Una de las primeras obligaciones de cualquier institución que tenga personal a su cargo, es velar por su cuidado y respeto. Cuando el Estado contrata personal, esta obligación es doble, pues muchas veces los buenos funcionarios públicos deben sacrificar ingresos para trabajar por el Estado; asumir riesgos de función (Contraloría) por procesos absurdos e injustos; deben también aceptar el escrutinio público y mediático; y, finalmente, asumir los riesgos de la volatilidad de la política.
Pues nuestro gobierno maltrata a sus funcionarios públicos, no solo porque no vela por ofrecerles un ecosistema meritocrático y normativas transparentes y objetivas, sino que muchas veces, ante el devenir de la política, actúa desaprensiva e injustamente.
Veamos dos ejemplos clamorosos, ambos sobre un cargo de máxima confianza en la SUNAT:
- Cese (efectivo) de Víctor Shiguiyama
Shiguiyama es eminentemente un técnico que asume el reto de dotar a la Sunat de sistemas digitales que permiten, por ejemplo, generalizar los convenientes comprobantes electrónicos.
Pues el gobierno, desde el más alto nivel, pide su renuncia y exige que se haga durante su permanencia en el extranjero, sin importarle la imagen de una renuncia abrupta que se ha prestado para comparaciones despectivas.
Pero ¿a qué se debe el pedido de renuncia? A la aparición de una publicación, una semana antes, sobre un aporte de Shiguiyama a Fuerza 2011 por US$ 20,000, algo que no implica la menor falta de proceder.
Al gobierno no le importa el prestigio de su funcionario, ni el desarrollo inconcluso de sus aportes al país.
- Abrupta interrupción del nombramiento de Jorge Estrella
Ante la salida de Víctor Shiguiyama de la Sunat, el gobierno ve conveniente reemplazarlo con el economista Jorge Estrella, un funcionario de mucho prestigio y de muchos años de servicio en el BCRP, que a la fecha se desempeña como Jefe de Estudios Económicos de esa institución.
Pues el gobierno, ante la toma de conocimiento de que el señor Estrella nació en Chile, el Primer Ministro suspende el nombramiento, ya anunciado.
Resulta ser, que Estrella nació en Chile de padres peruanos y está registrado desde su nacimiento como peruano. Pero el gobierno se permite maltratar a un funcionario de primer nivel, por una simple cobardía, para evitar que alguien haga algún comentario incómodo. La tranquilidad del funcionario no les importó nada.
Vale el dato de que actualmente, nada menos que el Presidente del Banco Central de Gran Bretaña, es un extranjero, un canadiense.
Siendo tan importante atraer funcionarios valiosos al servicio del Estado, este tipo de actos son muy criticables y atentan contra la salud de todo el aparato del Estado. Los gobernantes no son dueños del Estado, solo son los administradores temporales.
Pero este no parece ser el entendido de ciertas autoridades del gobierno. Por ejemplo, la vicepresidente Mercedes Aráoz, acaba de declarar una perla:
“Creo que sí hay que escuchar [al sector privado],
pero eso no significa rendirse ante el sector privado”.
Gestión, 21 de noviembre, 2018
O sea, el sector privado peruano ¿es una suerte de fuerza de invasión extranjera?
No señora vicepresidente, el sector privado es socio del Estado, el socio más importante. No se olvide que hoy, las medidas del Perú son: 90 – 90 – 90.
El sector privado genera aproximadamente:
- El 90% de la inversión
- El 90% del empleo, y
- El 90% de los ingresos del Estado
¿Qué pasa con el gobierno? ¿Además de descuidar la gobernanza, descuida a sus funcionarios y desconoce el aporte de millones de peruanos? Lampadia