro de un plan estructurado de: (i) Generación de confianza. (ii) Estímulo a la inversión privada. (iii) Comunicación abierta a la población, de los riesgos de mantener la tendencia y la necesidad de ejecutar muy pronto un plan de reactivación.
Pero no, empezaron por negar la posibilidad de una recesión y consideraron que, “hablar con punche” y otorgar bonos o pretender una inversión pública, a las claras incapaz de mover la aguja de la economía, sería suficiente. No sólo eso, sino que, al presidente del consejo de ministros, en su participación en PERUMIN, no se le ocurrió mejor cosa que decir, que “el proyecto Tía María no estaba en la agenda del gobierno”. Eso sí, en el mejor estilo burocrático, anunció la “ventanilla única” para la obtención de permisos de proyectos mineros, como si los problemas se resolvieran firmando un decreto (o norma, como les gusta llamarla).
Grave que el señor Otárola haya incurrido en ese error, pero más grave aún fue que dejó en claro dos cosas:
- El desinterés por poner en construcción un proyecto que cuenta con todo: (i) Ingeniería de detalle. (ii) Todos los permisos que la legislación peruana exige para la construcción de un proyecto minero y (iii) La voluntad del inversionista por construir de inmediato, contando al efecto con los recursos disponibles para su ejecución.
- Que en el Perú no importa que cuentes con todos los permisos, porque a pesar de todo, no podrás construir, ni tendrás el respaldo del Estado para su ejecución, por más URGENTE que sea para el país.
Pero, además, la ventanilla única ya existía, y lo único que se ha agregado es la ANA (Autoridad Nacional del Agua) y SUCAMEC (Superintendencia de Control de Armas y Explosivos de uso civil). En consecuencia, nada ha cambiado. Por lo que, si no hay liderazgo y capacidad de ejecutar, de nada sirve llenarse de “normas”.
Ahora, con gran retraso, recién en la tercera semana de octubre, el ministro Contreras sale a declarar y reconocer que estamos en recesión. ¿Descubrió la América esta semana? Lo que era una clara percepción, con claros indicadores hace cinco meses, hoy se descubre y se habla de “créditos suplementarios” en el presupuesto para capear el temporal.
Están equivocados y tienen que aprender. El primer paso para resolver un problema, es reconocer que uno tiene el problema, caso contrario no harán nada por resolverlo, tal como hemos perdido, al menos, medio año. El gobierno, al igual que un piloto de avión, debe estar muy atento a los indicadores de falla, proyectarse y tomar medidas correctivas inmediatas, sin esperar la tonta discusión técnica de si se entró o no en recesión. El gobierno no puede esperar a que se pierda la confianza para invertir, porque recuperarla será muy difícil y nos tomará tiempo. Del mismo modo, debe presentar su plan y ejecutar.
Ahora el tema es el cómo y, consecuentemente, deben abstraerse de sus ideologías y colores políticos. Deben resolver este nudo y la única forma es recurrir al famoso MPH:
- Meritocracia
- Pragmatismo
- Honestidad
Estas reglas son esenciales para salir del hoyo y, por lo tanto, si no están dispuestos a actuar en esa línea, sería mejor que renuncien y convoquen a elecciones generales. La Constitución respalda su permanencia, y no lo dudo (más bien lo defiendo), pero el Perú está atravesando una crisis muy seria, que nos obliga a anteponer los intereses de nuestro país, a los intereses individuales.
Creo que deben gobernar y no “hacer como que gobiernan”, deben de plantearnos abiertamente las propuestas para reactivar la economía y evitar que los niveles de pobreza sobrepasen al 30% de la población. Tienen la obligación de comprometerse a cumplir su juramento de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes, en esencia respetar el imperio de la ley.
Ya sabemos que la esencia para que la economía de un país funcione, es la confianza. Y sabemos que, esta confianza tarda años en lograrse y un segundo en perderla.
Por eso es, que la principal tarea de un gobernante es actuar seriamente, convocando a un equipo técnico y político serio, capaz de plantear un plan y estrategia realizable, compartirlos con la población, a la que deben hablarle con toda transparencia, mostrándole en todo momento su destino, así como los problemas que acarrea las desviaciones de su plan.
No se le debe ocultar al pueblo los problemas, ni se le debe edulcorar la realidad. Ya Winston Churchill, en su tiempo, tuvo la entereza de decirle a su pueblo: “No tengo nada que ofrecer más que trabajo, sangre, sudor y lágrimas”.
¡Aprendan! Lampadia